Moscú, la propuesta del matrimonio ortodoxo de Estado

de Vladimir Rozanskij

El diputado Vladimir Sysoev trata de introducir elementos confesionales en la legislación. Dudas de parte del Patriarcado ruso. En el pasado la Urss consideró a la familia como un elemento que había que abandonar. Hoy en Rusia los matrimonios religiosos son el 70% de las uniones. Pero, como en el pasado, están m uy difundido los divorcios y los abortos.

Moscú (AsiaNews)- Un diputado de la Duma de Estado, Vladimir Sysoev, hizo una propuesta de ley para reconocer la validez civil del matrimonio religioso ortodoxo., sin que la Iglesia misma fuese consultada sobre el argumento. La sorprendente iniciativa está poniendo en luz las diferentes concepciones en los referente a la laicidad del Estado en Rusia, mientras que la Iglesia ortodoxa aparece más decidida en el marcar las diferencias respecto a los políticos.

El representante del patriarcado de Moscú, Vakhtang Kipshidze, vice- jefe del Departamento para las relaciones entre la Iglesia y la sociedad declaró a este propósito al corresponsal de Interfax-Religija que “esta propuesta no fue discutida con la Iglesia ortodoxa rusa y fue una sorpresa también para nosotros”. Él recordó que la práctica de registrar civilmente los matrimonios religiosos era normal en el imperio ruso antes de la revolución soviética, cuando la Iglesia ortodoxa era oficialmente una Iglesia de Estado, como sucede en algunos Estados europeos, donde subsiste aún tal unión entre Estado e Iglesia.

Hoy, según Kipshidze, “el retorno a tal práctica, en las condiciones de Estado laico que tenemos en Rusia, podría generar una serie de complicaciones y de confusión en la misma legislación civil sobre la familia. Como mínimo se necesitarían toda una serie de aclaraciones”. Según el representante del Patriarcado, los derechos y los deberes de los cónyuges delante de la ley se verían complicadas ulteriormente, en presencia o en ausencia del matrimonio sacramental; de hecho, en la propuesta de Sysoev serían distintas las condiciones jurídicas del matrimonio ortodoxo de las otras de tipo de unión conyugal.

Por un lado, parece evidente la voluntad de algunos políticos el introducir elementos confesionales en la vida de la sociedad rusa; por el otro la Iglesia demuestra mucha prudencia, para evitar ser demasiado identificada con la política y sus tendencias nacionalistas más radicales. En los pedidos del patriarca Kirill se reafirma a menudo la necesidad de defender los valores de la familia y de la defensa de la vida, también en fuerte polémica con las tendencias contemporáneas a la libertad de convivencia sin límites de tiempos y géneros, pero él no sugirió jamás la necesidad de cambiar la actual legislación.

En los últimos 20 años la práctica matrimonial en Rusia se transformó yendo hacia una mayor sintonía con la doctrina de la Iglesia, si bien con porcentajes más bien contradictorios. A los inicios de los años 2000, los matrimonios en la Iglesia eran una minoría; ahora las celebraciones se acercan al 70% de las uniones. Por otro lado, el porcentaje de los divorcios permanece muy alto, poco bajo el 60%. En Europa, no obstante las fuertes tendencias secularistas, los divorcios no alcanzan a la mitad de los matrimonios, mientras que en Italia, por ejemplo, están un poco sobre el 30%. También las estadísticas en lo que se refiere a los abortos en Rusia son todavía impresionantes, superando el millón de interrupciones de embarazos por año.

Por el resto, las libertades de divorcio y aborto están entre las primeras medidas del gobierno revolucionario soviético, anticipando en varios decenios las leyes europeas y mundiales. La Unión Soviética dejó una herencia muy difícil que superar, cuando el Estado consideró al matrimonio como una cosa del pasado, para confiar a la tutela pública las relaciones entre las personas. La tendencia contemporánea tiende a ver tales cuestiones como atinentes a la esfera de la libertad individual y reafirmar la autoridad estatal, ya sea en sentido opuesto al pasado, aparece más bien improbable.