Nínive, nuncio en Irak: en la obra de reconstrucción aumenta la unidad y la comunión entre los cristianos
En una carta al Patriarca Sako. Mons Ortega Martín recuerda que la cooperación entre las Iglesias es un "fuerte testimonio" en medio de la persecución y la violencia. El prelado recordó que "la responsabilidad de todos" es fomentar el retorno de los refugiados a sus hogares. Y elogia a los refugiados que han "perdido todo por mantener su fe." Cristo "es su fuerza."
Bagdad (AsiaNews) - La colaboración entre las diferentes Iglesias, entre los caldeos, sirio-católicos y los sirio-ortodoxos "además de fortalecer la unidad", es también "un fuerte testimonio de comunión". Es un "derecho y por lo tanto una responsabilidad de todos, que los cristianos y miembros de otros grupos", que tuvieron que abandonar sus hogares como consecuencia del ascenso del Estado Islámico en Mosul y en la llanura de Nínive en el verano de 2014 "en un modo tan injusto, puedan regresar ahora". Así lo dice Mons. Alberto Ortega Martin, nuncio apostólico en Jordania e Irak, en una carta dirigida al patriarca caldeo mar Louis Raphael Sako y enviada para información de AsiaNews.
En la misiva, el prelado recordó que comenzó el trabajo de reconstrucción [a lo cual también contribuye AsiaNews con la campaña “Adopta un cristiano de Mosul”] y que algunas familias ya han regresado a Telleskof y otros pueblos de la llanura de Nínive. Una noticia, prosigue, que llena de "alegría y esperanza".
El diplomático vaticano envía "una palabra de aliento" para los muchos cristianos en Mosul y la Llanura "que vienen dando un buen testimonio, porque han perdido todo para mantener su fe." "A ellos quiero decirles: su testimonio de fe es un tesoro para toda la Iglesia". "En palabras del Papa Francisco - añade - animo a todos los cristianos a no dejarse robar la esperanza y a continuar aferrados al Señor Jesús, que es su fuerza."
Aquí está la carta del nuncio apostólico en Irak al Patriarca Sako, enviada para información de AsiaNews:
Beatitud,
Se me informó recientemente sobre el inicio oficial de llas obras de reconstrucción en algunos pueblos cristianos liberados, que serán realizadas con la ayuda de diferentes instituciones, en particular con la de la organización "Ayuda a la Iglesia que sufre". Esta información, junto con las noticias acerca de las muchas familias cristianas que han regresado a Telleskof y a otros pueblos, me llena de alegría y esperanza.
La iniciativa para la reconstrucción de los pueblos, en los cuales se está trabajando desde hace varios meses, es encomiable y me parece muy bello que en ella se hayan involucrado las distintas Iglesias en la Llanura de Nínive, en particular, la Iglesia caldea, la Iglesia sirio-católica y la Iglesia sirio-ortodoxa, que tienen sus representantes en el Comité para la reconstrucción. Noto, pues, con satisfacción que la cooperación entre las diferentes iglesias, además de fortalecer la unidad, también constituye un fuerte testimonio de comunión, que es un gran regalo y al mismo tiempo, una tarea encomendada por el Señor.
Espero que el enorme trabajo de reconstrucción, felizmente iniciado, pueda avanzar, como lo auguro, y que cuenta con una implicación progresiva de las distintas instituciones locales e internacionales. En este sentido, estimo útil señalar que se trata de un derecho, y una responsabilidad de todos, que los cristianos y miembros de otros grupos que han tenido que abandonar sus hogares y sus tierras de una manera tan injusta, puedan regresar.
Me es grata la oportunidad de expresar una palabra de aliento a muchos cristianos de Mosul y de la Lllanura de Nínive que dan un bello testimonio, porque han perdido todo para mantener su fe y no negar al Señor Jesucristo. A ellos quiero decirles: su testimonio de fe es un tesoro para toda la Iglesia. Con palabras del Papa Francisco, animo a todos los cristianos a no dejarse robar la esperanza y a continuar aferrándose al Señor Jesús, que es su fuerza. Para aquellos de ustedes que han estado desplazados por un largo tiempo, a veces en muy malas condiciones, espero un pronto retorno a sus hogares y a sus aldeas. Sepan que su presencia en el país es crítica. Ustedes son la presencia de Cristo. Ustedes tienen una hermosa misión que nadie puede hacer en su lugar. Los exhorto a regresar a su tierra para continuar contribuyendo al bien de la sociedad. Con ustedes, continúo rezando por la paz y la reconciliación en el país.
Les aseguro que no están solos: la Iglesia, comenzando por el Santo Padre, sepan que les ama y recuerda en sus oraciones, está cerca de ustedes. Signo de esta cercanía son tantas ayudas que llegan de tantas instituciones y de tanta gente. Esta iniciativa, también favorecida por "Ayuda a la Iglesia que sufre", es un gesto valioso y concreto de esta solicitud. Estoy muy agradecido a los que han ayudado a hacer posible esta obra buena, a la cual le deseo todo el bien.
Para llevar adelante la obra de reconstrucción vamos a necesitar toda la ayuda material, que confío en que estará, pero lo que más necesitaremos es el valor, la motivación y el compromiso animados por la fe, de parte de cada uno de ustedes. En este sentido, es importante el rol de los líderes. Su Beatitud tiene que jugar un papel importante, así como los obispos de otras Iglesias, sacerdotes, religiosos y religiosas. En este sentido, es esencial la unidad de propósito y la colaboración especial entre los sacerdotes y sus obispos. En estos momentos en los que está en juego el futuro de los cristianos en el país, la unidad y la comunión es de una importancia primordial. Los fieles los miran, y esperan de Ustedes, sacerdotes y obispos, este testimonio de unidad. Ellos quieren ver a los sacerdotes unidos a sus obispos que trabajan por el bien de los fieles y, por lo tanto y al mismo tiempo, por el bien de toda la Iglesia y de toda la sociedad.
Por mi parte, les aseguro mis oraciones y mi compromiso de fomentar en la medida de lo posible este importante trabajo de reconstrucción. Los encomiendo a la Virgen de Fátima, y les envío mi bendición.
Les comunico que he considerado apropiado enviar un mensaje similar a Su Excelencia Mons. Yohanna Petros Mouche, arzobispo de Mosul de los sirio-católicos, aprovechando la feliz circunstancia para confirmarme, con sentimientos de profundo respeto,
de Su Beatitud Reverendísima.
(Mons. Alberto Ortega, nuncio apostólico en Jordania e Irak)
17/12/2016 13:14
12/05/2017 14:31