Palmira, el Estado Islámico destruye el histórico templo de Baal Shamin
Damasco (AsiaNews/Agencias) - Las milicias del Estado Islámico (IS) destruyeron el antiguo templo de Ball Shamin, uno de los más importantes edificios que forman el complejo histórico de Palmira, en Siria. Las devastiaciones se dan a pocos días de la decapitación en la plaza pública de Khaled al Assad, el octagenario director del sitio arqueológico de la época romana y uno de los máximos expertos en la Antigüedad en el país. El santuario de Baal Shamin (El Señor del Cielo) es del siglo II A.D. y fue dedicado a una divinidad equiparable a Mercurio.
La confirmación de la nueva devastación contra el patrimonio llevada a cabo por los jihadistas llegó de fuentes oficiales del gobierno de Damasco y de la ONG Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, que si bien tiene su sede en Londres, puede contar con una densa red de informantes en el territorio sirio. Habría versiones contradictorias sobre el momento en el cual ocurrió la destrucción: para el responsable de la Antigüedad Siria la destrucción ocurrió ayer, mientras que para el Observatorio los hechos se remontan a un mes atrás.
El IS tomó el control de Palmira en mayo pasado, y desde el principio se temió -como de hecho ocurrió con anterioridad en Irak- la posible destrucción del complejo arqueológico que fue nombrado patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Maamoun Abdulkarim, responsable del patrimonio arqueológico en Siria, refiere que los jihadistas “emplazaron una enorme cantidad de explosivos” y luego los han prendido fuego, causando “graves daños” en la estructura. La “cella” (área interna del tempio, ndr) fue “destruida” y las columnas a su alrededor “colapsaron”.
Los residentes de la zona, que abandonaron el área para huir de los milicianos, también confirmaron la destrucción, pero aclarararon que la misma habría ocurrido hace aproximadamente un mes. Palmira es famosa por sus ruinas griegas y romanas, y desde muy temprano se presentó como un objetivo estratégico para el IS, que hace del tráfico de bienes y antigüedades su principal fuente de ganancias.
El mes pasado los milicianos difundieron una foto en la cual se asistía a la destrucción de piezas recogidas en el complejo de Palmira. Y una semana atrás el IS decapitó, en una ejecución pública, al director del mismo sitio, Khaled al Assad, quien se habría negado a revelar el lugar en el cual se esconden algunas piezas y hallazgos de enorme importancia y valor.
La locura devastadora de los milicianos jihadistas ya tuvo en la mira a la biblioteca de Mosul , donde se hizo una quema de miles de libros, a mezquitas musulmanas y a santuarios cristianos de tradición centenaria además del templo de Nimrud, todos ellos en Irak. Una destrucción del patrimonio arqueológico, histórico y cultural de la región que, según la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, conforma “la más brutal y sistemática” devastación jamás registrada desde fines de la Segunda Guerra Mundial.