Otro gobierno prochino en las Islas Salomón. Beijing mantiene su control sobre el Pacífico

El nuevo primer ministro del archipiélago será Jeremiah Manele, que ya ocupó el cargo de ministro de Relaciones Exteriores. Los analistas esperan que adopte una actitud menos conflictiva a pesar de los vínculos con China. Pero la competencia sigue abierta entre los países del Pacífico, divididos entre la lealtad a los socios occidentales y los acuerdos (especialmente en materia de seguridad) con Beijing.

Honiara (AsiaNews) - El gobierno de las Islas Salomón seguirá siendo prochino: los diputados designados tras las elecciones del 17 de abril nombraron primer ministro a Jeremiah Manele, quien ya ocupó el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores en 2019. Ese año las Islas Salomón, con el anterior primer ministro Manasseh Sogavare, decidieron interrumpir las relaciones diplomáticas con Taiwán para firmar, tres años después, un tratado de seguridad (cuyos detalles no se hicieron públicos) con China, que de esa manera sigue manteniendo cierta influencia en el Pacífico.

Sogarave había declarado la semana pasada que abandonaría la carrera por el cargo de primer ministro debido a los decepcionantes resultados de su partido, y después apoyó la candidatura y el nombramiento de Manele, quien ya ha anunciado que mantendrá estrechas relaciones con Beijing. Sin embargo, los analistas esperan que, a diferencia de su predecesor, Manele adopte un enfoque menos conflictivo hacia sus socios occidentales, que miran con preocupación las relaciones entre China y los países insulares que salpican el Océano Pacífico.

En los últimos años, en efecto, Beijing ha reforzado la cooperación en el ámbito de las fuerzas policiales con varios países y ha proporcionado fondos e inversiones para la construcción de puertos, carreteras e infraestructuras de telecomunicaciones, en lugares donde los viajes y los contactos se complican por la escasez de recursos y el progresivo aumento del nivel del mar debido al cambio climático.

Por poner sólo algunos ejemplos, desde 2013 se realiza un intercambio de agentes de policía con las Fiyi, donde en 2021 también llegó por primera vez un oficial de enlace a la embajada china. El año pasado se enviaron equipos de expertos a Vanuatu y Kiribati (otro país que revocó el reconocimiento de Taiwán en 2019), mientras que la ayuda a las Islas Salomón se reforzó después de que estallaron las protestas en la capital, Honiara, en 2021, y muchos temen que el pacto de seguridad firmado en 2022 permita el despliegue de fuerzas militares chinas en el archipiélago.

Otro caso: después de los disturbios de enero en Papúa Nueva Guinea, el Ministro de Relaciones Exteriores de Papúa, Justin Tkachenko, declaró que en septiembre China se había ofrecido a proporcionar equipos y tecnologías de vigilancia, pero inmediatamente después insistió en subrayar que, en cualquier caso, Papúa Nueva Guinea no "podrá en peligro ni comprometerá las relaciones" con los socios occidentales.

Además, China ha propuesto inversiones para reactivar el turismo en Palau y las Islas Marshall, dos países que, junto con Micronesia, están vinculados a Washington a través de los Pactos de Libre Asociación (Compacts of Free Association, COFA), que permiten a Estados Unidos tener acceso a los sistemas de defensa y de seguridad de los países del Pacífico en caso de ataque (aunque no sólo eso).

Según los expertos, China tiene un doble interés en promover la cooperación policial con estos países: por un lado, existe la necesidad práctica de proteger a la diáspora y las inversiones chinas, sobre todo en caso de revueltas y desórdenes, que han demostrado ser frecuentes.

Por otra parte, es evidente que Beijing se ha introducido en esta región para tener mayor influencia en relación con Estados Unidos. Los funcionarios de Washington expresaron nuevamente su preocupación a principios de este año después de la visita de algunos agentes de policía chinos a Kiribati, donde temen que China pueda reconstruir una pista de aterrizaje militar a menos de 4.000 kilómetros de Hawai.

A los pequeños países del Pacífico, sin embargo, podría no molestarles en absoluto la competencia geopolítica entre China y los aliados occidentales, porque proporciona un elemento adicional para utilizar en las relaciones diplomáticas y obtener más ayudas y recursos. En 2022 el ministro de Exteriores chino Wang Yi no logró convencer a los líderes del Pacífico de firmar dos nuevos acuerdos de cooperación, y, al año siguiente, el primer ministro de Fiyi, Sitiveni Rabuka, dijo que rompería el acuerdo de intercambio de agentes de policía con China, aunque después suavizó el tono. En esta competencia por la influencia en el Pacífico, Beijing argumenta que Estados Unidos no es un socio confiable y busca contrarrestar lo que afirma es una visión contraria a China que presentan los medios occidentales. En enero de este año se descubrió, por una fuga de información, que una de las tareas de un diplomático chino destinado en la embajada de Honiara era influir en la cobertura de los medios locales de las elecciones presidenciales en Taiwán.

Los Estados occidentales, por su parte, han puesto en evidencia el estilo autoritario de la policía y los funcionarios provenientes de China, donde los derechos humanos a menudo pasan a un segundo plano. En 2017, por ejemplo, la policía de Fiji arrestó a 77 ciudadanos chinos, que luego fueron extraditados en colaboración con las autoridades locales.

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