Mujeres kazajas rechazan el proyecto de un impuesto al matrimonio con extranjeros
Se trata de una iniciativa de la parlamentaria Karakat Abden. Activistas por los derechos humanos lanzan una petición para destituirla. La cosificación de la mujer, una tradición que persiste. Parte del establishment considera que los matrimonios mixtos son una amenaza para la nación.
Moscú (AsiaNews) - La nueva diputada del Parlamento de Kazajistán, Karakat Abden, presentó una propuesta que causa revuelo en el país: "aplicar un impuesto a las mujeres kazajas que se casen con extranjeros". Inmediatamente, un grupo de activistas por los derechos de la mujer empezó a recoger firmas para una petición que impulsa la destitución de Abden de su escaño parlamentario.
En su intervención en un programa de televisión, la diputada argumentó que ‘una kazaja' es un talismán nacional, y no podemos perderlo para darlo al extranjero, por eso solicito que se aplique un impuesto sobre los matrimonios mixtos". La política ya había insinuado este proyecto en la campaña electoral para las presidenciales del año pasado, cuando figuró como candidata "tapadera" que competía con el Presidente saliente Tokaev.
La flamante diputada por el partido social-patriótico Auyl, Abden afirma que cuenta con el apoyo de los demás diputados de su bloque. Contra ella se han levantado las feministas del país, que ya se manifestaron el 8 de marzo con el lema "no somos sus juguetes", dirigido precisamente a quienes, como Abden, quieren manipular el rol de la mujer kazaja.
Ajžan es una mujer casada con un extranjero y vive con su marido y su familia en Tailandia. Para comentar el proyecto de ley, intervino en las redes sociales: "Si la diputada está ávida de impuestos, que se los quite a los maridos que pegan a sus mujeres". En su opinión, el impuesto sobre los matrimonios sería "un atentado contra los derechos de la persona y de las niñas kazajas: con este mismo criterio, podrían negarles el acceso a la educación y mantenerlas segregadas en casa... En Kazajistán conviven diferentes grupos étnicos, y hace siglos que la gente [de distintas etnias] se casa".
La profesora de Derecho Internacional Ajgerim Kusainkyzy también considera que la propuesta de Abden constituye una violación de derechos, una "cosificación de las niñas y jóvenes", convertidas en objetos comerciales: "Siempre debe primar el derecho a la libertad de elección, aunque en la sociedad kazaja se discuta sobre el honor de las niñas y jóvenes, del que depende el futuro de la sociedad, y se piense que quienes aceptan un matrimonio mixto influyen negativamente en la ella". Además, en las tradiciones kazajas, las niñas son vistas como una propiedad de la familia, que no puede entregarse a extranjeros, y cuando esto ocurre, la niña es vista como la culpable de todos los males de la familia y la sociedad.
Como recuerda la activista humanitaria Bella Orynbetova, el número de mujeres víctimas de la violencia crece cada año en Kazajistán. "Esto también depende de la difusión de opiniones que dañan la dignidad y la credibilidad de las mujeres... si una mujer kazaja se casa felizmente con un extranjero, estas personas no pueden aceptarlo".
Abden intentó responder a estas críticas desde su página de Facebook, señalando que "esta propuesta forma parte de las iniciativas para defender nuestros valores nacionales y reforzar el espíritu patriótico, y en cualquier caso he pedido que sea debatida por todo el Parlamento, con la ayuda de expertos científicos e investigaciones sociológicas".
Con frecuencia, las jóvenes que pasean por la calle con el novio o marido de otra etnia son filmadas en vídeos que luego se suben a Internet, con el propósito de "salvar a la nación", como escriben muchos. La cuestión de los matrimonios mixtos de muchachas kazajas ya se había planteado en el Parlamento hace unos años, cuando el senador Žabal Ergaliev declaró en 2012 que debían imponerse restricciones a los viajes de las muchachas al extranjero. El poeta Rinat Zaitov, elegido diputado este año por el partido presidencial Amanat, argumentó que "la propuesta de Abden puede ser acertada, si se tiene en cuenta el interés de la nación. Hay que hacer todo lo posible para preservar al pueblo del Estado kazajo". Zaitov recordó que la "kalyma", el pago por las niñas, es "una antigua tradición de los kazajos". Según su opinión, la cuestión apunta a "la mejora de nuestra condición demográfica", y "si una muchacha se casa con un extranjero, el Estado también tiene sus derechos", concluyó.
14/07/2023 11:52
03/07/2023 11:09