Oración, sacrificio, solidaridad: la Cuaresma de los católicos de Daca
Prepararse para la Pascua en un país de mayoría musulmana. “Por mi servicio sincero, la gente comprende que soy cristiana”. Con los frutos de las renuncias cuaresmales, cada año se construyen nuevas iglesias para los nuevos cristianos en las regiones más remotas.
Dhaka (AsiaNews) - En Bangladesh, los católicos viven la Cuaresma con gran solemnidad, con oraciones, sacrificios y buenas obras. “Como discípula de Cristo, trato de comprender profundamente el significado de la Cuaresma. En este tiempo todas las semanas participo en el Vía Crucis y en la misa dominical, haciendo ayunos y sacrificios”, explica Margarate Gomes, una enfermera católica que trabaja en un hospital público. En este país de mayoría islámica, los cristianos son solo el 0,4% de la población.
Margarate cuenta que proviene de una familia católica piadosa y que aprendió de sus padres la importancia de la Cuaresma, por eso vive intensamente este tiempo de purificación. “Cuando era niña - explica - veía a mis padres ayunar, orar y ayudar a los necesitados. Ahora yo también lo hago y eso me da fuerza espiritual”. Como enfermera, Margarate tiene la oportunidad de dar testimonio de su fe a través del amor y el cuidado a las personas que atiende. “Hago lo mejor que puedo en mi trabajo - dice - sonriendo y apoyando a los pacientes que no tienen ayuda. Por mi servicio sincero la gente comprende que soy cristiana”.
Aknon Rozario también comparte su manera de vivir la Cuaresma: “Me gustan las homilías de los sacerdotes y quiero seguir sus enseñanzas”, dice este joven de 22 años que trabaja como electricista en una fábrica. “Antes - cuenta - siempre estaba demasiado ocupado jugando con mi teléfono celular en vez de rezar o hablar con mis padres y hermanos. Pero ahora rezo y les dedico tiempo a ellos. Empecé a hacerlo cuando escuché el sermón de un sacerdote en la iglesia”.
El jubilado Paul Palma renuncia a las bebidas alcohólicas durante la Cuaresma. “En mi vida he ganado mucho - dice - me divertí mucho. Ahora siento que debería hacer algo por los demás: en vez de divertirme, ahora me gusta dar. Ofrezco dinero a personas necesitadas que no pueden pagar un tratamiento médico. Siento el placer de dar a los demás y la Cuaresma me ayuda a hacerlo”.
En este tiempo de ayuno y con el dinero que emplearían en alimentos, miles de católicos hacen donaciones a la Iglesia. Estas donaciones se utilizan para construir iglesias para los nuevos cristianos en las regiones más remotas. Cada año cientos de personas se convierten al cristianismo.