Padre Brambillasca: La Misión en China, centro de la historia y el futuro del PIME
El discurso del superior general del PIME en el congreso "Otra China. Tiempo de crisis. Tiempo de cambio". Intervenciones del cardenal Pietro Parolin, Filippo Fasulo (Ispi), Lisa Jucca (Reuters), Lala Hu (Universidad Católica, Milán) y el padre Gianni Criveller, PIME. El propósito de mirar las distintas caras del planeta China "más allá de los prejuicios y los miedos".
Milán (AsiaNews) - "La Misión en China sigue siendo el centro de nuestra historia y del futuro de nuestro Instituto": con este augurio, el p. Ferruccio Brambillasca, superior general del PIME (Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras) concluyó su intervención en la conferencia "Otra China", celebrada el 3 de octubre en el auditorio del PIME de Milán. El congreso fue el momento final de la campaña lanzada por PIME de Milán sobre "Otra China. Tiempo de crisis. Tiempo de cambio”, para acercarse a este gran país “más allá de los prejuicios y miedos”, mirando sus diferentes rostros.
Al congreso también asistió el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado vaticano, de quien ya hemos ofrecido un resumen de su discurso. El cardenal Parolin puso de relieve el entusiasmo lleno de amistad y diálogo de los misioneros del PIME en la historia de sus relaciones con China reivindicando el mismo estilo para la Santa Sede, que se propone continuar el acuerdo provisional sobre el nombramiento de obispos.
Los participantes destacaron diferentes aspectos del planeta China. Filippo Fasulo, de ISPI y de la Fundación Italia-China, se centró en "El reposicionamiento de China en el escenario mundial tras la emergencia del Coronavirus". Lisa Jucca, columnista de Reuters habló sobre "La política económica china y el ‘nodo’ de Hong Kong”, mostrando la evolución de la ex colonia británica que pasó de ser “la puerta de China” a convertirse en un ‘nodo’ para “exportar capitales al exterior". La profesora Lala Hu, docente de la Universidad Católica de Milán, presentó su trabajo sobre "Los 'nuevos chinos' de Italia, jóvenes entre dos mundos", centrándose en la composición de las comunidades chinas en Italia con la identificación de las diferentes olas de migración.
El cierre del congreso estuvo a cargo del P. Gianni Criveller, PIME, quien trazó la historia de las misiones PIME en China y Hong Kong mostrando no solo su papel evangelizador sino también la fuerza y contribución al progreso humano, económico y cultural de China. Reproducimos a continuación la intervención del P. Ferruccio Brambillasca.
«Con motivo de las celebraciones del 150 aniversario de nuestro Instituto en China, se lleva a cabo este congreso. El subtítulo que tiene: CRISIS (“desafíos”) y CAMBIOS, expresa muy bien la realidad china actual, y creo que la historia de nuestro Instituto en China también se puede resumir en estas dos palabras: desafíos y cambios.
El primer grupo de hermanos del PIME que llegó al mundo chino, a Hong Kong en 1858, procedente de la misión de Melanesia, estaba formado por los padres Reina y Raimondi, y el catequista Tacchini. Este grupo de hermanos que provenían de las dolorosas experiencias del "fracaso" de la misión en Oceanía, entró por primera vez en suelo chino sin ninguna preparación explícita y se encontró con un mundo complejo, con una historia milenaria, que no conocía en absoluto. ¡Ese fue el primer desafío, la primera crisis!
Recién en 1870 nuestro Instituto entró en China continental por primera vez.
En estos 150 años, nuestro Instituto ha ofrecido a la misión en China - misión rica en desafíos y cambios - mártires, obispos y muchos misioneros que han trabajado incansablemente. No podemos dejar de recordar hoy esta larga lista de testigos, una parte importante de la historia de nuestro Instituto.
En esta lista hay que escribir sin duda el nombre de muchos laicos chinos que han estado cerca de nuestros misioneros con valentía, devoción y gran sacrificio, y son signo de una Iglesia que, hasta hoy, continúa a través del testimonio de los laicos.
Una de las figuras de nuestro Instituto que trabajaron en China y recuerdo de manera especial, porque tuve la suerte de conocerlo personalmente cuando era un joven seminarista, es Mons. Gaetano Pollio, obispo de Kaifeng, hasta su regreso a Italia en 1951.
Cuando Mons. Pollio volvió a Italia, primero fue obispo de Otranto (que lo recibió como "mártir en la tierra de los mártires") y después de Salerno.
Tan pronto como llegó a su tierra natal, Mons. Pollio dijo: “Ahora estoy en mi patria. Y, aunque me siento rodeado de afecto y estima, mi corazón se quedó allá; se quedó en Kaifeng ... Una sola esperanza me sostiene en el exilio; volver a emprender el camino, volver a cruzar los mares, volver allá, a Kaifeng, para vivir el resto de mi vida, hasta mi último aliento, para reconstruir la misión ... ".
Creo que esos sentimientos de cariño y aprecio por la misión en China son los sentimientos de muchos de nuestros misioneros que han trabajado allí en estos 150 años, a pesar de las fatigas, las incomprensiones y las dificultades culturales que todo misionero puede encontrar en China.
Hace unos años visité nuestras 4 antiguas misiones en China.
La misión Hanzhong en Shaanxi. Aquí la diócesis tenía unos treinta sacerdotes, la mayoría jóvenes, un pequeño grupo de seminaristas y un grupo de religiosas. Las obras de caridad presentes eran tres clínicas. Los católicos eran cerca de 40.000.
La Misión Nanyang en Henan. En la diócesis había varias congregaciones religiosas femeninas y 25 sacerdotes, y la población católica era de unos 25.000 fieles.
Misión de Kaifeng en Henan. Aquí los fieles eran alrededor de 30.000.
Por último, la misión Anyang en Henan. Aquí hay una congregación de religiosas fundada por misioneros del PIME, la congregación de San José con casi 120 hermanas. Estas religiosas trabajan en varias clínicas oftalmológicas y en un hospital. La diócesis tenía unos treinta sacerdotes y los fieles superaban los 40.000.
Visitando todas esas antiguas misiones nuestras, noté que nuestros misioneros tenían un "organigrama" muy preciso sobre la manera de organizar las misiones, siempre atentos, en la manera de vestir y de construir estructuras, a respetar la cultura y las costumbres locales.
Esto es un poco nuestra historia, en una síntesis extrema….
¿Qué nos enseña esta historia? ¿Cuáles son los desafíos y cambios para llevar adelante un trabajo en China, en una China en fase de gran evolución?
La historia de nuestra misión en China nos enseña que para trabajar en China necesitamos misioneros que amen estar con la gente y que amen a esta gente; misioneros pacientes; misioneros consistentes, porque son capaces de hacer algo verdaderamente útil para el pueblo chino; hombres de oración que ofrezcan un ejemplo verdadero y coherente a los católicos chinos; misioneros que vivan ante todo la caridad; misioneros que valoren y estudien el idioma y la cultura local.
En la medida de lo posible, nuestro Instituto sigue hoy tratando de preparar misioneros como estos que quieran trabajar en China.
La Misión en China sigue siendo el centro de nuestra historia y el futuro de nuestro Instituto. En los últimos años algunos de nuestros misioneros también han trabajado en China continental. Espero sinceramente que ese trabajo pueda continuar por el bien del pueblo chino, que es una parte significativa de la humanidad.
Les agradezco su atención y de manera especial agradezco a Su Eminencia el Card. Parolin por su presencia entre nosotros».
24/05/2017 22:00
24/09/2018 13:21