Niños desaparecidos y Covid, dos dramas que el régimen turcomano niega

de Vladimir Rozanskij

Los grupos de padres se organizan para proteger a sus hijos. La policía ignora las denuncias de desapariciones. Las autoridades no quieren dar una imagen negativa del país. Las cifras oficiales sobre el coronavirus nunca se dan a conocer. La obligatoriedad de usar mascarilla en público rige desde hace pocos días.

Moscú (AsiaNews) – En Turkmenistán crece el pánico por la desaparición de niños, noticia que ha circulado por todas las redes sociales en los últimos días, y por una serie de casos clamorosos de violencia contra menores de edad. En la capital, Asjabad, los grupos de padres se organizan para vigilar las calles y zonas de circulación entre sus casas y la escuela; otras familias han optado por enviar a sus hijos a vivir con sus parientes, en el campo. Hasta el momento, las autoridades y la prensa evitan comentar el asunto.

Los avisos de desapariciones -sin contar las alertas en las redes sociales- pueden verse en los numerosos carteles que cuelgan en las calles: fotos de niños, incluso de muy corta edad, que suelen colocarse cerca de las comisarías e incluso en el transporte público. Aunque no se trata de un flagelo nuevo en Turkmenistán, en el último tiempo ha resurgido de forma alarmante.

Según Radio Azatlyk, que cita varias fuentes locales, en los centros médicos de la capital turkmena se constatan a diario casos de violencia cuyas víctimas son niños de entre 10 y 13 años, a veces hospitalizados en condiciones muy graves.

El merodeo de los niños ciertamente constituye un problema. Los menores suelen vagar por las calles en busca de comida, visitando tiendas, mercados o simplemente personas compasivas. También se baraja la hipótesis de la presencia de uno o varios pedófilos seriales en Asjabad. Según fuentes locales, algunas cámaras de vigilancia incluso los han captado. Muchos padres acusan a la policía de inacción.

En Azatlyk también se informó de un incidente ocurrido hace pocos días, en el que los transeúntes vieron cómo se obligaba a dos niños a subir a un coche mientras gritaban. La escena tuvo lugar a plena luz del día en Asjabad, cerca de la calle Oguzkhan. Los testigos serían los compañeros de los niños, que cursan sexto grado (por tanto, tendrían alrededor de diez años).

Hay que mencionar que el drama de la desaparición de niños no se limita a la capital, Asjabad. También se han registrado varios casos en Mary, la cuarta ciudad más importante del país, donde la policía sigue ignorando los reclamos de los padres, que piden buscarlos. Las autoridades no tienen intención de difundir información al respecto, para no alimentar el pánico y refrendar una imagen negativa de la sociedad turkmena. El problema de los niños desaparecidos es muy grave en todo el mundo, incluso en las naciones occidentales más desarrolladas, y Turkmenistán no quiere figurar en estas estadísticas.

A pesar de la preocupación expresada por varias delegaciones de la Organización Mundial de la Salud desde el verano de 2020, el régimen de Gurbangul Berdymuhamedov no quiere ni siquiera revelar las cifras sobre la propagación del Covid-19. Tras constatar la situación a finales de junio, las autoridades introdujeron la obligación de llevar mascarilla, con restricciones muy severas en el velayat (provincia) de Mary.

El propio Berdymuhamedov presidió una reunión del Comité de Emergencia para la lucha contra el "virus fantasma". Cabe remarcar que la obligatoriedad de usar mascarilla se debe al "aumento de partículas de polvo en el aire", que favorecería las infecciones en general, pero no se ha mencionado el coronavirus. En Mary se ha creado un equipo especial de policías vestidos de civil cuya tarea es controlar el uso de estos dispositivos de protección en el espacio público.

Los agentes detienen los automóviles para obligar a los conductores y pasajeros a llevar mascarilla incluso dentro de los vehículos, a pesar del calor abrasador de estos días y de la ausencia de aire acondicionado en la mayoría de los carros turkmenos. Al principio, se aconsejó a los habitantes del país que combatieran el virus con el humo de la hamala, una variante de la ruda siria. A diferencia de lo que ocurre con la desaparición de menores, las autoridades ahora parecen estar realmente preocupadas por el Covid, y se cree que pronto lanzarán una campaña de vacunación.