ONU: En los primeros tres meses del año Teherán ejecutó a más de 100 personas

El último informe de la ONU que se presentó ayer confirma el creciente uso de la pena capital en la República Islámica. El aumento coincide con el ascenso a la presidencia de Raisi, quien como magistrado recurrió ampliamente al verdugo. Cada vez más condenas por delitos relacionados con las drogas y para menores en el momento del delito.

Teherán (AsiaNews) - En menos de tres meses Irán ha ejecutado en 2022 a más de un centenar de personas, lo que equivale aproximadamente a un tercio de las ejecuciones registradas el año pasado y poco menos de la mitad del total de 2020. La escalada se desprende de las cifras y confirma el uso creciente de la pena de muerte, incluso para delitos menores y personas menores de 18 años en el momento del delito, lo que ya habían anunciado analistas y expertos tras la victoria en las elecciones presidenciales del año pasado del ultraconservador Ebrahim Raisi. Procurador General de la República Islámica y Presidente del Tribunal Superior, en su carrera judicial había hecho un amplio uso del verdugo desde la década de 1980, condenando a muerte a miles de presos políticos.

La última ejecución tuvo lugar hace pocos días contra un joven de 21 años de origen uzbeko, responsable de un ataque con arma blanca el 5 de abril pasado cerca del santuario del Imam Reza, en Mashhad, durante el Ramadán. En el ataque, el joven mató a dos líderes chiítas e hirió gravemente a un tercero. La sentencia se ejecutó en la horca, en presencia de un grupo de ciudadanos, en la cárcel de Vakilabad. Uno de los cargos que se imputaban al atacante era el de "guerra contra Dios" (moharebeh), usando un arma para aterrorizar a la gente dentro y fuera del santuario.

En el informe que se presentó ayer ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en presencia del secretario general de la ONU Antonio Guterres, la vice responsable para Irán, Nada Al-Nashif, documentó una tendencia creciente: "Mientras en 2020 se ejecutaron 260 personas, y al menos 310 en 2021, incluidas 14 mujeres”, entre el 1 de enero y el 20 de marzo de 2022 “fueron ejecutados 105 individuos, la mayoría pertenecientes a grupos minoritarios”. El estudio de los expertos de la ONU revela una profunda "preocupación" por el aumento del uso del verdugo para delitos menores, incluidos los relacionados con el consumo y el tráfico de drogas.

"La pena de muerte -señaló Nada Al-Nashif al Consejo- sigue imponiéndose sobre la base de acusaciones que no equivalen a los delitos 'más graves' y de forma incompatible con las normas basadas en juicios justos". En marzo, revela, al menos 52 personas condenadas a muerte por cargos relacionados con el tráfico y consumo de drogas fueron trasladadas a la cárcel de Shiraz para cumplir con la ejecución. También hay un uso "continuo" de la pena de muerte para menores, en clara violación del derecho internacional. Entre agosto de 2021 y marzo de 2022 fueron ejecutadas al menos dos personas que cometieron delitos siendo menores de edad y otros 85 menores se encuentran en el corredor de la muerte.

“Un hecho positivo ocurrió en febrero de 2022, cuando la Corte Suprema -añadió la Alta Comisionado Adjunta de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos- decidió revocar la pena de muerte contra un menor de 18 años”. La experta denunció luego otras violaciones de derechos en Irán, sobre todo a raíz de las recientes protestas relacionadas con la continua crisis política, social y económica que ha afectado al país en el último año. “El uso excesivo de la fuerza -añadió- es la respuesta por defecto de las autoridades cuando hay manifestaciones”.

Entre abril y mayo de este año, "al menos 55 personas" entre ellos profesores, abogados, sindicalistas, artistas y académicos fueron detenidas durante las protestas y muchas de ellas enfrentan cargos "contra la seguridad nacional". Las muertes innecesarias causadas por el uso excesivo de la fuerza por parte de las autoridades contra manifestantes pacíficos, transfronterizos y detenidos “se han sucedido con total impunidad”. “Y la magnitud de las ejecuciones en las cárceles -concluyó- es motivo de grave preocupación”.