Moscú y la muerte de Raisi
El presidente iraní y el ministro de Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian, fallecidos en el accidente de helicóptero, representaban el área más abierta a la cooperación con Rusia, especialmente en el suministro de armas para la guerra de Ucrania. Jamenei mantendrá el control, pero los conflictos con Moscú por el control de Siria permanecen en un segundo plano.
Moscú (AsiaNews) - La muerte del presidente de Irán, Ebrahim Raisi, conmocionó a todos los países del mundo, pero los expertos rusos creen, como muchos otros, que el trágico incidente no provocará cambios políticos significativos en Teherán. El experto del Instituto de Orientalismo de la Academia Rusa de las Ciencias Vladimir Sažin recuerda en una entrevista con Rbk que la plenitud del poder pertenece únicamente al ayatolá Alí Jamenei, y desde hace años «todas las ramas del poder iraní, ejecutivo, judicial y legislativo, están confiadas al sector radical-conservador del establishment político local, del que Raisi era una expresión». Según Sažin, el grupo en el poder tampoco es muy homogéneo y está compuesto por facciones que luchan entre sí por los resortes de influencia sobre la política, por lo que «la muerte del presidente puede desestabilizar en cierta medida la situación en las altas esferas», aunque descarta cualquier posibilidad de revolución y golpe de Estado.
Otra experta, Elena Suponina, del Consejo Ruso para Asuntos Internacionales, cree que ahora los reformistas que tienden hacia un giro más democrático y liberal podrían intentar explotar la situación presentando sus propios candidatos, aunque «mientras Alí Jamenei siga vivo, todo seguirá bajo control». Sin embargo, el ayatolá no es considerado el partidario más abierto de una alianza con Rusia, teniendo en cuenta los conflictos de Irán con Rusia por el control de Siria.
Los comentaristas coinciden en que lo que realmente está en juego ahora será la sucesión de Jamenei, de 85 años, para la que Raisi era el candidato más influyente. Tampoco se descartan nuevas oleadas de protestas masivas, mientras que el ex embajador ruso en Irán Aleksandr Marjasov opina que «el movimiento de oposición es actualmente bastante débil, sólo a veces surgen diferentes estratos de la población, que no se unen... no hay un centro o una figura en torno a la cual puedan aglutinarse las protestas».
Según varios observadores rusos, Raisi y el ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian, representaban el sector más abierto a la cooperación con Rusia, especialmente en la entrega de armas para la guerra de Ucrania con los infames drones Shahed, pero su desaparición no debería preludiar una ralentización, ni mucho menos el fin de estos acuerdos. Si acaso, cree Marjasov, «la colaboración se ampliará aún más, porque éstas eran las indicaciones del Líder Supremo», y sólo es cuestión de quién tomará la iniciativa más abiertamente.
Rusia, al fin y al cabo, patrocina la entrada de Irán en la OCS y los Brics, y Putin estaba tan preocupado por el incidente que envió inmediatamente dos aviones Il-76 con 50 especialistas en rescate a zonas montañosas, lo que no ocurrió con los muchos rusos cuyas vidas estuvieron en peligro por las recientes inundaciones y graves emergencias en muchas regiones de Rusia. Como escribieron algunos comentaristas, «la salvación de Raisi era más importante que la salvación de los rusos».
En cualquier caso, las tensiones internacionales seguirán siendo elevadas, teniendo en cuenta las teorías conspirativas que circulan por las redes sociales, que apuntan a la implicación de Israel en el accidente del helicóptero de Raisi, o las que atribuyen al propio Jamenei el asesinato de su sucesor para dejar sitio a su hijo Mojtaba. Según Marjasov, pronto aparecerán también teorías sobre la implicación estadounidense, teniendo en cuenta que el helicóptero Bell 212 fue fabricado en EEUU, pero Sažin las considera insustanciales: «ciertamente el mantenimiento del vehículo era problemático debido a las sanciones estadounidenses», pero no había necesidad de conspiraciones.
Los aliados de Irán, como los palestinos de Hezbolá, «seguirán molestando a Israel», asegura Marjasov, con ataques en las regiones fronterizas, pero sin ir más allá de lo ocurrido hasta ahora. Incluso Sažin coincide en que «todo seguirá en su sitio, con tensiones contra Israel, relaciones comerciales con Rusia y retórica antiamericana». Suponina cree, sin embargo, que el empeoramiento de la situación en general en Medio Oriente es inevitable, no con explosiones de violencia a corto plazo, pero dentro de algún tiempo la muerte de Raisi «jugará su papel» en la desestabilización de toda la región.
Foto: Kremlin.ru/Wikimedia
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