Moon aguarda a Kim Jong-un mientras actúa de mediador con los EEUU

El presidente surcoreano anuncia el séptimo encuentro con Trump, previsto para el próximo 11 de abril. Seúl tiene en miras combinar los esfuerzos diplomáticos orientados a la paz con proyectos de intercambio y cooperación. Antes de fin de año, 1.000 familias que quedaron divididas por la guerra podrán intercambiar mensajes de video. Revelación de los servicios de inteligencia: Pyongyang ha reanudado los programas misilísticos y nucleares.

Seúl (AsiaNews) – Corea del Sur tratará de organizar, antes de fin de año, la primera visita a Seúl del líder norcoreano Kim Jong-un para realizar una cumbre con el presidente Moon Jae-in, a fin de mejorar las relaciones transfronterizas y desbloquear el proceso de desnuclearización. Tras la ruptura del mes pasado, entre Pyongyang y Washington en Hanói, Seúl continúa en su rol de mediador y anuncia el séptimo encuentro entre Moon y Trump, previsto para el próximo 11 de abril en la capital de los EEUU. Mientras tanto, fuentes de inteligencia revelan que Corea del Norte prácticamente ha concluido las obras de refacción en la estación de lanzamiento de satélites y misiles situada en Dongchang-ri, sobre la costa noroccidental de la península.

El año pasado, Seúl anunció un plan quinquenal orientado a lograr la completa desnuclearización de la península coreana, imponer un paz duradera y establecer una confianza recíproca con Pyongyang. Además de la posible visita de Kim, el Ministerio de Unificación hoy ha declarado que sus funcionarios trabajan para lograr una regularidad en los encuentros inter-coreanos, instrumento considerado indispensable para resolver desacuerdos entre los dos países.

Seúl intenta complementar sus esfuerzos diplomáticos con proyectos de intercambio y cooperación, como el complejo industrial de Kaesong y los establecimientos hoteleros ubicados en el Monte Kumgang (a lo largo de la costa oriental de la península coreana). Seúl quiere retomar las dos iniciativas, con la esperanza de que puedan funcionar como aliciente para que Pyongyang vuelva a sentarse a la mesa de negociaciones. Washington se opone a ello, temiendo que su reanudación pueda minar el régimen de sanciones económicas contra Pyongyang, en un momento en el que son pocos los avances logrados en los coloquios en torno a la desnuclearización. Sin embargo, el Ministerio de Unificación trata de aplacar los ánimos: el destino de los dos proyectos se delineará en función de lo que surja en “estrechas consultas” con la comunidad internacional.

En lo que respecta al frente humanitario, la administración de Moon se aboca a reunir a las familias que quedaron separadas a raíz de la Guerra de Corea. Recientemente, Seúl garantizó que habrá de derogar las sanciones. El ministerio anuncia que este año, cerca de 1000 familias podrán intercambiar mensajes de video.

Según los analistas, el futuro del proceso de paz en Corea se verá afectado por las últimas revelaciones del National Intelligence Service (NIS) de Seúl, que afirman que Pyongyang prácticamente ha concluido las obras de reconstrucción del polígono de Sohae, en Dongchang-ri. En el último informe presentado ante el Parlamento, los servicios secretos declaran que Pyongyang inició las obras de reparación en febrero pasado, antes de la cumbre de Hanói. Siguiendo lo estipulado en los acuerdos sellados con los EEUU durante la histórica cumbre Trump-Kim en Singapur, el Norte había procedido a desmantelar parte del sitio. El NIS agrega, por último, que el régimen parece mantener el “normal funcionamiento” su planta de enriquecimiento de uranio en el complejo de Yongbyon (al norte de la capital), tras la detención de las operaciones del reactor de cinco megavatios registrada a fines del 2018.