Moscú, la Duma contra Occidente

de Vladimir Rozanskij

El Parlamento ruso estudia cómo responder a las sanciones occidentales por la invasión de Ucrania. Están en juego algunas medidas contra la propiedad de las empresas y los medios de comunicación extranjeros. La gestación subrogada también está en el punto de mira. La "guerra" de los diputados rusos contra los enemigos del país tiene más valor simbólico que práctico: Putin lo decide todo.

Moscú (AsiaNews) - La Duma de Estado, el parlamento ruso, se reunió para determinar la respuesta a las ofensas, sanciones y amenazas de Occidente, el verdadero gran enemigo que "obligó" a los ejércitos rusos a invadir Ucrania. Las propuestas de los diputados se caracterizan por ser radicales hasta la excentricidad, y rara vez la presidencia o el gobierno las toman en consideración, limitándose a aprobar una propaganda de dudosa eficacia.

Los partidos compiten por mostrarse decididos frente a sus adversarios globales. Por encima de todos ellos destacan los comunistas del PCRF, que desde el principio de la operación militar han hablado de una "transición indispensable hacia una economía de movilización" y también de "una nueva estructura para gobernar el país". Un diputado comunista, Nikolai Kolomejtsev, intervino diciendo que "admito que tengo miedo por Rusia, nos están atacando por todos lados, congelando nuestro capital y nacionalizando nuestras empresas, y nosotros aquí sentados temblando, sin hacer nada".

Los comunistas, fieles a su tradición, se oponen a la "sagrada propiedad privada" que impide la incautación de todas las propiedades extranjeras en Rusia. El ponente del proyecto de ley contra las sanciones, Anatolij Vybornyj, que pertenece al partido de Putin, "Rusia Unida", explicó que las autoridades rusas "no son como ellos", como los países occidentales, y pretenden tratar a las empresas que salen de Rusia "de forma honesta y cortés".

Los extranjeros podrán volver a Rusia en un plazo de tres años, si les queda espacio para sus negocios y "no cometen errores de administración por incompetencia", puesto que se les concederá el derecho de la "administración desde el exterior" de sus propiedades en Rusia. El objetivo principal de esta norma es la conservación de los puestos de trabajo actuales, pero también controlar los movimientos de los occidentales para evitar "posibles sabotajes por parte de empresas que expresen una abierta hostilidad hacia Rusia", como señaló el diputado Sergey Gavrilov.

Se tomarán medidas mucho más graves contra los medios de comunicación occidentales acreditados en Rusia, que serán paralelas al bloqueo de las publicaciones rusas en varios países. Se privará a las editoriales de sus licencias, a los periodistas de su acreditación, y se aplicarán algunas normas que simplifican el cierre directo por parte del gobierno o de la fiscalía general. El proyecto sobre los medios de comunicación fue presentado por el liberal-nacionalista Andrej Lugovoj, que explicó que quería evitar los conflictos judiciales: "Primero los cerramos, luego los discutimos".

Otra respuesta que se debatió en la Duma se refería a la gestación subrogada. Sobre esto, los diputados gritaron que "estamos hartos de que nuestras mujeres sean utilizadas como incubadoras de bebés occidentales". El proyecto de ley al respecto fue el primero que se aprobó, y así prohibió a los extranjeros acceder a los "vientres de alquiler" en Rusia. Este derecho quedará reservado únicamente a las parejas en las que al menos uno de los dos futuros padres tenga la nacionalidad rusa, siempre y cuando la pareja esté formada por un hombre y una mujer.

Las mujeres rusas solteras también podrán acceder al servicio de útero externo. "Queremos acabar por completo con el comercio de niños", explicó el diputado Petr Tolstoi, según el cual "ya es hora de deshacernos de esta parte de nuestra integración con las normas y reglas occidentales". Otro diputado, Vitalij Milonov, señaló que la gestación subrogada ya está prohibida en muchos países europeos y es "un atributo del Tercer Mundo".

Durante el debate, varios diputados propusieron también la abolición total del derecho al aborto. Sin embargo, sobre este punto el propio Tolstoi advirtió que "estas cosas deben hacerse gradualmente y con gran precaución", ya que Rusia es uno de los países con mayor porcentaje de abortos del mundo. De todas maneras, la euforia parlamentaria de la "guerra contra Occidente" está lejos de haber terminado, y trata de enviar señales simbólicas y de valor, pero habrá que ver si realmente llega a los sectores económico y financiero.