P. Belisario, asociado al PIME: hurto en nuestra parroquia (Fotos)
La misión de Chandpukur se encuentra al norte de Rajshahi. Los ladrones se han llevado los bienes rentables, es decir, los animales, que se utilizan para mantener el albergue. Las chicas que duermen junto al establo están ilesas. Los ladrones han actuado sobre seguro. Se examinan todas las hipótesis, aparte del factor económico. La misión alberga a 300 niños pobres, entre ellos muchos huérfanos, y cuida de personas de todos los credos.
Rajshahi (AsiaNews) - Unos desconocidos han entrado por la noche en la misión de Chandpukur, en la diócesis de Rajshahi, y han robado los animales de la parroquia, es decir, las mercancías con mayor valor económico porque cuestan miles de euros en el mercado. Lo cuenta a AsiaNews Belisario Ciro Montoya, asociado como "fidei donum" del Instituto Pontificio para las Misiones Extranjeras (PIME) en Bangladesh, que es el párroco desde hace un mes. "Estamos en shock – dice - los animales se usan para comprar arroz para alimentar a los 300 niños que acogemos en el albergue. El establo está al lado del dormitorio de las chicas. "Gracias a Dios", añade, "no les ha pasado nada a los pequeños. Fue un milagro que no sufrieran violencia o violación".
El sacerdote está choqueado por lo que pasó: "Hay mucha tristeza y miedo porque, así como lograron entrar y robarnos, podrían habernos lastimado”. Dice que el robo tuvo lugar alrededor de la 1 a.m., cuando todos estaban dormidos. Los ladrones entraron por la esquina de la misión que alberga a los animales, rompieron el cerrojo de la puerta y se llevaron dos bueyes y una vaca. "En el mercado ganado de ese tamaño valen 2.500 euros. De hecho, nosotros también estábamos a punto de venderlas y usar las ganancias para comprar comida".
La misión de Chandpukur está compuesta por la Iglesia del Rey de la Paz, con dos sacerdotes que incluyen al párroco, la escuela, el dispensario y dos albergues para niños y niñas. Las chicas viven con las hermanas de la congregación local Shanti Rani (Reina de la Paz). El Padre Belisario informa: "No tenemos muros ni guardias de seguridad. La única zona con una pequeña valla es el albergue de las chicas y el establo”. En toda la zona viven unos 6.500 cristianos, de una población total de dos millones de hindúes y musulmanes. "La misión está entre las más grandes de la diócesis - continúa - pero también una de las más pobres. Una monja enfermera dirige el dispensario médico de primeros auxilios".
El robo fue descubierto esta mañana antes de la misa, cuando los hombres que cuidan a los animales encontraron el estable vacío. El párroco presentó una denuncia y "la policía prometió que nos ayudaría a encontrar a los animales. Enviamos a algunas personas al mercado local, en busca de ganado, pero dudo que se encuentren. Mientras tanto, la policía ha abierto una investigación y ha creado una patrulla de guardias". "Es una lástima – añade - porque con el dinero de la venta también queríamos ampliar el albergue. Aquí acogemos a varios huérfanos y niños muy pobres de las tribus Santhal y Garo, desde el jardín de infancia hasta la 10ª clase, es decir, hasta los 18 años. Las condiciones son difíciles, las habitaciones son pequeñas, hace mucho calor en verano y hasta tres niños duermen en la misma cama. Pero sigue siendo mejor que en casa, donde no tienen la oportunidad de estudiar y a menudo no tienen comida".
Las investigaciones, continúa, "también se dirigirán a los que han venido a la misión en los últimos días para evaluar a los animales. No se excluye que haya cómplices entre los aldeanos porque los criminales actuaron sobre seguro, sabían dónde ir. La misión es muy querida por toda la población porque acogemos y cuidamos a gente de todos los credos. Sin embargo, no se excluyen otras razones, aparte del factor económico". Lo más importante, concluye, "es que no tocaron a las chicas, quienes no notaron nada. E incluso si escucharon algo, no hicieron ningún ruido, no llamaron la atención. Aquí tratamos de darles un mejor futuro a través de la educación. Sin la misión de la Iglesia, estarían condenados a volver a casa, a casarse de niños y a sufrir la condición de servidumbre que los oprime. Seguimos trabajando a pesar de lo que ha pasado". (A.C.F.)
