Obispos de Myanmar: Llamamiento a todas las partes a la paz y a la reconciliación

En el mensaje, 10 obispos del país piden que no haya derramamiento de sangre y se retome el diálogo y la esperanza en la democracia. Una invitación urgente a la reconciliación, en unidad con los budistas.

Yangon (AsiaNews) - En la escalada de violencia de parte de la Junta y la resistencia de la población, los obispos de Myanmar publicaron hace dos días - tras la muerte de Mya Thwate Thwate Kaing y otros manifestantes en Mandalay - un mensaje firmado por todos ellos, con fecha 21 de febrero de 2021. Piden que no haya derramamiento de sangre de ninguna de las dos partes y que se detenga la violencia en las calles. El llamamiento está dirigido sobre todo a "los que están en el poder", para que vuelvan al diálogo y no terminen con las esperanzas de paz y democracia para la nación. La carta es firmemente partidaria de la no violencia - en apoyo también de llamamientos budistas - y de la democracia. Tres semanas atrás, muchos sacerdotes, religiosas y fieles, consideraron demasiado "neutral" y benevolente con la Junta una carta abierta del Card. Bo. Sin embargo, el mensaje actual reitera en algunos aspectos dicha carta, aunque sacerdotes y religiosas siguen participando en manifestaciones y eventos (ver foto: hoy en Myitkyina). Este es el texto completo del mensaje (traducción de AsiaNews).

Queridos hermanos y hermanas de Myanmar y los que están en el poder:

saludamos en la paz a cada uno de ustedes.

Los obispos católicos, representantes de 16 diócesis católicas repartidas por todo el país, hacemos este llamamiento, especialmente a los que están en el poder, para rogarles que no salgan a las calles y vuelvan al diálogo.

Este pedido nace de la profunda angustia y dolor de ser testigos de un nuevo derramamiento de sangre en las calles. Los tristes y perturbadores acontecimientos recientes han causado un gran sufrimiento a nuestro país.

Las imágenes de jóvenes muriendo en las calles golpean el corazón y hieren la conciencia de una nación. Esta nación que tiene fama y es llamada "el país dorado". No permitan que su suelo sagrado se moje con la sangre de los hermanos.

Debe terminar la tristeza de los padres que entierran a sus hijos. Las lágrimas de las madres nunca han sido una bendición para ninguna nación.

Hasta un mes atrás, nuestra nación llevaba una gran promesa en su corazón: sueños de que se siguieran afianzando la paz y una democracia sólida.

A pesar del embate de la pandemia mundial, el país celebró elecciones. El mundo ha admirado su capacidad para organizar y gestionar sus diferencias. Hoy el mundo llora con nosotros, conmocionado porque una vez más esta nación ha quedado dividida. Nuestros jóvenes merecen más que eso.

Con oraciones en nuestro corazón suplicamos a todos los que tienen responsabilidades que vuelvan al diálogo.

La nuestra es una nación conocida por sus fuentes espirituales y originarias. Dediquemos nuestras energías a la reconciliación. La curación debe comenzar con la liberación de todos los prisioneros.

[En esta solicitud] nos unimos a la asociación de monjes Ma Ha Na [1] e instamos a los líderes a prestar atención a su advertencia: Myanmar corre el riesgo de ser borrado de la historia y borrado del mapa si no resuelve sus problemas de manera pacífica. Nosotros apoyamos este llamado a la reconciliación a través del diálogo.

Es urgente poner fin al uso de la violencia. Las lecciones del pasado nos advierten que la violencia nunca es un triunfo.

Setenta y dos años después de la independencia, los que están en el poder deben concentrar sus esfuerzos en la paz. Los frutos de la paz sanarán a esta nación.

Demos una oportunidad a la paz. La paz es posible, la paz es el único camino.

Con [nuestras] oraciones y los mejores deseos de paz.

(Siguen 10 firmas de los obispos de Myanmar)

[1] Ma Ha Na, es la Sangha Maha Nayaka, la máxima autoridad budista del país.