Moscú, Kazán y el Cáucaso: las divisiones entre los musulmanes de Rusia
Se está desplegando un enfrentamiento abierto entre Rawil Gaynetdin, jefe del Consejo de muftíes, y Kamil Samigullin, el Muftí tártaro de Kazán. Para el primero, no existe la persecución de los uigures en China; el otro lo acusa de ser una caja de resonancia del gobierno chino. También rigen divisiones en cuanto a la verificación de la comida halal y en las relaciones con las comunidades musulmanas en el extranjero.
Moscú (AsiaNews) – La división entre los musulmanes que viven en Rusia se está haciendo cada vez más fuerte, dando lugar a una grieta entre los que tienen como punto de referencia a Rawil Gaynetdin, el jefe del Consejo de Muftíes de Rusia en Moscú, y los que respaldan al tártaro Kamil Samigullin, uno de los principales muftíes de Tartaristán, la región tártaro-musulmana de Rusia que linda con los Montes Urales.
El conflicto más evidente se produjo en el pasado mes de octubre en Astaná, la capital de Kazajistán. El 10 de octubre se celebró el VI Congreso mundial de Líderes de las religiones tradicionales. En dicho Congreso participaron representantes de muchas comunidades, desde las religiones orientales a aquellas cristianas (la Santa Sede envió al Card. Francesco Coccopalmerio como su representante). También se contó con la presencia de varios líderes religiosos musulmanes, entre ellos, los responsables de las principales asociaciones del Islam ruso. Lo que generó estruendo, tanto en la patria como en la Umma a nivel mundial, fueron sus declaraciones.
Rawil Gaynetdin (foto 1, primero desde la derecha), se refirió a la situación de los musulmanes en la República Popular de China, negando estar en conocimiento de formas de persecución hacia ellos, es más: declaró que los fieles chinos que han tenido contacto con él, e incluso aquellos pertenecientes a la etnia de los uigures, le aseguraron que vivían con absoluta tranquilidad.
Estas declaraciones fueron desmentidas en la red social Instagram por su connacional tártaro Kamil Samigullin (foto 2). Criticando las medidas adoptadas por el gobierno chino en relación a los habitantes de la región de los uigures, él afirmó: “¿Cómo es posible que un líder religiosos no reaccione frente a las políticas anti-religiosas? En Rusia, nosotros hemos atesorado las lecciones de la historia, y las consecuencia negativas que la lucha contra la religión trae para la sociedad entera”. Se sumó a sus palabras la presidente del Congreso mundial de los uigures, Reebiya Kadeer, al pedir que en una carta abierta dirigida a Gaynetdin se exija prestar atención a los testimonios de los periodistas, en vez de ser una caja de resonancia del gobierno chino.
A ello se sumó una declaración del vice presidente de la Administración Espiritual de los Muftíes de Rusia, Damir Mukhetdinov, en la cual se piden aclaraciones a Gaynetdin por sus palabras, siendo que, a su parecer, él es “el único capaz de hacer de mediador con el gobierno chino en favor de los musulmanes uigures, y no precisamente como quien grita sin saber de qué habla”. Los tártaros consideran a los uigures como “hermanos de sangre”, por los lejanos orígenes tártaro-mongoles que los unen.
Además de la persecución de los uigures, también hubo otros temas que generaron reacciones y contraposiciones, como la difusión de tiendas de comida halal en Tartaristán y en Rusia y la apertura de un Centro de Verificación de estándares halal en el territorio ruso, acreditado por las autoridades de Arabia Saudita, algo considerado irregular y “escandaloso” para algunos. En estas polémicas, varias personalidades musulmanas quedaron involucradas en Siria, un país controlado en gran medida por los rusos, que critican el protagonismo de las asociaciones tártaras.
Todas estas controversias resaltan la existencia de varias “corrientes” en el seno del islam ruso, y también una cierta confrontación entre los líderes y las “capitales” musulmanas del país: Gaynetdin es el líder de edad más avanzada, muy cercano al presidente Putin, y guía la comunidad islámica de Moscú. Más joven, Samigullin es el principal muftí de la histórica república islámica de Kazán, la capital del Tartaristán, que no quiere ceder a Moscú la primacía sobre los musulmanes rusos. En esta tensión que rige entre las dos capitales, también se insertan otras regiones y otras ciudades del Cáucaso septentrional, que van desde Chechenia, pasando por Ingusetia y Daguestán, o aquellas de otra región tártara situada en el límite entre Europa y Asia, Baskortostán y su capital, Ufa.
Gaynetdin también pretende asumir el rol de “ministro de relaciones exteriores” del islam de Rusia, sobre todo en la relación con los países de Asia y del Oriente Medio, pero los demás líderes no están dispuestos a cederle semejante honor, y la rivalidad entre ellos parece destinada a aumentar en los próximos años.
17/12/2016 13:14
22/03/2017 13:04