Nagorno Karabaj: tensiones con Bakú y Ankara, Armenia apela a la ONU

de Vladimir Rozanskij

Ereván rechaza las acusaciones azerbaiyanas de concentración de tropas en la línea del frente. Pide una convocatoria extraordinaria del Consejo de Seguridad. A finales de agosto se espera la visita de Putin a Turquía, prioridad para el acuerdo sobre el grano. El futuro del territorio en disputa no será la independencia, sino una autonomía razonable en territorio azerbaiyano en armonía con los hermanos armenios.

Moscú (AsiaNews) - El Ministerio de Defensa de Armenia rechazó las acusaciones de Azerbaiyán sobre la concentración de tropas en la frontera junto con nuevos envíos de armas, negando por enésima vez que haya situado fuerzas armadas en la frontera de Nagorno-Karabaj. Bakú advirtió que "conserva el derecho a defender su soberanía e integridad territorial con todos los medios legales a su alcance". Según los azerbaiyanos, los armenios han llevado a cabo ingeniería de guerra y otras acciones que violan el derecho internacional y los compromisos adquiridos por Ereván en los acuerdos del 9 de noviembre de 2020, refiriéndose en particular a los "medios radioelectrónicos de combate".

Las zonas en las que supuestamente los armenios están concentrando sus armas son aquellas del territorio azerbaiyano en las que están situadas temporalmente las fuerzas de paz rusas: una "zona desmilitarizada" a la que los armenios se acercan para "reafirmar sus reivindicaciones territoriales", según el Ministerio de Asuntos Exteriores de Bakú. Acusaciones formuladas a su vez por los armenios, incluidos tiroteos por ambas partes entre Kelbadžar y Nakhičevan.

Tras estos enésimos enfrentamientos verbales y sobre el terreno, Ereván decidió recurrir a la ONU con una petición de convocatoria extraordinaria del Consejo de Seguridad para "abordar la cuestión del bloqueo del corredor de Lačin y el peligro de una crisis humanitaria total en Nagorno Karabaj". Por encima de cualquier otra forma de mediación, para los armenios "sólo la ONU es capaz de hacer cumplir las condiciones de paz y seguridad internacionales, impidiendo acciones destructivas masivas como crímenes de guerra, limpieza étnica, crímenes contra la humanidad y genocidio".

Armenia también instó al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a utilizar "todos los medios de presión sobre Azerbaiyán, incluida la suspensión de la ayuda militar", según el congresista de la Cámara de Representantes estadounidense Jim Mc Govern. The Washington Post comentó el informe del ex fiscal jefe del tribunal internacional, Luis Moreno Ocampo, quien habló del "genocidio de los armenios de Nagorno Karabaj" por parte de Azerbaiyán utilizando "el hambre, el arma invisible del genocidio", instando a su vez a la ONU a hacerse cargo del problema.

Según el observador político armenio Akop Badalyan, el llamado de Ereván a la ONU obliga a Bakú a reaccionar "de forma que no afecte negativamente a su reputación internacional", aunque considera poco probable que la ONU apruebe un documento de condena a Azerbaiyán. Así pues, los azeríes utilizan el "lenguaje de las amenazas y el chantaje" no sólo contra los armenios, sino contra toda la comunidad internacional.

A las agresivas declaraciones de Azerbaiyán contra los armenios se han unido en los últimos días las posiciones oficiales de Turquía, que a su vez advierte a Armenia de que "no busque provocaciones" y respete la integridad territorial de Azerbaiyán. Según Ankara, "no hay razón para criticar a Azerbaiyán en la cuestión del territorio de Lačin". Badalyan cree que estas posiciones de los turcos deben considerarse "en un contexto geopolítico más amplio", en la perspectiva de la visita de Vladimir Putin a Turquía prevista para finales de agosto, en la que la prioridad será el restablecimiento del acuerdo sobre los cereales, principal arma diplomática de Recep Tayyip Erdogan.

El politólogo cree que "las acciones de Azerbaiyán y el apoyo de Turquía tienen como objetivo aumentar el precio de Turquía para Rusia, que es muy sensible a la necesidad de evitar un segundo frente en el Cáucaso". Ankara también se está inmiscuyendo en este juego para echar sus cartas en un mercado más amplio, y la ONU podría al menos hacer ver a los azeríes que las amenazas y las acciones de fuerza no valen nada en las negociaciones globales. El futuro de Nagorno Karabaj probablemente no será la independencia, sino una autonomía razonable en territorio azerbaiyano y en armonía con sus hermanos armenios.