P. Zhao: 'Los católicos chinos, la Cuaresma y el año de oración'

Mensaje del administrador apostólico de Harbin a los fieles en el camino hacia la Pascua. "Siguiendo la invitación del Papa Francisco, preparémonos para el Jubileo de 2025 ayudando a nuestra Iglesia china a transformar la exterioridad del canto en una oración profunda, capaz de abandonarse plena y completamente a Dios".

Harbin (AsiaNews)- Una invitación a los católicos chinos a vivir la Cuaresma bajo el signo del Año de la Oración, convocado por el Papa Francisco en preparación al Jubileo de 2025. Este es el corazón del mensaje cuaresmal que el administrador apostólico de Harbin, el padre Joseph Zhao Hongchun - punto de referencia de la comunidad católica "clandestina" de esta ciudad de la provincia de Heilongjiang- ha dirigido a los fieles al comienzo del camino hacia la Pascua, que este año coincide con la celebración del Año Nuevo chino.

“En la Cuaresma de este año - escribe el p. Zhao - se nos pide volver constantemente sobre el arrepentimiento, la oración y el amor en la vida diaria, con una nueva perspectiva para el futuro. El Papa Francisco espera fervientemente que los creyentes puedan dedicarse plenamente a la oración en 2024 y prepararse para el Jubileo de 2025. Por eso nos dedicaremos a la oración durante todo el año y en esta Cuaresma comenzaremos el Año de la Oración, redescubriendo su lugar central en la vida de la fe. Para nosotros, la preparación para el Jubileo es un tiempo dedicado al arrepentimiento, a la redención, al despertar de la oración y al testimonio del amor".

El administrador apostólico de Herbin recuerda que el Papa Francisco ha invitado a los fieles a ser hombres y mujeres de oración todos los días, cultivando la oración desde el corazón y no sólo repitiendo palabras "como un loro". “Por eso – reflexiona el sacerdote – todos debemos partir de nosotros mismos y comprometernos a poner en práctica esta invitación, transformando nuestra Iglesia china de 'canto' en una Iglesia de 'oración'”. Porque "el 'canto' exteriorizado tiende a hacernos caer en el peligro de exibirnos, de fingir y escucharnos sólo a nosotros mismos, sin situarnos plena y completamente delante de Dios y abandonarnos a su mirada. Al mismo tiempo, esta forma de oración a menudo nos lleva al peligro de "buscar nuestro propio interés", es decir, de introducir el utilitarismo del mundo en la relación entre el Cielo y el hombre".

La oración - recuerda el P. Zhao - es la invitación de Jesús “a encontrarnos con nuestro Padre que Él nos ha revelado, a establecer una relación íntima y recibir el don de su Hijo y del Espíritu Santo. Esto es comunión con Dios, Él está dentro de mí y yo estoy dentro de Él. La oración así entendida es sencilla, aunque eso no signifique que sea fácil de realizar”. El administrador apostólico de Harbin invita a tener cuidado con la abundancia del alimento para la imaginación que hoy aportan las herramientas digitales: "Los teléfonos móviles, Internet, los vídeos cortos durante la oración, no hacen más que acostumbrarnos a las interferencias de la nada exterior y nos impiden vivir plenamente en la presencia de Dios".

“La oración auténtica, en cambio, es dejarse guiar por el Espíritu Santo: Dios está presente; nosotros lo miramos y él también nos mira. Sin ninguna fantasía, simplemente entregándolo todo, como Jesús, haciendo una donación completa y total de uno mismo. En la oración seremos cada vez más purificados y santificados, existiendo sólo para el amor y dejándonos cautivar por el amor de Dios, viviendo la mirada de ese amor".

“Concentrémonos sobre todo en la oración durante la Cuaresma - concluye el mensaje del p. Zhao - y conseguiremos progresos simultáneos en diferentes aspectos de la fe, pero siempre con el propósito más profundo de permitir que el Espíritu Santo impulse dentro de nosotros acciones más fuertes, más profundas y más personales. Toda la Cuaresma conduce a la cruz y al misterio de la resurrección de Jesús. Confiemos esta Cuaresma a la Virgen María pidiéndole que nos ayude a superar los hábitos y los esfuerzos inútiles que obstaculizan al Espíritu Santo, y pidámosle también que nos enseñe la oración contemplativa: guardar todo en el corazón, pensar en ello una y otra vez, deseando sólo que se haga la voluntad de Dios".