Musulmanes reabren por la fuerza la iglesia de Tizi-Ouzou, clausurada por las autoridades

de Kamel Abderrahmani

Por primera vez en la historia argelina contemporánea, los ciudadanos de fe islámica sostienen a los cristianos. El movimiento popular permanece unido y denuncia los “engaños del régimen”. Desde enero del 2018, las autoridades han sellado 15 lugares de culto cristianos.

París (AsiaNews) – En la mañana del 17 de octubre pasado, las autoridades argelinas colocaron fajas de clausura en la iglesia protestante más grande se Argelia. Fue una decisión del prefecto de la willaya (provincia) de Tizi-Ouzou, que en el pasado reciente atacó a los musulmanes ibaditas de Ghardaia (en el sur del país). Desde su apertura, estas iglesias jamás habían sido un problema, y mucho menos en esta región, célebre por su tolerancia hacia todos los credos religiosos. Apenas se consumó la represión contra los cristianos, estos últimos organizaron un acampe en Tizi Ouzou (foto) para protestar contra la clausura de las iglesias. La manifestación fue reprimida, y culminó con el arresto de cuando menos 17 ciudadanos cristianos.

Detrás de estas clausuras y arrestos arbitrarios hay objetivos políticos precisos. En este régimen, ¡nada es casual! En vista de los hechos que se han ido sucediendo en Argelia desde el 22 de febrero de 2019, y ante la determinación del pueblo argelino de deshacerse de la dictadura híbrida que ha reinado el país desde la independencia, ¡todo resulta más claro!. ¿Por qué motivo, en medio de una revolución popular, el poder coloca en primer plano las cuestiones religiosas y la libertad de conciencia? ¿Es esta la petición planteada por la clausura de las iglesias de Tizi-Ouzou y por la injusta represión que sufre la comunidad cristiana?

En efecto, hace nueve meses que este régimen político es atormentado por el movimiento popular; el poder ha intentado, intenta e intentará poner en acto varias estrategias de distracción para dividir las filas compactas de este levantamiento. Poner en juego sensibilidades de tipo cultural, religioso o identitario es su pasatiempo favorito. Luego de la prohibición del emblema cultural bereber, de la fallida instrumentalización del discurso religioso en las mezquitas, hoy ¡el régimen ataca a la comunidad cristiana! En otras palabras, de forma instrumental, azota todo lo que pueda ser útil para permanecer en el poder. “Divide y reinarás”..¡este es el único lema que reconoce el régimen militar de Argel!

Sin embargo, “el viento está virando ” y la sociedad argelina, como tantas otras del mundo, está cambiando. Muta, reconoce e integra nuevas ideas, y se libera de aquellas que ya no son más válidas. Por primera vez en la historia contemporánea del país, los ciudadanos musulmanes están reaccionando y ahora apoyan a los cristianos. Ya desde la mañana [del 17 de octubre], la movilización de los abogados y sus visitas a las comisarías policiales dieron frutos. Todos los detenidos cristianos fueron dejados en libertad. Por la tarde y como signo de solidaridad y consciencia, los ciudadanos de fe musulmana re-abrieron por la fuerza las puertas de la iglesia clausurada.

En efecto, los ciudadanos han comprendido las maniobras maquiavélicas de este ´poder. Hay activistas políticos que han anunciado en sus páginas de Facebook: “No olvidemos los principales reclamos de la revolución popular; no aceptaremos desviar la mirada para concentrarnos en otros asuntos. Sin embargo, tenemos derecho a no dejarnos engañar por las acciones del régimen, que priva a nuestros conciudadanos cristianos de su libertad individual y de culto”.

Este discurso es revelador, y todos los argelinos deberían adoptar estas ideas, ya que debemos fundar un Estado en el cual todos los ciudadanos sean iguales, prescindiendo de cuál sea su credo religioso; un Estado que proteja y garantice las libertades individuales. Este es el motivo por el cual los argelinos continúan tomando las calles: fundar el Estado de derecho. Hace cuatro días, se cumplió el 35o viernes de sublevación colectiva contra cuantos han arruinado el país, alimentado el fundamentalismo y sembrado división entre los hijos del mismo pueblo.