Obispos malayos en el día de la Independencia. Celebrar la diversidad

El 31 de agosto los malayos celebran el “Hari Merdeka”. Los líderes de la Iglesia católica publican un mensaje sobre el significado de la fiesta nacional. En la vida social del país, los confines entre las comunidades étnico-religiosas están marcados firmemente y las políticas identitarias juegan un rol importante. Los obispos a los cristianos: “Estamos llamados a construir puentes, no muros”.

Kuala Lumpur (AsiaNews) – Celebrar la diversidad de Malasia, país multiétnico, multicultural y multirreligioso. Los obispos malayos recuerdan a los propios conciudadanos el verdadero significado del “Hari Merdeka”, fiesta nacional que el 31 de agosto recuerda la Declaración de Independencia (1957) y la formación de Malasia (1963). Los 9 prelados han publicado una carta, en la cual ponen en guardia a la nación de los “males, en particular de aquellos que están contraponiendo una comunidad contra otra y erosionando el tejido mismo de nuestra sociedad”.

“El credo religioso- afirman- debería enriquecer a una nación pero, lamentablemente, fue a menudo usado como fuerza de división. Este es en un no servicio y una distorsión de la verdad fundamental de toda fe religiosa. Es alarmante que haya personas las cuales logran sobrevivir aún diciendo cosas que rayan la instigación, mientras que cuantos subrayan lo obvio son perseguidos”.

“¿Por qué nuestra cultura está tan dividida?”, se preguntan los obispos. “Cuando los líderes y las comunidades transcurren el propio tiempo y usan la propia energía en pelear e instilar sentimientos de odio y desconfianza, se inicia uno a preguntar cuál ejemplo dan a la próxima generación. ¿Qué tipo de sociedad están dando a luz?”.

La población de Malasia está compuesta por casi 32 millones de personas, más del 60% de las cuales son musulmanas. En la vida social, los confines entre las comunidades étnico-religiosas están marcados firmemente y las políticas identitarias juegan un rol importante. Los católicos representan sólo el 4% de la población, pero los obispos subrayan que también su compromiso civil se vuelve importante.

“En cuanto cristianos- se lee en el mensaje- , nuestra fe no se limita sólo a rezar y realizar buenas acciones. Estamos llamados a construir puentes, no muros. Ya sea se trate de política, relaciones étnicas, crisis económicas o controversias entre familias o comunidades locales, estamos desafiados a ser operadores de paz, a encontrar un terreno común y a comprometernos en un diálogo respetuoso”.

“Las decisiones y las elecciones que tomamos cada día como cristianos deben reflejar nuestro constante compromiso en relación con Malasia, en toda su diversidad y unicidad-reafirman los obispos-. Todos nosotros tenemos un rol que desarrollar en la construcción de nuestro país. Esto se traduce en la construcción de fuertes lazos de unidad entre las varias etnias y religiones garantizando al mismo tiempo que la galantería constituya la piedra fundamental de nuestra sociedad”.

“Cuando haya quienes lancen falsas acusaciones contra nosotros por miedo- prosiguen-, no debemos reaccionar en modo negativo. A través de nuestras acciones, podemos ser un faro de luz para que los otros puedan ver a Cristo a través de nosotros. Del mismo modo, debemos también aprender a confiarnos, unirnos y viajar junto a nuestros hermanos malayos, porque somos una sola raza y ante todo ciudadanos de Malasia”.

“Estamos en la misma barca- concluye la carta-, en viaje junto a los malayos de toda etnia y religión, con los cuales enfrentamos los desafíos. Apuntemos nuestros remos en la misma dirección y continuemos plantando semillas de unidad, mantener la paz, reconciliar y construir nuestra nación y su pueblo. Y así es que damos un significado real a la Merdeka y al ser malayos”.