P. Hammond: Los Juegos Olímpicos coreanos, una ocasión para la paz
Las Olimpíadas de Pyeong Chang son un primer paso para entablar nuevos diálogos. Las sanciones pesan sobre la población de Corea del Norte. Se corre el riesgo de perder años de logros y trabajo en favor de la seguridad alimentaria. Hay que aliviar el dolor en la mayor medida de lo posible. “Dar pasos adelante, uno tras otro, también con la esperanza de poder llevar más ayuda humanitaria, con mayor libertad”.
Seúl (AsiaNews) – Los Juegos Olímpicos de Pyeong Chang, traen “palabras esperanzadoras, a favor de un futuro de mayor paz en la península”. Es lo que afirma el P. Gerard Hammond, superior regional de los Misioneros Maryknoll en Corea, al comentar los renovados diálogos entre los dos países, sin olvidar las preocupaciones por el sufrimiento que atraviesan los norcoreanos, sobre quienes pesan las duras sanciones impuestas por la comunidad internacional a Corea del Norte.
“Gradualmente, las sanciones comienzan a tener un impacto. Sin embargo, más que herir al régimen, al gobierno norcoreano o a Kim Jong-un, el peso del embargo es sentido, ante todo, por las personas comunes y corrientes de Corea del Norte”, comenta el padre Hammond. “Me preocupa que el envío de ayudas alimentarias pueda convertirse en un problema. La mayor parte de los 24 millones de norcoreanos sufrirán, y terminarán desvaneciéndose organizaciones y años de progresos y de logros obtenidos en términos de seguridad alimentaria. A pesar de todo, debemos continuar haciendo lo mejor que podamos para aliviar el dolor, en la mayor medida de lo posible”.
La fundación con la cual colabora el P. Hammond, la Eugene Bell Foundation, tiene previsto efectuar el próximo envío de ayudas destinado a enfermos de tuberculosis, entre el 30 de abril y el 22 de mayo. Cada vez que parte, el misionero americano debe pedir un nuevo pasaporte al Departamento de Estado de los EEUU. “Nunca sabes si podrás viajar o no –comenta. Esta es la parte triste”. Recientemente, la ONG apeló a Seúl para que presione al Consejo de Seguridad de la ONU, a fin de que las medicinas para la tuberculosis queden exentas del embargo.
Pero también hay “gran esperanza”, dice el P. Hammond: “Gracias a las Olimpíadas, parece haber palabras esperanzadoras, a favor de un futuro de mayor paz en la península. De hecho, a los Juegos se lo llama las ‘Olimpíadas de la paz’, porque al menos el Norte y el Sur se está encontrando, y se espera que después, tengan lugar nuevos diálogos, más importantes”.
“Sin lugar a dudas, ésta es la esperanza de cualquiera que haya tenido contactos recientes con el Norte”, continúa el misionero. “Espero que se generen nuevo métodos y vías de contacto, que haya más confianza. Es fundamental para dialogar. Lo más importante es el contacto ‘de persona a persona’. Al menos, que nos hablemos”.
El sacerdote recuerda a las familias divididas a partir de la Guerra de Corea, y espera que los nuevos coloquios puedan favorecer otras oportunidades de encuentro entre parientes que ya son ancianos y esperan poder reunirse antes de morir. “Sería de gran ayuda”·, comenta el P. Hammond.
Y concluye: “Puede ser una buena oportunidad para comenzar algo. Dar pasos adelante, uno tras otro, también con la esperanza de poder llevar más ayuda humanitaria, con mayor libertad”.