Obispos indonesios: La esperanza de los católicos no es optimismo, sino fe en Dios
Yakarta (AsiaNews)- La Iglesia católica indonesia debe ser una comunidad fundada sobre la “esperanza”, que no es el “optimismo” genérico que es vendido por la política y por la sociedad, sino un modelo fundado “sobre la fe en Dios”. Es cuanto afirmó el arzobispo de Yakarta y presidente de la Conferencia episcopal (KWI), Mons. Ignatius Suharyo, durante la conferencia de prensa realizada ayer en la capital, para ilustrar el trabajo en que se centró la reciente Conferencia nacional (Sagki 2015), que acaba de concluir.
“El optimismo se funda, en modo genérico, sobre la base de cálculos intelectuales y “físicos”- dijo el prelado, al final de una intensa jornada de tres días de trabajo- , pero una comunidad basada en la fe encuentra sus fundamentos en el vínculo con Dios”. Y también en caso de no darse el éxito, de alcanzar parcialmente el objetivo, agrega, quien cree, sabe que “un día Dios completará la obra”.
Quien acompañó al arzobispo de Yakarta en su intervención, fue el obispo de Bandung Mons. Antonius Subiantu Bunjamin, en calidad de secretario general de la KWI después de haber sustituido al llorado arzobispo de Semarang, Mons. Johoannes Pujasumarta, fallecido hace poco. A los cronistas presentes, el presidente de los obispos ilustró muchas de las tantas iniciativas programadas para el futuro en temas que hacen a la pastoral.
Mons. Suharyo, por lo tanto, lanza un primer “desafío” a los obispos y a la comunidad de los fieles: el cuidado de los trabajadores migrantes que dejan las tierras de origen de la provincia East Nusa Tenggara Province (NTT), en busca de mayor fortuna en la vecina Malasia oriental o en otros países. Estas personas viajan a través de canales legales y también ilegales, y a menudo terminan en manos de los explotadores. El prelado auspicia una mayor colaboración a nivel de obispos, para coordinar las iniciativas en apoyo de los migrantes y ofrecerles una ayuda válida.
Para esto, están estudiándose nuevos “métodos” y “acercamientos”, que fueron objeto de profundización y discusión en la reciente Conferencia Nacional de la Iglesia católica indonesia.
Además, el presidente de los obispos recordó que sacerdotes, hermanas, religiosas no deben dejarse involucrar en primera persona en la actividad política, sino más bien indicar a los políticos, hombres de negocios y profesionales la ética y las modalidades a través de las cuales desarrollar su propio trabajo. Una misión que tiene como objetivo el de difundir “la ética católica” en la sociedad y en el trabajo”
Ante una pregunta sobre la cuestión de la filipina Mary Jane Veloso, que fue noticia durante varias semanas, el arzobispo de Yakarta, al final, se reservó una nota sobre la pena capital, hasta ahora aplicada en Indonesia para muchos delitos entre los cuales están el tráfico y el despacho de sustancias estupefacientes. La Iglesia católica está en contra, advierte, y ésta “no es una posición moral” de los obispos indonesios, sino que es el asunto de todos los católicos del mundo.
En Indonesia, la nación musulmana más poblada del mundo, los católicos son una pequeña minoría compuesta por unos siete millones de personas, casi el 3% de la población. Tan sólo en la arquidiócesis de Yakarta, los fieles alcanzan el 3,6% de la población. Ellos son una parte activa en la sociedad, y contribuyen al desarrollo de la nación o a colaborar con su ayuda durante las emergencias, como sucedió en ocasión del devastador aluvión ocurrido en enero de 2013.