ONU: la guerra mata de hambre a Myanmar, seis millones de niños desnutridos
Esta es la alarma que lanza Naciones Unidas en su informe 2023 sobre la situación en Asia y el Pacífico. El conflicto entre la junta militar y los rebeldes -que ganan apoyo entre la población- está alimentando la inseguridad alimentaria, la parálisis económica y la devastación. Las necesidades actuales son 19 veces mayores que antes del golpe de 2021. Dos millones de personas están desplazadas.
Yangon (AsiaNews) - La guerra civil hace estragos en Myanmar: las fuerzas armadas, controladas por la junta militar, están bajo presión en varios frentes y las milicias étnicas flanqueadas por las Fuerzas Populares de Defensa ganan posiciones y apoyos locales e internacionales. Sin embargo, la población paga una pesada factura en términos de inseguridad, parálisis económica y devastación. Tanto es así que la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (Unocha) estima que el número de birmanos necesitados de ayuda humanitaria se ha elevado a 18,3 millones, cerca de un tercio de la población y un millón más que el año pasado.
La cifra destaca en el Informe sobre la Situación en Asia y el Pacífico 2023, que presenta un panorama desolador en un país rico en recursos pero al que los conflictos, la dictadura y la explotación han llevado a los últimos puestos de la clasificación de bienestar en Asia. La situación es grave hasta el punto de que las necesidades actuales son 19 veces mayores que antes del golpe. Una vez más son sobre todo los niños los que están en peligro por la dificultad de acceder a la atención médica, a la educación, a una alimentación adecuada, a menudo incluso a un alojamiento. Seis millones de menores muestran signos de desnutrición, sufren enfermedades y traumatismos, corren el riesgo de acabar en manos de traficantes de personas o de ser reclutados por las partes beligerantes.
Una situación que también afecta en mayor o menor medida a las mujeres y a los discapacitados.
Unocha señala cómo el sistema sanitario está en crisis y los riesgos de propagación de enfermedades se ven agravados por la dificultad de encontrar agua potable y refugio adecuado. En octubre, al desarrollarse la ofensiva de las milicias étnicas en varias zonas, el número de desplazados ascendió a dos millones, lo que supone un aumento de 600.000 respecto al año anterior.
Ante un previsible agravamiento de la crisis en 2024, la oficina de la ONU señala aún que las organizaciones humanitarias prevén atender a 5,3 millones de personas con un coste previsto de 994 millones de dólares.
La lista de emergencias en curso esbozada en el informe perfila aún más el panorama: "El pueblo de Myanmar sigue enfrentándose a una emergencia de derechos humanos, humanitaria y política que pone en grave peligro la protección de los civiles, limita el acceso a servicios vitales como la sanidad y la educación, y provoca una grave inseguridad alimentaria. Las necesidades humanitarias han empeorado en el país a medida que el conflicto persiste causando niveles sin precedentes de desplazamiento, destrucción de propiedades y medios de subsistencia, y la presencia de minas terrestres y otros artefactos explosivos especialmente en el noroeste y sureste".
01/09/2021 15:28
07/12/2022 14:55
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