P. Anand, sobre Ayodhya: anhelo la paz entre hindúes y musulmanes y mayor atención por los pobres

de Biju Veticad

En la ceremonia de colocación de la primera piedra del templo del dios Rama (sobre las ruinas de la mezquita de Babri) estuvo presente el premier Narendra Modi y el representante sunita Iqbal Ansari. En 1992, el conflicto en torno al lugar sagrado culminó con la muerte de más de 2.000 personas, en su mayoría musulmanes. La ayuda para promover el desarrollo de los pobres es tan importante como la construcción de templos y como la limpieza del río Ganges.

Ayodhya (AsiaNews) – “Mi anhelo, para todos los indios, es que la construcción del templo hindú y de la mezquita en Ayodhya, acabe con el odio histórico entre hindúes y musulmanes, y que promueva la esperanza y la armonía en las nuevas generaciones”.

Es el comentario del P. Anand Matthew de la Indian Missionary Society (IMS), a pocas horas de la ceremonia que contó con la presencia del premier Narendra Modi, en la que se colocó la primera piedra (un bloque de 40 kg de plata) de lo que será el Sancta sanctorum del templo dedicado a Rama, en Ayodhya (Uttar Pradesh). El edificio sagrado será construido sobre las ruinas de la mezquita de Babri (Babri Majidh), que fue destruida por miembros del Sangh Parivar (nacionalistas hindúes, ligados al partido de Modi, el Bharatiya Janata Party) en 1992.

La construcción del nuevo templo se reanudó luego de una resolución de la Corte Suprema en 2019. En la sentencia se cede el terreno de la Babri Majid a los hindúes, pero se ofrecen cinco acres de tierra a la comunidad musulmana de la aldea de Dhannipur, para construir una nueva mezquita.

Casi como para marcar el inicio de una reconciliación, en la colocación de la piedra hoy participó Iqbal Ansari, representante del Sunni Waqf Board, que defendió los derechos de los musulmanes a lo largo de todos estos años, y se opuso a la destrucción y a la requisa del espacio de la Babri Majid.

El lugar sagrado de Ayodhya ha sido fuente de choques y hechos de violencia por varios siglos. Según la epopeya narrada en el libro de los Ramayana, el dios hindú Rama, la encarnación de Vishnu, nació en Ayodhya. En el siglo XVI, la dinastía Moghul construyó una mezquita (la Babri Majid) en el lugar donde habría nacido el dios Rama. A mediados del siglo XIX hubo disputas y desórdenes entre hindúes y musulmanes por la posesión del lugar. En 1992, cerca de 150.000 militantes de la organización hindú Sangh Parivar arrasaron con la mezquita; el asalto desencadenó disturbios en todo el país, con un saldo mayor a 2.000 muertos, en su mayoría, musulmanes.

La denuncia ante la Corte Suprema culminó con una sentencia del 9 de noviembre de 2019, en la que se reconoce que el lugar pertenecía a los hindúes. Al mismo tiempo, condena la destrucción de la mezquita, un acto ilegal, y otorga a los musulmanes el derecho a construir otro lugar de culto.

La ceremonia de colocación de la primera piedra y la ofrenda del fuego a la divinidad (Bhumi Pooja) congregó apenas un centenera de invitados, por las restricciones vigentes debido a la pandemia. Aún así, muchos fieles hindúes se apiñaron marchando por las calles que conducen a Ayodhya, desatendiendo las prohibiciones. La ceremonia se difundió por los canales de la tv nacional.

Según el padre Anand, “en la conducción de la nación, el principio básico debiera ser colaborar para el desarrollo de los pobres, y no solamente la construcción de templos o la limpieza del río sagrado, el Ganges”.

El sacerdote recuerda que hay millones de trabajadores migrantes que han perdido su empleo a causa de la cuarentena, y que estas personas están haciendo enormes esfuerzos para sobrevivir. Miles de ellos, para huir del hambre, regresaron a pie a sus aldeas de origen, caminando cientos de km. Varios murieron en el camino.