Papa, en el Verbo, Dios quiere hablarnos y estar con nosotros

En el Ángelus desde la biblioteca del palacio apostólico, el Papa Francisco puso de relieve que desde siempre "Dios quiere comunicarse con nosotros". “Se hizo carne:… Dios se hizo fragilidad para tocar de cerca nuestras fragilidades”. En el nuevo año "las cosas mejorarán en la medida en que trabajemos por el bien común, sobre todo por los menos favorecidos".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Que Jesús es el Verbo, "significa que desde el principio Dios quiere comunicarse con nosotros, quiere hablarnos". Y "se hizo carne", no "para visitarnos", sino para "estar con nosotros". El Papa Francisco centró su reflexión en los puntos esenciales del Evangelio del segundo domingo después de Navidad (Juan 1, 1-18), presentando el Ángelus de hoy desde la biblioteca del palacio apostólico.

“El hecho de que Jesús sea la Palabra desde el principio - dijo Francisco - significa que desde el principio Dios se quiere comunicar con nosotros, quiere hablarnos. El Hijo unigénito del Padre (cf. v. 14) quiere decirnos la belleza de ser hijos de Dios; es "la luz verdadera" (v. 9) y quiere alejarnos de las tinieblas del mal; es "la vida" (v. 4), que conoce nuestras vidas y quiere decirnos que las ama desde siempre. Este es el mensaje maravilloso de hoy: Jesús es la Palabra eterna de Dios, que desde siempre piensa en nosotros y desea comunicarse con nosotros”.

“Para hacerlo, fue más allá de las palabras. En efecto, el corazón del Evangelio de hoy nos dice que la Palabra ‘se hizo carne y habitó entre nosotros’ (v. 14). Se hizo ‘carne’: ¿por qué san Juan usa esta expresión, ‘carne’? ¿No podría haber dicho, de una manera más elegante, que se hizo ‘hombre’? No, usa la palabra ‘carne’ porque indica nuestra condición humana en toda su debilidad, en toda su fragilidad. Nos dice que Dios se hizo fragilidad para tocar de cerca nuestras fragilidades. Por lo tanto, desde el momento en que el Señor se hizo carne, nada en nuestra vida le es ajeno. No hay nada que Él desprecie; podemos compartir todo con Él. Querido hermano, querida hermana, Dios se hizo carne para decirte que te ama precisamente allí, en tus debilidades; precisamente allí donde más te avergüenza.

“Él no asumió nuestra humanidad como un vestido, que se pone y se quita. No, no se separó nunca más de nuestra carne. Y jamás se separará de ella: ahora y para siempre está en el cielo con su cuerpo de carne humana. Se unió para siempre a nuestra humanidad; podríamos decir que ‘se casó’ con ella".

“El Evangelio dice, en efecto, que vino a habitar entre nosotros. No vino de visita, vino a vivir con nosotros, a estar con nosotros. ¿Qué desea entonces de nosotros? Una gran intimidad. Quiere que compartamos con Él alegrías y penas, deseos y temores, esperanzas y tristezas, personas y situaciones. Hagámoslo, abrámosle nuestro corazón, contémosle todo. Detengámonos en silencio ante el pesebre para saborear la ternura de Dios que se hizo cercano, que se hizo carne. Y sin miedo, invitémosle a estar con nosotros, a nuestra casa, a nuestra familia, a nuestras flaquezas. Él vendrá y la vida cambiará”.

Después de la oración mariana, Francisco, renovando su saludo por el nuevo año, dijo que más allá de los mitos y conjuros, este nuevo año "las cosas irán mejor en la medida en que trabajemos por el bien común, en primer lugar por los menos favorecidos". “Cuidarnos unos a otros y a nuestra casa común”, sin seguir “haciendo la guerra”, centrándonos únicamente en el beneficio económico o la búsqueda del placer.