Mosul, universitarias cristianas: después del ISIS, el estudio hace vislumbrar una esperanza de paz y unidad

Rita y Maryam asisten a la Facultad de Arquitectura del ateneo metropolitano. El regreso a las aulas estuvo marcado por el “temor y el miedo”, pero después de un primer período, se ha restablecido una “normalidad”. El dominio yihadista ha cambiado la mentalidad, y esto puede advertirse en la “falta de despreocupación”. En ciertos casos, han “mejorado” las relaciones con los estudiantes musulmanes.

Karamles (AsiaNews) – Tras un inicio marcado por el temor y el miedo, se pasó luego a la alegría de regresar a las aulas de la universidad, tras vivir un período oscuro que duró más de tres años. La emoción de poder pensar nuevamente en el futuro, con la esperanza de que haya paz, de poder lograr una convivencia y una unidad en todo Irak. Es lo que narran Rita y Maryam, dos estudiantes cristianas que en los últimos meses han retomado sus estudios en la Universidad de Mosul, que fue devastada por los yihadistas del Estado islámico (EI, es ISIS), durante los años de su dominio.

Por más de cuatro años, la universidad de Mosul, metrópolis del norte del país que durante largo tiempo fue bastión del Estado islámico, quedó bajó el control del grupo yihadista. Además de sembrar la violencia y el terror, los fundamentalistas sunitas suspendieron muchos cursos y destruyeron su prestigiosa biblioteca. El resurgimiento del ateneo y el retorno de los estudiantes cristianos en el pasado reciente, ha representado uno de los primeros pasos hacia la estabilización de la ciudad, si bien sigue habiendo dificultades y peligros que ponen en riesgo la vida de las personas.

Rita Saher Zora y Maryam Elias, ambas nacidas en 1995, asisten a la Facultad de Arquitectura del ateneo. Rita es originaria de Mosul, pero en el año 2020 su familia decidió ir a vivir a Karamles, por cuestiones de seguridad. Maryam nació en Karamles y hoy sigue viviendo allí, después de haber pasado (como cientos de miles de refugiados cristianos y no cristianos) bastante tiempo en el Kurdistán iraquí, esperando la liberación de la Llanura de Nínive.

La entrevista fue realizada con la colaboración de don Pablo Thabit Mekko, un sacerdote caldeo que es responsable de la comunidad de Karamles. A continuación, transcribimos lo que ellas han contado a AsiaNews:

¿Cómo han vivido el retorno a la universidad, después de la violencia del ISIS?

Rita: Al principio sentí miedo de volver a las aulas de la universidad. Sin embargo, transcurrido un tiempo, todo volvió a ser normal, natural. A tal punto que hoy se puede decir que la situación parece casi como era antes de la llegada de Daesh [acrónimo árabe para el Estado Islámico, EI].

Maryam: En un primer momento sentí miedo y temor entremezclados, porque estaba volviendo a una ciudad que había sido abandonada a toda prisa tres años antes. Muchas cosas han cambiado, hasta la mentalidad misma de los musulmanes ha cambiado. No puedo ocultar mi ansiedad al principio, porque me preguntaba cómo me recibiría esta sociedad, sobre todo los profesores y nuestros compañeros de clase musulmanes.

¿Qué diferencias notan en comparación al período previo al ascenso del movimiento yihadista?

Rita: Cambios, hay muchos, de distinto tipo, y no sólo a nivel infraestructuras. Muchas áreas, las aulas, la misma biblioteca fueron dañadas o quedaron destruidas. También quedó afectado el estado de ánimo y la psique de algunos habitantes de Mosul, que ya no son los mismos, y ahora deben recuperarse.

Maryam: He notado un cambio en la mentalidad de las personas, y muy a menudo, en sentido positivo. La mayor parte parece dispuesta a aceptar mejor al otro, aunque no sea de fe islámica. Y esto sería realmente un gran logro después de los años duros vividos bajo el control del ISIS, además de dar prueba del hecho de que no todos son como ellos.

Durante mucho tiempo, Mosul representó la capital del “Califato”. ¿Cómo ha cambiado, y que se siente al regresar a la ciudad?

Rita: Hay momentos en los que me parece que la ciudad de Mosul no ha cambiado en absoluto. Que una parte de sus habitantes continúa mirándonos como si fuésemos enemigos, o que son hostiles hacia nosotros. Sin embargo, gran parte se muestra buena y deseosa de instaurar (o de reanudar) lazos. En general, se puede decir que hay libertad para desplazarse, podemos ir y venir, que en general hay un clima de seguridad y de confort que permitirá que podamos llevar a término nuestros estudios.

Maryam: Es cierto, la mayor parte de los miembros del Califato se fue, pero no creo que la mentalidad que funcionaba como base del Estado Islámico haya desaparecido definitivamente, no ha sido erradicada del todo. Cuando esto se logre, entonces podremos decir que habremos superado el peligro del ISIS; sólo cuando nuestra patria funde su futuro en la convivencia, podremos decir que el ISIS llegó a su fin.

¿Qué clima se respira, hoy, en la universidad?

Rita: Hoy en día ya no se respira más ese clima de miedo que se alojaba en Mosul y en toda la Llanura de Nínive bajo el yugo del ISIS. Por cierto, el ambiente todavía no es cien por ciento tranquilo ni seguro. Sobre todo se ve una falta de alegría y de despreocupación, que normalmente es el rasgo que une a las universidades de todo el mundo. Y también, un poco más de serenidad.

Maryam: Todos los estudiantes – cristianos y no cristianos – sentíamos mucho miedo de tener que estudiar en edificios quemados, destruidos o gravemente dañados. A pesar de ello, los estudiantes han insistido en continuar asistiendo a las mismas aulas, las mismas estructuras, y fue mucha la alegría de tener un lugar dentro de la universidad, como si todo volviese a ser como antes.

¿Y cómo son las relaciones con los estudiantes musulmanes?

Rita: Tratamos de instaurar buenas relaciones, de reconstruir viejos vínculos y entretejer nuevos. Nosotros queremos dialogar con ellos, crear buenas relaciones, no sólo para la vida en la universidad, sino también para lo que venga después, para el futuro.

Maryam: Los cristianos no tenemos ningún problema con ellos, por el contrario, las relaciones con los jóvenes musulmanes parecen haber mejorado mucho. En cierto sentido, se está mejor que en el período universitario previo al ISIS. Pienso que hemos entendido que hubo muchas equivocaciones en el pasado, esto lo sienten también ellos.

¿Qué esperan de Irak, a futuro?

Rita: Lo que más deseo y la mayor esperanza que albergo es que tengamos un futuro en paz y seguridad, por el bien común. Queremos que la situación en Irak mejore, y que nuestro esfuerzo en este sentido – como cristianos y como ciudadanos - no sea en vano. Sin embargo, frente a algunas situaciones y leyendo algunas noticias – incluso actuales - nos dejamos invadir por el descontento y terminamos desalentadas.

Maryam: Espero poder terminar mis estudios en paz y en un clima de seguridad. En lo que respecta a mi país, Irak, lo que espero es que estas nuevas generaciones puedan cambiar la realidad y asegurar la unidad y la convivencia.

¿La fe cristiana ha sido un sostén en estos años difíciles?

Rita: Vivo mi fe cristiana todos los días, incluso en la universidad, y trato de llevar la imagen de Cristo en todos los aspectos, sobre todo en la relación con los demás. Ante todo, mostrando que los cristianos no odiamos a nadie, que somos un puente de diálogo y de encuentro. Ciertamente, mi fe me ayuda, en particular, en los momentos de dificultad y nos ayuda a soportar mejor los problemas para salir adelante y continuar nuestra vida de todos los días, dentro y fuera de la universidad.

Maryam: Mi fe cristiana ha sido fundamental para soportar todas las situaciones y todos los momentos de dificultad. Me ha ayudado a aceptar a todos, a pesar de las diferencias religiosas o étnicas, Y me ayuda a no concentrarme en los problemas, a no dejarme aplastar por ellos, y a proceder partiendo de la humanidad.