Mons. Warduni confirmó la información de que "bandas y milicias" son responsables de los ataques y la expropiación de viviendas, actividades comerciales, culturales y de lugares de culto. Grupos transversales que operan se aprovechan de la inercia de las autoridades y las instituciones, y atacan a cristianos, musulmanes, yazidíes. Actúan por dinero y son fuente de preocupación. Cascos azules de la ONU para garantizar la unidad de Irak.

Bagdad (AsiaNews) - "No sabemos específicamente qué milicias o pandillas son responsables de estos ataques y de la violencia, sin embargo, se trata de un fenómeno presentem tanto en el pasado reciente como en el último periodo, y es algo que duele mucho a nuestros fieles". Está preocupado Mons. Shlemon Warduni por los secuestros de las viviendas y los ataques a actividades comerciales, centros culturales y lugares de culto, incluyendo las iglesias, que se producen desde hace tiempo en perjuicio de la comunidad cristiana de la capital. El obispo auxiliar caldeo de Bagdad habla a la AsiaNews de "milicias que operan aprovechándose de la debilidad del gobierno central y de la policía".

En las últimas horas, varios medios locales e internacionales replican noticias de las expropiaciones en perjuicio de la comunidad cristiana de la capital - caldeos, asirios y sirios - por obra de las llamadas "milicias chiítas apoyadas por Irán". Los ladrones obligan a los propietarios a dejar sus casas y sus objetos mediante el uso de la fuerza, de acuerdo con el principio por el cual "la propiedad de un cristiano puede ser confiscada".

En la carta pastoral dirigida a los fieles para la Navidad, incluso el patriarca caldeo Mar Louis Raphael Sako había denunciado tan grande y generalizado fenómeno, incuyéndolo entre los males "que afligen a la sociedad", y algunos de las cuales afectan especialmente a los cristianos. Su Beatitud había hablado de "familias objeto de ataques dirigidos a la expropiación por parte de delincuentes y grupos  extremistas", e hizo un llamamiento a las autoridades por una mayor seguridad y protección.

Según lo explicado por el obispo auxiliar de Bagdad, es difícil asignar una ubicación precisa a estos grupos criminales y bandas de delincuentes, ya que son de "diversa extracción" y tienen una posición transversal dentro del paisaje étnico y social. Mons. Warduni habla de "bandas, no de una sola milicia; sino de varios grupos de matones, que actúan, sobre todo, por dinero".

"La policía responder poco y mal - continúa el prelado iraquí - permitiendo que estas bandas operen con impunidad. También tienen el apoyo y la cobertura de las instituciones y los gobiernos extranjeros, que los financian, proporcionándoles armas y la capacidad de operar". Mons. Warduni también añade que "poco importa que esta violencia esté muy extendida o limitada, porque ya han sembrado el miedo entre la población, e incluso entre los cristianos es mayor el temor a que se prodizcan ataques".

Las bandas criminales atacan donde haya intereses y dinero, sin distinguir entre cristianos, musulmanes o yazidíes: "Van donde puedan", dice, a la vez que pide "ayuda contra estos caníbales, que nos hacen morir día tras día". A estos efectos, para Mons. Warduni es esencial "la liberación de nuestros pueblos y nuestras ciudades".

Para restablecer la seguridad "se requiere la intervención de una fuerza internacional, tal como son los cascos azules de las Naciones Unidas", dijo el prelado, "garantizando al mismo tiempo la unidad nacional, porque para nosotros la división representa un mal". La división daría lugar a "la destrucción de Irak, y hay muchas fuerzas en juego que tienen interés en dividirla, aprovechando la inercia de América, de Occidente". "Hay que sembrar la paz y la justicia - concluyó el obispo auxiliar del Bagdad - y se necesita detener la venta de armas. La gente sin escrúpulos, que gana miles de millones con el comercio de la muerte, criminales de la misma catadura de Daesh [acrónimo árabe para el Estado Islámico, EI]".

 

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