Moscú: El Patriarca Kirill exaltó a los atletas olímpicos rusos
"El deporte no siempre está separado de la política, y nos hemos dado cuenta de ello". En el pasado, Rusia fue sancionada por violar las normas antidoping. El deporte es utilizado como un elemento de cohesión en el mundo ortodoxo del espacio ex soviético La fe ortodoxa, magnificada como "energía espiritual" para competir en las Olimpiadas.
Moscú (AsiaNews) - Tras el regreso de los atletas rusos procedentes de Tokio, el patriarca de Moscú, Kirill (Gundyaev), quiso agradecerles públicamente por los logros obtenidos durante los Juegos Olímpicos y desearles más conquistas a futuro. Cabe recordar que en años anteriores, por haber infringido flagrantemente las normas antidoping, los rusos compitieron en Japón bajo la bandera neutral del Comité Olímpico Nacional. Las autoridades presentaron aquel hecho como una demostración de "rusofobia occidental".
El 10 de agosto, Kirill señaló que "por desgracia, el deporte no siempre está separado de la política, y nos dimos cuenta de ello al observar el desarrollo de las competiciones". Destacó que "ningún prejuicio político pudo ensombrecer la grandeza" de los logros de los deportistas rusos. El Patriarca añadió que tales actuaciones "son evidentes a los ojos de los profesionales y de todas las personas honestas, por no hablar de los millones de compatriotas que sufrieron con esperanza junto a [los atletas] durante todo el periodo de las Olimpiadas".
Los rusos ganaron 71 medallas en Tokio - 20 de ellas, de oro -, colocándose en el quinto puesto del medallero general, en línea con las últimas ediciones de los Juegos Olímpicos.
El Patriarca ruso elogió a los atletas por representar a Rusia de un modo digno: "A pesar de las difíciles condiciones en las que se celebraron las competiciones, ustedes lucharon heroicamente por la victoria, mostrando una voluntad inquebrantable, una auténtica solidaridad y un apoyo mutuo. Han demostrado al mundo entero que la base del deporte ruso es sobre todo la tensión de la lucha honesta por conseguir los mejores resultados".
Según el responsable de los fieles ortodoxos rusos, solo "son merecedores de la victoria los que no se alzan presuntuosamente por encima de sus adversarios". Destacó que los atletas rusos supieron dirigirse a todos con "el mismo respeto". Mostraron sentimientos fraternales, especialmente hacia los rivales de aquellos países en los que viven "pueblos que están unidos a nosotros por la sangre y la fe, a pesar de las divisiones externas, que suelen ser artificiosas".
Como patriarca de todas las Rusias, Kirill confesó que también animó a los atletas de Ucrania, Bielorrusia, Kazajistán, Moldavia y otras naciones que, “hasta hace poco tiempo, formaban parte de nuestra gran patria común".
La ortodoxia rusa apoya la gran "ideología de la victoria" soviética, que propone la unidad de todo el "mundo ruso" a nivel universal. Para esta mentalidad, el deporte es un elemento muy importante, a tal punto que este año Moscú bendijo la construcción de una iglesia "para todos los deportistas rusos". Se encuentra en Butovo, en las afueras de la capital, y está a cargo del sacerdote Andrej Alekseev, capellán del equipo olímpico ruso. La catedral de la Resurrección, la iglesia de las Fuerzas Armadas inaugurada en 2020 para el 75º aniversario de la victoria en la Segunda Guerra Mundial, ya había sido dedicada a las victorias olímpicas ruso-soviéticas, además de las victorias militares.
El patriarca recordó que, antes de partir hacia Tokio, muchos atletas rezaron con él en la catedral de Cristo Salvador: "De la fe ortodoxa ustedes supieron extraer la energía espiritual para superar las numerosas pruebas y dificultades que han encontrado en su camino olímpico".
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