Obispo de Jaipur: que el gobierno no abandone a los indios que trabajan en el exterior
Nueva Delhi (AsiaNews) – El gobierno indio ha solicitado a las autoridades de Arabia Saudita que haga justicia en los casos de explotación de los trabajadores migrantes. La iniciativa fue confirmada esta mañana por Sushma Swaraj, Ministro de Relaciones Exteriores indio, que informó al Parlamento acerca del reciente encuentro entre el prémier Modi y el rey Salman Al Saud, a quien el primer ministro solicitó tomar a su cargo la responsabilidad del caso de la mujer india a quien su empleador saudita le cortó la mano derecha. Mons. Oswald Lewis, obispo de Jaipur y presidente de la Oficina del Trabajo de la Conferencia Episcopal India (CBCI), cuenta a AsiaNews que la mayor parte de quienes “emigran al exterior en busca de un trabajo, son personas instruidas y calificadas. Pero existen también casos de extrema pobreza, vulnerables a formas de explotación y a los abuso de poder por parte de los empleadores. La Iglesia Católica pide al gobierno que continúe cuidando a los trabajadores, incluso luego del ingreso al país extranjero”.
El caso de Kasturi Munirathinam sacudió a la opinión pública india cuando fue revelado que su patrón en Arabia Sauditra le había cortado una mano porque la mujer había tratado de huir para deshacerse de los continuos acosos a las que era sometida. Mons. Lewis refiere que la familia de la migrante presentó la denuncia contra el empleador “y pidió al gobierno que se ocupara del caso. La Iglesia católica también pidió al gobienro que intervenga. Prometieron hacer todo lo posible para ayudar a la mujer”.
El obispo sostiene que “la mayoría de quienes se dirigen a países en el exterior en busca de empleo, incluso en los Estados del Golfo, son trabajadores especializados, empleados con contratos regulares. Hay muchos médicos, ingenieros y agentes de la Salud. Estas personas viven bien, y no tienen problemas. Pero a veces surgen casos de explotación entre la diáspora india perteneciente a familias pobres, o marginadas y sin instrucción, en los cuales los migrantes se vuelven víctimas de abusos y episodios de violencia doméstica. Algunos son golpeados, engañados mediante promesas de trabajos bien remunerados. A otros les es impedido regresar a la India, puesto que para ellos se requiere tener pasaportes”.
El problema, continúa, “es que el gobierno no les brinda atención”. A partir del momento en que ingresan a un país extranjero, explica Mons. Lewis, “el gobierno deja de supervisar qué están haciendo. Deberían controlar el sitio al que son destinados, el origen del empleador, cerciorarse de la reputación de quien lo emplea. Luego de haber otrogado el pasaporte y supervisado que los procedimientos contractuales fuesen los correctos, deja de controlar a los migrantes radicados en el exterior”. Por este motivo, “pedimos al gobierno que cuide a todas las personas que dejan la India”.
El prelado declara, además, que la Oficina de Trabajo de la CBCI se articula en diversos departamentos, como es el caso del de migrantes o trabajadores domésticos, que colaboran con la Comisión Justicia y Paz para asegurar protección a todos los trabajadores indios. Las oficinas presentan escritos y petitorios al gobierno, como ocurrió en el caso de Kasturi, y operan “para tutelar las condiciones de vida, tanto en el exterior como en la patria, de los ciudadanos indios”.
23/12/2015