Papa, Epifanía: con el ejemplo de los Magos 'aceptarse y encontrarse en la diversidad'
Hoy, solemnidad de la Epifanía, Bergoglio habló de la estrella en la basílica de San Pedro. Los Magos siguen «otro tipo de luz»: la del amor, no la del poder. Que el viaje a Belén sea un ejemplo de ser «luz para los demás». Felicitaciones navideñas a las Iglesias de Oriente en el Ángelus.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – “Los Magos testimonian que se pusieron en camino, lo que cambió sus vidas, porque vieron en el cielo una nueva luz. Quisiera que reflexionáramos sobre esta imagen, mientras celebramos la Epifanía del Señor en el Jubileo de la esperanza”. La búsqueda, una luz como guía, el cambio, son los elementos que, como señaló esta mañana el Papa Francisco en la homilía de la Misa en la Basílica de San Pedro, siguen interpelando a toda la humanidad. Representan el viaje de los Magos desde Oriente hasta Jerusalén que se narra en el Evangelio de Mateo (Mt 2,1-12): el encuentro con el «rey de los judíos» (v. 2), la «gran alegría» (v.10) que experimentan al ver la estrella y, finalmente, el regreso a casa "por otro camino” (v. 12).
Hoy, solemnidad de la Epifanía del Señor, pero también Santa Navidad para la Iglesia Apostólica Armenia y Nochebuena para las comunidades de Oriente, la estrella-cometa simboliza “otro tipo de luz”. No la que supuestamente emiten los soberanos, que simboliza el poder y la fama. No es de esta naturaleza la que señaló a los Magos el camino a Belén. Sino una luz que "ilumina y calienta quemando y dejándose consumir": la del amor. La “única luz que puede indicar a todos el camino de la salvación y de la felicidad”, afirmó Bergoglio. “La única luz que nos hará felices”. Y que representa el amor de Dios hecho hombre y aquel "con el que también nosotros estamos llamados a entregarnos los unos por los otros". Lo cual indica, añadió, un signo de esperanza “incluso en las noches oscuras de la vida”.
Un amor que es “cercanía, compasión y ternura”. Con el cual cada uno, imitando el “resplandor” de la estrella, puede mostrar la “belleza del rostro del Padre” a todas las personas que encuentra. “Y para ello no necesitamos instrumentos extraordinarios ni medios sofisticados, sino haciendo que nuestros corazones brillen en la fe, que nuestras miradas sean generosas en la acogida y que nuestros gestos y palabras estén llenos de amabilidad y humanidad”, añadió Francisco. Mirando el ejemplo de los Magos, es posible ser, "los unos para los otros, luces que lleven al encuentro con Él". Pero es muy real el riesgo de mirarse solamente a uno mismo, y es bueno para nosotros cultivar el movimiento hacia el otro. "Es triste que una persona no sea luz para los demás.”.
El Papa Francisco también habló en su homilía de la capacidad de la estrella de ser visible para todas las personas. A pesar de ello, algunos, como los Magos, se fijan en ella, mientras que otros, como Herodes y los escribas, "ni siquiera notan su presencia". “La estrella, sin embargo, siempre permanece allí, accesible a cualquiera que levante la mirada al cielo, en busca de un signo de esperanza. Preguntémonos: ¿soy yo un signo de esperanza para los demás?”, invitó Francisco. El mensaje que trae esta accesibilidad es que Dios no se revela sólo a “círculos exclusivos”, sino a todo aquel que lo busca “con corazón sincero”. Por eso los Magos poseen características de distintas edades y etnias. Un detalle que hace meditar porque "en un tiempo donde las personas y las naciones, aunque dotadas de medios de comunicación cada vez más poderosos, parecen estar menos dispuestas a entenderse, aceptarse y encontrarse en su diversidad”.
“La estrella nos habla del sueño de Dios: que toda la humanidad, en la riqueza de sus diferencias, llegue a formar una sola familia y viva unida en la prosperidad y la paz”, continuó Francisco. La estrella, de hecho, indica ante todo el camino. Un signo muy valioso para interpretar en este comienzo de Año Santo, que tiene como lema “peregrinos de la esperanza” y que, por tanto, incluye la peregrinación entre sus gestos característicos. “La luz de la estrella nos invita a realizar un viaje interior que, como escribía Juan Pablo II, libera nuestro corazón de todo lo que no es caridad”, afirmó Bergoglio. “Y nosotros, contemplando la estrella, podemos renovar también nuestro compromiso de ser mujeres y hombres 'del Camino'”.
Después de la celebración en San Pedro, el Papa Francisco se asomó a la ventana del Palacio Apostólico Vaticano para rezar el Ángelus. Desde allí, frente a una plaza repleta de gente y todavía decorada para las fiestas navideñas, habló de las Iglesias católicas orientales y de las Iglesias ortodoxas que siguen el calendario juliano, que celebran mañana la santa Navidad. “Me complace expresarle mis más cálidos saludos”, afirmó. “Aseguro especialmente mis oraciones por aquellos que sufren a causa de los conflictos en curso. Que Jesús, Príncipe de la Paz, traiga a todos paz y serenidad. E implorando la paz en el mundo añadió: "No nos olvidemos de rezar por la paz en la atormentada Ucrania, Palestina, Israel, y todos los países que están en guerra, como Myanmar.
