El gobierno libanés anunció la postergación de una visita que nunca se hizo oficial ni tuvo un programa definido. Monseñor Aoun dijo que el anuncio había quedado en suspenso por el estado de salud del pontífice. También había plazos "ajustados" para organizarla. Pero el viaje "sigue siendo importante", aunque sea en el futuro, porque "está en peligro la identidad misma del país, la misión que este tiene".

Beirut (AsiaNews) - Hace pocas horas se hizo oficial el "aplazamiento" de un viaje apostólico al Líbano que, aunque anunciado varias veces por Beirut y la Santa Sede, nunca llegó a concretarse realmente con un programa y fecha definidos. Sin embargo, por "razones de salud", como informó a AsiaNews monseñor Michel Aoun, obispo de Jbeil-Byblos, el Papa Francisco se ha visto obligado a "postergar" su visita al País de los Cedros, que iba a tener lugar entre el 12 y el 13 de junio. Al día siguiente estaba planeada una etapa en Jerusalén para un segundo encuentro ecuménico con el Patriarca de Moscú, Kirill, que fue reemplazada en los últimos días por un "diálogo de 40 minutos" via web centrado en el tema de la guerra rusa en Ucrania.

Por otra parte, desde el primer anuncio no oficial hace pocas semanas, en torno al viaje al Líbano se ha creado una situación compleja, espejo y símbolo de la actual "confusión libanesa" dentro de las instituciones. Lo cierto es que el Papa considera importante hacer esta visita al país, mosaico de convivencia y diálogo interreligioso que él quiere preservar y revitalizar con su presencia. Sin embargo, las condiciones de su salud no le permitirán realizar viajes y compromisos prolongados a corto plazo. En los últimos días el Papa Francisco, de 85 años, ha aparecido en tres ocasiones en silla de ruedas para las audiencias o encuentros. Aunque sigue teniendo un buen estado de ánimo, el dolor en la rodilla parece ir en aumento y los médicos no descartan una intervención quirúrgica, con todos los problemas que ello conlleva. 

La noticia del aplazamiento del viaje llegó ayer por parte de fuentes del gobierno libanés, pero "nosotros nos enteramos un poco antes, supimos que la salud del Santo Padre no era óptima, que está muy dolorido en una rodilla y tiene dificultad para caminar", cuenta Mons. Aoun. Los obispos y la Iglesia libanesa, añade, ya sabían que "se pospondría" por razones "de salud, no por otras causas". Además, observa el prelado, "los tiempos eran muy ajustados para organizarlo" y "como responsable de la APECL [Asamblea de Patriarcas y Obispos Católicos del Líbano, ndr.] tuve muchas dificultades para definir el programa y los protocolos en 40 días".

“Seguimos teniendo la esperanza de una visita en un futuro próximo - siguió diciendo - porque el viaje no se canceló, sino que se postergó". Su visita es muy importante, porque en este momento está en peligro la identidad misma del país, la misión que este tiene, como dijo San Juan Pablo II, de ser un "mensaje" de convivencia para el mundo. ¡Por eso queremos que venga el Papa Francisco!”

En este momento el país atraviesa una etapa crucial. Las elecciones parlamentarias comenzaron el pasado fin de semana en los países de la diáspora, mientras que en el país están previstas para el 15 de mayo. “Por un lado", señala el obispo, "hay gente que está entusiasmada con las elecciones porque implican la posibilidad de un cambio. Otros están decepcionados y no ven perspectivas nuevas, especialmente entre los sunitas después que se retiró Hariri.” Tal vez sea precisamente entre los cristianos - concluye Mons. Aoun - "donde hay más entusiasmo y el deseo de promover un cambio" en la clase dirigente del país.

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