Obispo de Niigata: los emigrantes en Japón, hermanos en la fe y no "huéspedes por tiempo"
Niigata (AsiaNews)- Construir "nuestra Iglesia" para dejar de parte la idea que los emigrantes sean "huéspedes" y no miembros de nuestra comunidad católica; cooperar en la formación religiosa de laicos y sacerdotes a través del contacto continuo y el compartir; contribuir a la evangelización de la diócesis y del Japón. Son estos los desafíos de la comunidad católica de Niiagata, que en los días pasados se reunió para la octava Asamblea general del Concejo pastoral. Convocados por el obispo, mons. Tarcisio Isao Kikuchi, los representantes de los 5 distritos del área- Akita, Yamagata, Shibata, Niigata y Nagaoka- se confrontaron con estos temas y han realizado un plan pastoral para el próximo año.
La Asamblea está compuesta por 22 personas: además del prelado, hay 2 laicos y un sacerdote por cada distrito, y los representantes de las órdenes religiosas masculinos y femeninos. Nacido en el 2004, el Concejo pastoral trata de ser un instrumento al servicio de la comunidad, haciéndose vocero de los problemas y de las iniciativas locales de modo que se refirmen cada vez más en la unidad de la Iglesia local.
Como explica el mismo mons. Kikuchi: "Nuestras prioridades son por el momento 3. La primera es construir "nuestra Iglesia", que esté llena de alegría y compasión y en grado de superar las diferencias que vienen por la edad, nacionalidad y diversidades culturales; la segunda es realizar la responsabilidad de la Iglesia en la sociedad, a través del intercambio de informaciones; la tercera es continuar a nutrir y profundizar nuestra fe, de modo que seamos testigos creíbles del Evangelio a través de las palabras y gestos".
El concepto de "nuestra Iglesia" es muy importante: "En nuestras comunidades se registra un alto número de emigrantes, católicos, que no obstante vivan aquí desde hace tantos años son tratados como huéspedes y no como miembros de nuestra familia. Se trata de emigrantes de Filipinas y de otros Países asiáticos, que vienen para trabajar y se quedan aquí. Se casan y forman familia. Pero esto no basta: debemos hacerlos sentir en casa, dar a ellos formación y afecto".
Esto también a la luz que "muchos católicos no japoneses, en nuestra diócesis y en el País, dan una contribución significativa e importante a las actividades sociales y en el campo de la educación. Quiero subrayar que los emigrantes católicos son misioneros mandados por Dios a Japón, que obran en manera realmente significativa para la evangelización".
23/10/2014
05/07/2016 16:45