P. Ibrahim: Siria es un balón entre los pies de las potencias internacionales
Para el sacerdote los cristianos están “siempre amenazados de desaparecer”. Ellos viven “una realidad de suspensión entre cielo y tierra, colgados en la cruz”. La ciudad muestra las marcas del conflicto: edificios dañados se derrumban matando a las personas. Una generación, o más, sin instrucción. Naufragan los intentos de paz y reconciliación.
Bérgamo (AsiaNews)- A casi 8 años del inicio del conflicto Alepo “es una ciudad herida”, que “debe ser reconstruida de cero” y Siria “un balón entre los pies de las potencias internacionales”, que juegan “a su propio gusto”. Es cuanto narra a AsiaNews, el p. Ibrahim Alsabagh, sacerdote de la parroquia latina de Alepo, metrópolis del norte por años epicentro del conflicto iniciado en marzo de 2011. Nacido en Damasco en 1971, el religioso se expuso en primera persona en favor de las víctimas, cristianas y musulmanas, de una guerra que provocó casi medio millón de evacuados. “Como cristianos- agrega- estamos siempre amenazados de desaparecer. La comunidad vive una realidad de suspensión entre el cielo y la tierra colgados en la cruz”.
P. Ibrahim por años Alepo estuvo en el epicentro del conflicto sirio: ¿cómo es la situación hoy?
En una ciudad herida, con las alas destrozadas. Desde el punto de vista económico es una realidad destruida, que debe ser reconstruida casi de cero. Hay una sensación difundida de tristeza y amargura, Cuando nos preguntan cómo va, respondemos que la guerra apenas inició, porque ahora la heridas comienzan a surgir en toda su portada.
¿De cuáles heridas habla?
Las heridas más profundas tienen que ver con el ser humanos, el corazón y el alma de tantos niños crecidos durante la guerra que muestran evidentes fragilidades psicológicas. Personas. Personas con discapacidades o paralizadas, otras aterrorizadas por las violencias. Si pensamos en los niños, tenemos una entera generación, o quizás más, que no pudo disfrutar del derecho al estudio. Ancianos que viven en condiciones de abandono, las pensiones valen poco o nada. El dinero que no cubren ni siquiera el 10% en términos de necesidad de remedios. Y luego el alto costo de vida: la comida alcanzó precios exhorbitantes y la moneda local (lira siria) está siempre más débil respecto al dólar.
Recientemente surgieron espirales de paz, luego la situación precipitó. ¿Qué sucedió?
Lamentablemente es evidente el sofocamiento, en algunos aspectos repentinos, de una perspectiva de paz. Hace 3 meses parecía ya próximo un acuerdo entre turcos, rusos y estadounidenses sobre Idlib (último bastión yihadista y rebelde anti-Assad). Sin embargo, después de algunas semanas de distancia las potencias regionales e internacionales bloquearon todo. También con los kurdos hemos registrado una situación análoga, con un intento de reconciliación apoyado también por Damasco, luego naufragado. Al final el sur, con un posible entendimiento con Israel. Hoy este escenario internacional favorable cambió.
¿Qué sucedió?
Estos cambios son el fruto de pactos logrados, estropeados o cancelados por los mismos paíse que desde hace años condicionan el éxito del conflicto. Encuentran un acuerdo, luego lo desmienten. Una parte se retira, la otra ataca y nosotros, espectadores impotentes podemos sólo observar los resultados. Siria es un balón entre los pies de las potencias internacionales, que juegan a su propio gusto.
¿Qué reflejos tienen estos enlaces de la política mundial sobre la vida de las personas?
Pasar de un espiral de paz a una nueva, dramática escalada cambia mucho las perspectivas. Esto significa que los comercios no reiniciarán, las industrias permanecerán firmas, la gente sin trabajo, los negocios no darán útiles. Muchos jóvenes me confiesan que desde hace 3 meses no logran sacar un mínimo de ganancia de actividades comerciales, negocios y oficinas.
¿Cuál es la situación de la comunidad cristiana?
Como cristianos estamos siempre amenazados de desaparecer, en Siria como en todo Oriente Medio. La comunidad vive una realidad de suspensión entre el cielo y la tierra, estamos colgados en la cruz, en el sufrimiento, en la amargura. Hace 8 años entramos en un túnel que, todavía hoy, no parece tener fin. Dicho esto, aún entre problemas y sufrimientos como cristianos queremos quedarnos cerca del ser humano que vive en condiciones de profundo malestar y sufrimiento.
¿Cuáles proyectos inició la Iglesia para responder a las necesidades?
Continuamos apoyando las iniciativas iniciadas desde hace tiempo: de los paquetes de alimento a la asistencia sanitaria a miles de personas. Mientras tanto hay necesidades enormes en el sector de la instrucción, de las primarias a las universitarias. Trabajamos para la reconstrucción, hast ahora la Iglesia restauró 1300 habitaciones, pero es sólo una mínima parte. Una tarea esencial, considerando que en las últimas dos semanas se derrumbaron 2 edificios provocando la muerte de decenas de personas, también niños. Luego hay problemas infraestructurales, como la electricidad que falta y tiene aumentos enormes. En Damasco una entera familia se quemó viva por la corriente defectuosa.
¿Cómo ve el futuro para los cristianos y el país?
Difícil decirlo. Ninguna zona puede decirse que está libre de amenaza de la guerra y al seguro. Algunas familias cristianas continúan escapando, estamos todavía frente a una hemorragia de fieles, Aún, este cuadro no debe ser fuente de desaliento y desesperación. No queremos detener a quien parte, sino ofrecer una alternativa a cuantos deciden quedarse o eligen volver.
17/12/2016 13:14
03/07/2015