Mons. Xuereb, nuevo nuncio apostólico: En Corea y Mongolia para ‘construir puentes’
“Quiero conocer a las Iglesias de Corea y Mongol lo antes posible, para poder amarlas y servirlas”. “Siempre admiré el entusiasmo de los misioneros y misioneras. Espero ser como ellos y llevar adelante la obra evangelizadora, hablando de Jesús y recibiendo a los nuevos cristianos en la Iglesia”.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- “Quiero continuar tras los pasos de mis predecesores, haré mi pequeña parte para construir puentes”. Es cuanto declara a AsiaNews, Mons. Alfred Xuereb (foto), nuevo nuncio apostólico en Corea y Mongolia, a pocas semanas de su partida hacia Asia, prevista para fines de mayo. Ya prelado secretario general de la Secretaría para la Economía y secretario particular de Benedicto XVI y Papa Francisco, el pasado 26 de febrero la S. Sede anunció su nombramiento y la elevación al mismo tiempo a la sede titular de Amantea (Cs), con dignidad de arzobispo.
“Estos días son muy intensos-afirma el prelado maltés de 59 años- Por el momento me estoy ocupando de los aspectos logísticos de mi transferencia a Corea del Sur. El cargo que me confirió el S. Padre exige grandes responsabilidades y yo le agradezco por la confianza que me ha dado. Me dio mucho placer que Mons. Hyginus Kim Hee-joong, presidente de la Conferencia episcopal de Corea (CBCK), en Roma en estos momentos para resolver algunos compromisos que tiene, me haya visitado. Hablando sobre mi próxima llegada al país, me dijo: ‘Estaremos bajo sus instrucciones’. Yo le respondí: “No Excelencia, aprenderemos a conocernos y nos ayudaremos recíprocamente. Las instrucciones las dará sólo el Santo Padre’. Quiero conocer las Iglesias de Corea y Mongolia lo más a fondo posible, para poder amarlas y servirlas. Obrando así, espero santificarme junto a ellos”.
“Quiero continuar tras los pasos de mis predecesores, haré mi pequeña parte para construir puentes. Ante todo con los obispos y sus colaboradores, para que su unión con Pedro sea siempre más firme. Pero, no solo, también tras la Iglesia y las otras religiones. Mi lema “Ut unum sint” que es la oración que Jesús dirigió al Padre y significa justamente esto: que sean todos uno, para que el mundo crea. Yo confío mucho en esta frase del testamento de Jesús y por este motivo trataré de construir puentes, también a nivel cultural”.
La nunciatura colocará a Mons. Xuereb en dos realidades muy diferentes entre ellas, cuyas historias están unidas en el profundo compromiso misionero de cuántos han ya llevado el Evangelio. Sólo en 1992, Mongolia aceptó la presencia de la Iglesia católica en el país, donde ya hoy, hay 7 parroquias, 77 misioneros, un sacerdote local y 1255 bautizados. Los más de 230 años de la Iglesia en Corea son en vez una narración de martirio y acción, de la cual nació una comunidad católica activa y partícipe en la reconciliación del pueblo coreano, junto a los emigrantes y apoyando a la democracia y a los derechos humanos. Además, la Iglesia coreana sostiene a la misión en Mongolia: el primer sacerdote mongol de hecho estudió en la diócesis coreana de Daejeon.
“Si bien es una pequeña comunidad, de sólo 1300 católicos, la Iglesia mongola tendrá toda mi atención y propuse a mi diócesis de Gozo (Malta) que instituyan una hermandad con ella, para que sea posible ayudarla, también desde el punto de vista económico, en las exigencias pastorales y de evangelización. Ya están en contacto con el p. Giorgio Marengo, un sacerdote misionero de la Consolata que está desde hace 15 años en el país, que me ha dado la bellísima noticia de la celebración de 8 bautismos durante la vigilia pascual. Ya desde tiempos del seminario, siempre admiré el entusiasmo de los misioneros y misioneras. Espero ser como ellos y llevar adelante la obra evangelizadora, hablando de Jesús y recibiendo a los nuevos cristianos en la Iglesia”.
En estos días, Mons. Xuereb siguió con particular interés los desarrollos positivos de la cumbre intercoreana. A tal propósito, el nuevo nuncio apostólico afirma: “En virtud del mandato que me confirió el Santo Padre, sigo con profunda atención el desarrollo de los diálogos entre las dos Coreas y me importa mucho su éxito. Los puentes que yo deseo construir son también aquellos que se refieren a la concordia y a la colaboración, no sólo a que no haya conflicto entre los dos países. Como pidió el pontífice, ofrezco especiales oraciones e invito a otras personas a hacer lo mismo. Una vez en Corea, si podrá prestar mi ayuda concreta, no retrocederá y lo haré con todo el corazón”.
Mons. Xuereb, nació en Rabat (Malta) el 14 de octubre de 1958 y fue ordenado sacerdote de la diócesis de Gozo el 26 de mayo de 1984. Después de haber completado sus estudios de teología, inició un servicio administrativo en la secretaría del rector de la Pontifica Universidad Lateranense en setiembre de 1991. A partir de setiembre de 1995, trabajó en la Secretaría de Estado de la S. Sede y desde noviembre del año 2000 en la Prefectura de la casa pontificia. El 12 de setiembre de 2007, el Papa Benedicto nombró a Mons. Xuereb como segundo secretario privado e el Papa Francisco, después de su elección el 13 de marzo de 2013, lo nombró secretario particular. El 28 de noviembre de 2013, él asumió el cargo de delegado por la Pontificia Comisión referente sobre el Instituto para las Obras de Religión y para la Pontificia comisión en lo que se refiere al estudio y dirección sobre la organización de la estructura económico-administrativa de la S. Sede. Desde marzo de 2014 y hasta su nombramiento como nuncio apostólico en Corea y Mongolia, él ocupó el rol de prelado secretario general de la Secretaría para la Economía.
