Pakistán: violencia, corrupción e injusticia crean un “terreno fértil” para el terrorismo
Peshawar (AsiaNews)- Los terroristas “han infundido el miedo en los corazones de las personas y ahora nosotros somos empujados en esa dirección. Ahora que la nación pacífica quiere su muerte, no hay diferencia (en los actos de violencia)”. Quien habla así a AsiaNews es el p. Amir Yaqoob, pastor de la Holy Name Catholic Church de Peshawar, que condena con dureza la derivación violenta en la que cayó el país después del terrible atentado realizado por los talibanes en la escuela militar de Peshawar, en el cual murieron 134 estudiantes y 19 adultos.
Como consecuencia de aquel gesto de extremismo, el gobierno de Islamabad de hecho decidió revocar la moratoria sobre la pena de muerte para los crímenes ligados al terrorismo y a continuación reintrodujo las ejecuciones para todos los casos de pena capital establecida por los jueces. Desde que fue revocada la moratoria, en diciembre de 2014, han sido ahorcadas casi 200 personas, entre ellas un joven católico –que siempre se declaró inocente- que en el momento del presunto asesinato múltiple tenía sólo 15 años.
El ahorcamiento fue realizado en los últimos días a 7 terroristas involucrados en el atentado a la escuela militar. La ejecución fue recibida con favor por el Prémier pakistaní, Nawaz Sharif, quien en el día en el cual se conmemoraba la independencia del país (14 de agosto) declaró que “ajusticiar a los terroristas volvió a dar tal sentido de confianza a la población y a los parientes de las víctimas, que tales actividades criminales serán pronto eliminadas del todo en Pakistán”.
La posición del Prémier no es compartida por el p. Yaqoob, que teme una escalada sin fin de la violencia. Una prueba es el atentado de ayer en el pueblo de Shadi Khan en el cual perdió la vida el coronel Shuja Khanzada, ministro del Interior de la provincia nord –occidental de Punjab (v. foto). Dos extremistas irrumpieron en la residencia del político, conocido por su compromiso contra el terrorismo en la más grande provincia del país, y se hicieron explotar. La detonación provocó el derrumbe del techo de la residencia de Khanzada, que estaba presidiendo un encuentro de reconciliación entre las poblaciones tribales del lugar. En la explosión quedaron sepultadas otras 11 personas y hubo unos 30 heridos. Un grupo de militantes afiliados a los talibanes, de nombre “Lashkar-e-Islam”, reivindicó el atentado y declaró que el gesto fue realizado como represalia por las operaciones militares del gobierno contra el grupo en las zonas tribales, en las cuales el 29 de julio fue asesinado el líder Malik Ishaq.
Akram Khuram, voluntario de la Human Rights Commission de Pakistán, rechaza el sistema de justicia paralelo militar con el cual son ajusticiados los detenidos sospechados de terrorismo- entre ellos los 7 afiliados de los talibanes- porque tal sistema “priva a los detenidos del derecho de defenderse” y alimenta un sentido de inseguridad general.
El p. Yaqoob concluye: “El ejército no puede derrotar por sí mismo al terrorismo. Todos los miembros de la sociedad, en particular los ulemas, deben contribuir en la lucha. Los partidos políticos y los gobernantes deben eliminar la corrupción y la injusticia, de otro modo estas condiciones crearán un terreno fértil para el terrorismo. Más bien, deben dar pasos adelante para promover la educación”.
25/07/2022 11:52