Obispo de Kota Kinabalu: ‘Dios nos guía’, fe y esperanza en el Año nuevo chino

“Jesús está siempre con nosotros. Él no nos abandonará jamás” Mons. John Wong envía un mensaje por el Año Nuevo chino, que este año se festeja el 16 de febrero. Según el calendario lunar, el animal del 2018 es el perro.

Penampang (AsiaNews) – “Permanezcamos llenos de esperanza y de fe en este nuevo año, porque sabemos que Dios está con nosotros y que seguramente nos bendecirá y nos guiará”. Es el deseo que Mons. John Wong Soo Kau (en la foto), arzobispo de Kota Kinabalu, dirige a los fieles chinos esparcidos en todo el mundo, que el próximo 16 de febrero se despedirán del año del gallo para recibir el año del perro.

En idioma chino, el ladrido del perro (汪汪, que se pronuncia wang wang) suena de la misma manera que el carácter que corresponde a las palabra “próspero” (旺, wang). Wang también es como se pronuncia “esperanza” (望 en mandarín). Con este juego de palabras, Mons. Wong recuerda a los fieles que, para el nuevo año, no deben colocar su esperanza en las alegrías efímeras de los bienes materiales. “No dirijamos nuestra atención ni esperemos únicamente en la prosperidad y en la riqueza –advierte el arzobispo- Jesús ha venido al mundo para traernos nuevas perspectivas, para ampliar nuestra visión y cambiar nuestros pensamientos y valores, especialmente en términos de comportamiento y valores morales. Ha venido para traernos la vida eterna”.

“Hermanos y hermanas – prosigue Mons. Wong- sabemos que no podemos lograr la verdadera paz y la verdadera felicidad a partir de la riqueza y de los placeres del mundo, sino más bien de una vida llena de objetivos, como dice el proverbio: ‘El fundamento de la felicidad deriva de llegar a los demás’- Por este motivo, la verdadera felicidad proviene de servir y de dar, no de la riqueza. Además de ello, una vida satisfecha no se mide por cuánto posemos, sino por cuánto hemos dado, como Jesús, que vivió toda su vida amando y sirviendo, en un don total de sí mismo”.

Por último, el prelado invita a los católicos a no perder el ánimo en los momentos de dificultad y a confiar en el sostén de Cristo. “Estamos destinados a hallar muchas frustraciones, dificultades, dolores, pruebas, tentaciones, decepciones. Sea cual fuere el caso, estamos llamados a ser valientes, a no ceder, porque Jesús está siempre con nosotros. Él nunca nos abandonará. Estas pruebas y experiencias enriquecen nuestras vidas, y nos conducen a un viaje maravilloso, que da frutos”.