Oriente Medio y Norte de África, las peores regiones en materia de derechos humanos
Se registran “acciones positivas” en Túnez, en Líbano y en Qatar. En Arabia Saudita, “persiste la segregación”. Consejo de Derechos Humanos de la ONU: “No se debe castigar la crítica hacia los líderes religiosos ni impedir comentarios sobre la doctrina religiosa o los principios de fe”. En un cuarto de los países del mundo, rigen leyes o políticas contra la blasfemia.
Nueva York (AsiaNews/Agencias) – Oriente Medio y el Norte de África son “las peores regiones del mundo en materia de derechos humanos”. Así lo afirmó hoy Sarah Leah Whitson, la directora de la división local de Human Rights Watch (HRW), en la fecha en que se conmemora el 70mo aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. “Los mayores obstáculos –afirma ante el periódico OLJ- siguen siendo los gobiernos de la mayor parte de los países árabes, que no respetan la libertad y los derechos de sus ciudadanos”.
La funcionara subraya algunas “acciones positivas” emprendidas por ciertos países de la región; el proyecto de reforma de herencias en Túnez, que es visto como “un paso decisivo y raro hacia una igualdad de géneros”; en el Líbano, la actuación de una nueva ley sobre el tema de las torturas; la ley de asilo de refugiados, adoptada por Qatar en septiembre de 2018. Sin embargo, remarca Sarah Whitson, “si miramos la región en conjunto, el respeto de los derechos humanos atraviesa una crisis, marcada, por un lado, por las guerras catastróficas en Siria y en Yemen, por un conflicto que continúa en Libia y por el perpetrarse de la violencia en Irak, en Gaza y en el Sinaí”. Actualmente, hay 13 países árabes que están en guerra o combaten a través de una coalición militar.
Entre las naciones más influyentes de la región figura Arabia Saudita, que hace 70 años se abstuvo de firmar la Declaración debido a la cláusula referida a la protección del derecho a cambiar de religión, algo que en dicho país es visto como apostasía. Sarah Whitson afirma que, en los últimos meses, “ha habido mejoras en el espacio social, con la apertura de cines, estadios y conciertos. Sin embargo, la segregación persiste”. “Arabia Saudita –continúa- desgraciadamente es rica en anécdotas irónicas y hay una especie de esquizofrenia entre los que el gobierno pretende hacer, por un lado, y la intensa represión puesta en acto, por el otro”.
En 1948, otros países con población mayoritaria musulmana como Siria, Irán, Turquía y Pakistán votaron a favor de la Declaración. Sin embargo, Islamabad se cuenta entre los gobiernos a los que el Consejo de derechos humanos de la ONU (UNHRC) recuerda que “las leyes del ámbito doméstico no deben castigar la crítica hacia los líderes religiosos ni impedir comentarios sobre la doctrina o los principios de fe””. Analistas del Pew Research Center resaltan que en el 2014 [el último año del que se tienen datos estadísticos sobre este tema] eran pocas las leyes o políticas contra la blasfemia en un cuarto de los países del mundo. Cerca del 13% de éstos adoptaban leyes o políticas que criminalizaban la apostasía, tornándola plausible de pena de muerte en algunos casos.
Recientemente, Pakistán volvió a ocupar los titulares de la crónica a raíz del caso Asia Bibi, la mujer cristiana condenada a muerte por blasfemia que fue absuelta por la Corte Suprema. “Su caso –afirma el UNHRC- es uno de los ejemplos más notorios de cómo las leyes de blasfemia pueden ser utilizadas, con demasiada facilidad, para perseguir venganzas personales”.