Monseñor Fernandes en el Día de la Independencia: "Levántate India"
Una reflexión del obispo auxiliar de Mumbai en el día en que el país celebra 76 años de libertad recobrada tras el dominio colonial. Un aniversario fuertemente marcado este año por el eco de la violencia en Manipur: "Con el pretexto de defender los intereses nacionales, se están exhumando antiguos conflictos enterrados hace mucho tiempo. Que Dios vuelva a habitar en nuestra tierra para que vuelva a haber amor y paz”.
Mumbai (AsiaNews) - El 15 de agosto de cada año se celebra en India el Día de la Independencia, que conmemora la entrada en vigor en 1947 del Acta de Independencia de la India, que puso fin al dominio colonial británico. La fiesta siempre ha sido una ocasión para reflexionar sobre la identidad de la India, y este año está profundamente marcada por la grave violencia que asola el estado nororiental de Manipur desde hace más de tres meses. A continuación reproducimos una reflexión propuesta para la ocasión por Mons. Dominic Savio Fernandes, obispo auxiliar de Mumbai.
Las recientes y desgarradoras escenas de violencia en Manipur y el grado de depravación exhibido por los seres humanos contra sus semejantes han sacudido la conciencia colectiva de la mayoría de los indios. Digo esto basándome en las dolorosas y conmocionadas reacciones y respuestas de personas de todas las clases sociales, culturas, religiones y orígenes. La violencia sin sentido, especialmente la dirigida contra las mujeres en muchos estados de la India, sobre todo en Manipur, ha dejado al descubierto los bajos fondos de la India y la ha retrotraído a tiempos de barbarie.
India siempre ha sido una sociedad multicultural, multilingüe y multirreligiosa, donde, en el pasado, la gente amaba a sus vecinos y vivía en pacífica armonía, independientemente de sus diferencias. La India de antaño era conocida por sus formas no violentas, la tolerancia, la unidad en la diversidad y la coexistencia pacífica con los demás.
Mahatma Gandhi, el padre de nuestra nación, había puesto a la India en el mapa del mundo como un gran país en el que personas de toda condición vivían en fraternal armonía y experimentaban la paz y la tranquilidad. Claro que había algunas aberraciones, pero en general la gente era cariñosa y respetuosa con la ley.
Sin embargo, es lamentable que en la India de hoy empecemos a ver una gran división basada en la religión y las diferentes comunidades. Se está extendiendo mucho odio y veneno, lo que está viciando la armonía que una vez existió en nuestra gran nación. Con el pretexto de defender los intereses nacionales, se están exhumando viejos conflictos enterrados desde hace mucho tiempo, creando dudas y confusión en la mente de la gente y dividiendo y polarizando a la sociedad.
Hemos oído, visto y leído en los medios de comunicación sobre horribles crímenes perpetrados por ciudadanos indios contra sus conciudadanos. Así lo han confirmado y reafirmado varias comisiones de investigación que han visitado Manipur en los últimos meses, incluido un grupo parlamentario de diputados. Es como hermano contra hermano y hermana contra hermana. El amor ha sido sustituido por el odio; ahora se anima a la gente respetuosa con la ley a hacer justicia por mano propia; se prefiere a los animales antes que a los seres humanos; la degradación de la mujer ha alcanzado un nuevo nivel; seres humanos -mujeres y hombres- son golpeados y linchados sin piedad por la religión que practican; se prefiere el desarrollo financiero al desarrollo humano; ¡las noticias falsas han sustituido a la Verdad!
No se puede permitir que nuestro gran país, India, la tierra del Mahatma, vaya en la dirección que va. Es deber de todo indio amante de la paz, respetuoso de la ley y afectuoso elevarse por encima de nuestras diferencias y trabajar para reintroducir el amor, la tolerancia y la sensibilidad en el corazón de cada indio, empezando por nosotros mismos. Defendamos los valores consagrados en nuestra Constitución.
No tiene sentido construir templos, iglesias, mezquitas, gurdwaras si no hay amor en nuestros corazones, porque Dios habita en nuestros corazones: donde hay amor está Dios. Que Dios vuelva a habitar en nuestra tierra. Que vuelva a haber amor y paz en la India.
Así que, levántate India y deja que tus 1.400 millones de habitantes tomen y sigan el camino del amor, para que puedan ser una luz para todas las naciones del mundo. Sigamos el camino gandhiano del amor, la no violencia, la igualdad, el respeto a todos los seres humanos, la abnegación, la justicia, la paz y la fraternidad. Seamos ciudadanos respetuosos de la ley de este país, rechacemos el odio y sustituyámoslo por el amor; sustituyamos la venganza por el perdón y el egocentrismo por la voluntad de poner a los demás en primer lugar.
* obispo auxiliar de Mumbai
(coautor: Nirmala Carvalho)
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