Obispos libaneses: necesitamos un gobierno para contrarrestar las guerras internas y las influencias regionales
Al finalizar la Asamblea mensual, la Iglesia maronita manifesta preocupación por la situación política interna. Las palabras y los enfrentamientos verbales pueden herir “más que los proyectiles”. Se necesita un ejecutivo antes de la fiesta de la Independencia. Y que esté libre de vínculos ya sean locales como extranjeros”.
Beirut (AsiaNews) - Es un cuadro por momentos catastróficos aquel que se refiere a la situación interna del Líbano, trazado ayer en algunos pasajes del comunicado final de la Asamblea de los obispos maronitas, que ayer realizaron su reunión mensual bajo la guía del patriarca. Los prelados lanzan la alarma sobre una “guerra interna” que trae a la memoria los enfrentamientos precedentes a la firma del acuerdo de entendimiento nacional de Taëf (que puso fin a las varias guerras que se sucedieron en Líbano de 1975 a 1990, Ndr). Y subrayan con preocupación que “las palabras pueden tener el mismo efecto de los proyectiles”.
Frente a una situación compleja y alarmante, la Asamblea lanzó un llamado a la formación de un gobierno antes de la fiesta de la Independencia. Los prelados denunciaron al mismo tiempo las “injerencias extranjeras” que, al último minuto, bloquearon hace poco la formación de un nuevo ejecutivo.
Para comenzar, la Asamblea pidió “eliminar con máxima urgencia todos los obstáculos que detienen la formación de un nuevo gobierno, en un espíritu de responsabilidad nacional y ética”. Esta se dice descontenta de que “el espíritu (del pueblo libanés) sea aniquilado por un nuevo problema de último minuto que interrumpió el proceso que terminara en la formación del gobierno” y auspicia que su nacimiento sea ofrecido a los libaneses como “regalo para la fiesta de la Independencia” del 22 de noviembre.
A tal propósito, la Asamblea juzgó como inoportuno que las carteras ministeriales sean objeto de una subdivisión de los ministerios entre aquellos “de peso”, “regalo” y “de servicio”. Y de reclamar la formación de un gobierno “homogéneo”, pidiendo a los varios ministerios “que no obren solos, como si fuesen los dueños absolutos de su función” y a cuantos les corresponde la tarea de “tomar decisiones para la comunidad” que “no distorsionen la justicia, de manera que la ley no sea aplicada en modo discrecional”.
En la espera de un “futuro gobierno libre de vínculos al mismo tiempo locales y extranjeros”, los obispos lanzaron un pedido al gobierno para que desarrolle los negocios corrientes en modo dinámico “para regular en lo posible, los asuntos del Estado y de los ciudadanos, en particular a lo que se refiere a su vida cotidiana y los problemas relativos a la electricidad, a la contaminación, al ambiente, etc”.
“La guerra interna continúa a través de los medios”, subraya al final la Asamblea, que se declara “preocupada por la violenta escalada verbal que se manifiesta a través de los medios, como también por las redes sociales”. “Es como si la lucha interna-afirman- no hubiese detenido después del entendimiento de 1989 cuyo objetivo era justamente el de ponerle fin”.
Los intercambios verbales entre barricadas en los medios -reafirma con fuerza el comunicado- no son ciertamente menos peligrosos que los proyectiles que les abren el camino, algo que los libaneses rechazan decididamente”. “He aquí por qué - concluye el texto- la Asamblea implora a las partes interesadas a temer a Dios y respetarse mutuamente y recurrir al diálogo, sobre todo porque las clausuras internas se producen en más de un sector, para no hablar de los desarrollos negativos que amenazan con consecuencias nefastas sobre la libre decisión y los intereses del Líbano y de los libaneses”.
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