OCS: Gran parada de Eurasia en Astana

de Vladimir Rozanskij

En la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai se firmaron decenas de acuerdos de cooperación en los ámbitos de la energía, el comercio y la defensa de las fronteras exteriores. Pero -más allá de las proclamas sobre el rechazo al dólar- China, India, Pakistán y los países de Asia Central siguen bien integrados en la economía mundial, cuidándose de no verse arrastrados al abismo de las sanciones contra Rusia.

Astana (AsiaNews) - La cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) ha concluido en Astana en tono triunfal, sobre todo por parte del presidente ruso Vladimir Putin, que proclamó "el nacimiento de un nuevo mundo multipolar y ya no sólo regional", tras haber logrado la inclusión de Bielorrusia en la organización. Los temas debatidos fueron precisamente la realización de esta visión, proponiendo un nuevo sistema de seguridad mundial y el paso a las monedas nacionales en las transacciones financieras, liberándose de la "tiranía del dólar y el euro".

Se firmaron decenas de acuerdos de cooperación en los ámbitos de la energía, el comercio y la defensa en las fronteras exteriores de los Estados miembros, que determinarán el futuro desarrollo de la OCS. El punto más importante fue precisamente el rechazo al dólar, que afecta sobre todo a las complejas relaciones que se han creado en estos dos años de guerra, con las sanciones contra Rusia y el papel ambiguo de los Estados aliados o "neutrales" respecto a Moscú. Aparte de Rusia, Irán y Bielorrusia, los demás países de la OCS (China, India, Pakistán, Kazajistán, Uzbekistán, Kirguistán y Tayikistán) siguen de hecho integrados en la economía mundial, y se cuidan mucho de no verse ellos mismos arrastrados al abismo de las sanciones.

El problema de las monedas nacionales también es bastante difícil de resolver, dada la gran inestabilidad del rublo en estos días. En algunos países, como Uzbekistán, los tipos de cambio son tan altos que se necesitan enormes sacas de billetes para hacer pagos en efectivo, y el dólar y el euro siguen siendo las monedas preferidas desde hace dos años.

Otra dirección cardinal de la Ocs es la lucha contra el terrorismo y el extremismo, que se reiteró como prioridad durante la cumbre. La cuestión se ha vuelto aún más delicada tras la última oleada de atentados y complots, que han afectado tanto a Rusia como a varias partes de Asia Central, y hasta ahora no ha habido una verdadera coordinación en la lucha entre los países afectados, más allá de palabras de apoyo y condolencias. Como observan varios expertos, las proclamas en este sentido de la Ocs son más bien una forma de "sacar músculo" ante el mundo entero.

La balanza comercial entre estos países también es bastante fluctuante, y la entrada de Bielorrusia no ha añadido ningún valor significativo. Más que un mercado común, en el ámbito económico valen sobre todo las relaciones bilaterales entre los distintos miembros de la OCS, y la propia cumbre de Astana fue una oportunidad para establecer acuerdos directos, más que perspectivas globales. La competencia entre India y China, por ejemplo, permanece en un segundo plano, y no es casualidad que el primer ministro indio, Narendra Modi, no se presentara en Kazajistán, mientras que la delegación pakistaní dio más importancia a la reunión con el presidente de Tayikistán, Emomali Rakhmon.

Según la experta de Currentime Galja Ibragimova, la OCS en su conjunto "tiene más importancia diplomática que práctica", ya que "originalmente la organización se creó para resolver cuestiones territoriales, que al día de hoy siguen sin resolverse en gran medida". Ahora, la OCS ya ni siquiera se ocupa de esta cuestión, sino que "piensa en celebrar los desfiles de líderes, especialmente de China y Rusia, y exaltar a algunos nuevos miembros esporádicos, para afirmar ante todos que está del lado del bien, contra todo el mal del resto del mundo".