Obispos en Manila: No somos enemigos, pero estaremos vigilantes sobre el nuevo gobierno
El presidente de la Conferencia episcopal explica que la Iglesia católica “tiene intención de colaborar” por el bien de los filipinos pero, al mismo tiempo, “permanecerá vigilante. Plantearemos nuestras críticas y denunciaremos los errores, pero no nos vean como enemigos. Somos hermanos y amigos que quieren que los políticos logren sus objetivos”.
Manila (AsiaNews/CBCP) – Con la inauguración del mandato presidencial del polémico líder filipino Rodrigo Duterte, el presidente de la Conferencia episcopal explica que la Iglesia católica “quiere colaborar” para el bienestar de la población, pero que al mismo tiempo “permanece vigilante”. El prelado declara: “Tenemos la misma visión, como filipinos y como católicos. Pero estaremos vigilantes, porque el control es el gran precio de la libertad”.
Los obispos, continúa Mons. Sócrates Villegas, “plantearán sus críticas y denunciarán los errores. Sin embargo, os ruego que nos consideréis, no enemigos, sino amigos y hermanos que quieren ver a los políticos alcanzar exitosamente sus objetivos”. A propósito de los políticos, explica: “son un don de Dios. Ellos pueden conservar la paz y alcanzar el progreso de la sociedad. Lamentablemente, en algunos casos se convirtieron en su reservorio de basura”.
El arzobispo de Lingayen-Dagupanse se pregunta: “¿Cómo es posible que hombres dedicados a la política se hayan convertido en reservorios de basura, en lugar de ser minas de oro? No ha ocurrido en un instante. Esto ocurre cuando los valores son erosionados muy lentamente, y las virtudes son rebajadas a compromisos. Los políticos se ensucian y continuarán haciéndolo hasta tanto haya un verdadero sistema de control y una verdadera ética en el gobierno”. Y sigue preguntándose “¿Es posible que un político sea santo? Sí, es posible. Hubo grandes reyes en el pasado que, sirviendo a sus propios reinos, se volvieron santos. Y los políticos pueden convertirse en una fuente de santidad para el pueblo”.
El flamante presidente Duterte tiene una relación más que tensa con la Iglesia católica nacional, a la cual, en varias oportunidades,definió como una “institución hipócrita”. El año pasado, el entonces intendente de Davao usó palabras explícitamente ofensivas contra el Papa Francisco, a quien acusó de haber causado “un enorme bloqueo en el tráfico de Manila” durante su visita pastoral. Además, Duterte ha prometido promover “con fuerza” el control de la natalidad en el país, a pesar de la oposición católica.
17/12/2016 13:14