Osservatore Romano: Nota sobre la Iglesia Católica china
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – A continuación, transcribimos una nota publicada ayer en l’Osservatore Romano, en la cual se enumeran los pasos que la Santa Sede ha dado en relación a la Iglesia china, luego del acuerdo China-Vaticano firmado en septiembre del año pasado. La nota afirma que dicho diálogo es proseguido para afrontar ulteriores “problemas que todavía persisten, comenzando por el reconocimiento civil del clero ‘no oficial’”.
El 22 desptiembre de 2018, en Beijing, la Santa Sede y la República Popular de China firmaron un “Acuerdo Provisorio sobre el nombramiento de Obispos”. Previo a ello, el 8 de septiembre de 2018, tras haber reflexionado y rezado mucho, el Sucesor de Pedro, con espíritu de gran benevolencia, recibió en plena comunión eclesial a siete obispos chinos, que habían sido consagrados sin el mandato pontificio.
En dicho contexto, el Papa Francisco invitó a todos los prelados a renovar la total adhesión a Cristo y a la Iglesia y les recordó que, al pertenecer al pueblo chino, deben guardar respeto y lealtad hacia las autoridades civiles, y, como Obispos, son llamados a ser fieles al Evangelio, de acuerdo a lo que enseña el mismo Jesús: “Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios” (Mateo, 22,21).
Por otro lado, el Santo Padre asignó a cada obipo una tarea pastoral diocesana, tomando en debida cuenta las situaciones locales, que son particulares y complejas. Por tanto, Mons. José Guo Jincai fue llamado a desarrollar el ministerio episcopal como primer Obispo de Chengde; Mons. José Huang Bingzhang, como Obispo de Shantou; Mons. José Liu Xinhong, como Obispo en Anhui; Mons. José Ma Yinglin, como Obispo de Kunming; Mons. José Yue Fusheng, como Obispo en Heilongjiang; Mons. Vicente Zhan Silu, como Obispo de Funing/Mindong; y Mons. Pablo Lei Shiyin, como Obispo de Leshan.
En relación a tales medidas, Mons. Vicente Guo Xijin asumió el cargo de Obispo Auxiliar de Funing/Mindong, y Mons. Pedro Zhuang Jianjian, el título de Obispo Emérito de Shantou.
En cuanto al cargo pastoral, los nueve Prelados han recibido la comunicación de la Santa Sede el día 12 de diciembre de 2018 en Beijing, en el marco de uan sobria ceremonia, marcada por una intensa comunión eclesial, y concluida con la oración del Padrenuestro y el canto del Ave María según una melodía tradicional china.
Por úlimo, un hecho a destacar ampliamente a nivel eclesial es que Mons. Mons. Antonio Tu Shihua, O.F.M., pocos meses antes de su fallecimiento, ocurrido el 4 de enero de 2017, pidió ser readmitido en la plena comunión con el Sucesor de Pedro, quien lo ha acogido con el título de Obispo Emérito de Puqi.
Para tener una mejor comprensión de la magnitud eclesial y pastoral de tales acontecimientos, resulta más que oportuno referirse a aquello que fuera subrayado por el Papa Francisco en el “Mensaje a los Católicos chinos y a la Iglesia Universal”, fechado el 26 de septiembre de 2018: “Con el fin de sostener e impulsar el anuncio del Evangelio en China y de restablecer la plena y visible unidad en la Iglesia, era fundamental afrontar, en primer lugar, la cuestión de los nombramientos episcopales. Todos conocéis que, lamentablemente, la historia reciente de la Iglesia católica en China ha estado dolorosamente marcada por las profundas tensiones, heridas y divisiones que se han polarizado, sobre todo, en torno a la figura del obispo como guardián de la autenticidad de la fe y garante de la comunión eclesial” (Nro. 3).
Ahora, es importante vivir la unidad entre los Católicos y “abrir una fase de mayor colaboración fraterna, para asumir con renovado compromiso la misión de anunciar el Evangelio. En efecto, la Iglesia existe para dar testimonio de Jesús y del amor del Padre que perdona y salva” (Mensaje, Nro. 4).
La Santa Sede continúa abocada a proseguir por el camino de diálogo, con miras a resolver gradualmente, con una actitud de mutua comprensión y de paciencia de cara al futuro, los distintos problemas que aún persisten, comenzando por el reconocimeinto civil del clero “no oficial”, a fin de normalizar cada vez más la vida de la Iglesia católica en China.