Moscú lucha para calcular la pobreza, a merced de la inflación

de Vladimir Rozanskij

En Rusia, los datos oficiales, calculados en base a los ingresos, sitúan al 44,2% de la población en la línea de la pobreza. Sin embargo, las subas de precios -con porcentajes que ya alcanzan los dos dígitos- demuestran que los cálculos no reflejan la realidad. Expertos: sin un sistema adecuado, podría crecer aún más la desigualdad.

Moscú (AsiaNews) - La Duma Estatal de Moscú estableció las prioridades de la gestión económica para el 2022: la lucha contra el Covid-19, que ingresa al país desde el exterior, y la lucha contra la pobreza, un problema claramente interno. El cálculo del umbral de pobreza resulta ser bastante ambiguo, ya que está vinculado a dos parámetros diferentes: los presupuestos y los pagos. Las dos formas de pobreza no se distinguen claramente en la actualidad, pero con la inflación galopante actual, podrían dividirse fuertemente, creando niveles insostenibles de desigualdad, aseguran los expertos de la Escuela Superior de Economía de Moscú.

El presidente de la Duma, Vjačeslav Volodin, declaró solemnemente que "el año que viene tendremos que superar el problema de la pobreza", y para ello confía en las políticas sociales del Gobierno. A principios del 2021 se adoptaron nuevos criterios para el cálculo del umbral de pobreza, que ya no están vinculados a la canasta familiar, al consumo y a la incontrolable subida de los precios. Actualmente, el umbral de pobreza se calcula en base al ingreso medio de la población, y el dato arroja que el 44,2% de los rusos estaría en el límite del nivel mínimo de subsistencia, garantizado por el Estado.

En efecto, el aumento de los precios demuestra que los cálculos oficiales no reflejan la realidad. El propio presidente Vladimir Putin tuvo que ocuparse del asunto, elevando la previsión del aumento del mínimo de subsistencia del 2,5% al 8,6%. La confusión entre las categorías de beneficiarios obligó entonces a promulgar normas para distinguir el "nivel mínimo de subsistencia" del "umbral de pobreza", retomando el nexo con los bienes de consumo y el curso de la inflación.

Según explican en el Ministerio de Trabajo, estos nuevos parámetros se revisan cada trimestre, a fin de obtener un algoritmo satisfactorio de medidas sociales preventivas, para proteger el bienestar de la población y diferenciar las categorías de personas necesitadas de un modo más equilibrado.

La inflación ya se ubica en dos dígitos, al igual que el aumento de los precios, pero los políticos rusos confían en que el sistema pueda resistir estos embates. En realidad, estos cálculos se basan principalmente en las condiciones de vida antes de la pandemia (el “ingreso medio”) y hay muchas incógnitas sobre su funcionamiento. En diálogo con Nezavisimaja Gazeta, el experto de Freedom Finance, Aleksandr Osin, explica que "la adecuación de los cálculos sobre el nivel mínimo de subsistencia depende demasiado de la velocidad de aumento de la inflación, y el sistema saltaría por los aires si la inflación superase el nivel medio de ingresos de la población".

"Será fundamental controlar cómo se mueven los ingresos de los que están por debajo del nivel medio. Como explica Vasilij Anikin, un experto del Instituto de Política Social de la Escuela Superior de Economía, "ahora los niveles inferiores a la media crecen mucho más lentamente que los ingresos de los ricos y los superricos", y existe el riesgo de una fractura casi irremediable.

Mucho dependerá de la capacidad del gobierno para tomar medidas adecuadas y adaptarse rápidamente a los cambios -en gran medida imprevisibles-, confirman los expertos. Además de los ingresos, hay que tener en cuenta otros factores, como la propiedad y los bienes inmuebles, que no son fáciles de calcular. El nivel medio de ingresos conduce a un nivel mínimo de subsistencia garantizado de 11.700 rublos al mes, unos 150 euros. Sin embargo, si se considera que un mínimo sostenible debería alcanzar al menos 15.800 rublos, el número de personas por debajo del nivel medio de ingresos pasaría del 44,2% al 60%.

Por último, un factor dramático a tener en cuenta es el considerable descenso del número de habitantes de Rusia. El país ha perdido más de un millón de personas en los dos últimos años, muchas más que en años anteriores. Esto podría llevar a una flexibilización de las medidas sociales, y como consecuencia, menos personas podrían acceder a ayudas. La desaparición de una parte activa de la población complica aún más los cálculos. En este trágico cambio de época, aún toca descubrir cuáles son los nuevos umbrales de pobreza y supervivencia.