Naypyidaw: las protestas minan la estabilidad e infunden miedo
Los militares consideran que los manifestantes democráticos son el verdadero peligro. La ONU advierte a la Junta sobre las "graves consecuencias" de las medidas contra el pueblo y exige que se garantice el derecho de reunión sin represalias. Polémica contra el cardenal Bo de Yangon y su fiesta con una torta rosa. Internet volvió durante unas horas.
Yangon (AsiaNews) - Las protestas que se están llevando a cabo en muchas ciudades del país minan la estabilidad de Myanmar y difunden el miedo en la población, afirma el ejército de Myanmar a través de su grupo de información, denominado con el pretencioso nombre de "Información Verdad". "La gente -dice- está feliz de tener patrullas que garanticen la paz y la tranquilidad y las fuerzas de seguridad organizarán patrullas de día y de noche". De hecho, ayer han aparecido tanques y vehículos blindados en las principales ciudades del país y controlando los principales cruces.
Según las fuerzas armadas, lo que "socava la estabilidad" son todas las manifestaciones que han reunido a cientos de miles de personas de todos los ámbitos y clases sociales para pedir la liberación de la presidenta Aung San Suu Kyi y el fin de la dictadura.
El 12 de febrero la Junta decretó que cualquier reunión con más de cinco personas se considera ilegal y los que participan serán sancionados con 20 años de cárcel. A pesar de las amenazas, la gente no deja de salir a las calles y pide a los empleados públicos que pongan en práctica la desobediencia civil. Después de las manifestaciones de ayer en Naypyidaw, Rangún, Mandalay, Sittwe y Myitkyina, hoy se reunieron en Rangún grupos de manifestantes frente al banco central para invitar a los empleados a unirse a la huelga.
El intento de hacer pasar las manifestaciones como el verdadero peligro para el país también es una respuesta indirecta a las advertencias de la ONU, que a través de su enviada especial Christine Schraner Burgener advirtió al ejército sobre las "graves consecuencias" que pueden acarrear las duras respuestas contra las manifestaciones populares. .
El portavoz de la ONU, Farhan Haq, dijo ayer que Schraner Burgener puso de relieve que "el derecho a las reuniones pacíficas debe ser plenamente respetado y que los manifestantes no deben ser objeto de represalias".
Además de exigir que el ejército respete los derechos humanos y la democracia, Schraner Burgener también criticó los cortes de Internet, que obstaculizan las comunicaciones. Esta noche parece haberse restablecido la web, que había estado interrumpida durante dos días y previamente había funcionado a trompicones.
Las embajadas de Rusia y China, los dos países que en el Consejo de Seguridad de la ONU impidieron una condena unánime al golpe de Estado, son unos de los puntos donde se realizan las manifestaciones.
En las redes sociales se burlan de Beijing, que por un lado afirma que no quiere intervenir en "los asuntos internos" de Myanmar, y por el otro se apodera de sus recursos y vende armas a la junta (foto 2).
También ha estallado una polémica en las redes sociales contra el cardenal Charles Maung Bo, arzobispo de Yangon. El 14 de febrero festejó su sexto año como cardenal, junto con el cumpleaños del obispo auxiliar Noel Saw Naw Aye. El sitio de Facebook de la arquidiócesis muestra una serie de fotografías de la ceremonia, la fiesta y el pastel rosado que sirvieron a los invitados (foto 3).
Un fiel dice que "es una vergüenza" hacer una fiesta mientras la población es aplastada por las fuerzas armadas, víctima de la violencia y la cárcel.
La actitud "demasiado neutral" del Card. Bo también fue criticada por sacerdotes, religiosos y religiosas. Inmediatamente después del golpe, el cardenal había publicado una carta abierta en la cual exhortaba a la Junta y a la Liga Nacional de la Democracia a dialogar, sin expresar ninguna condena por la violencia contra la democracia.
17/12/2016 13:14
01/09/2021 15:28
20/02/2021 08:00
17/02/2021 13:32
14/02/2021 13:25