Mons. Wickramasinghe: Los ciudadanos deben compartir la construcción de la nación

de Melani Manel Perera

El obispo de Galle, lanza un llamamiento para el período de Cuaresma: “No limitémonos sólo a los rituales externos”. Fortificar las relaciones de fraternidad para pacificar la sociedad. Tamiles y cingaleses comparten aspectos religiosos y herencias étnicas. Superar la actitud de la búsqueda implacable de culpables. Se necesita un cambio de mentalidad.

Katchatheevu (AsiaNews) – “Es realmente importante que todos los ciudadanos perciban que ellos tienen iguales oportunidades y capacidades para contribuir en la construcción de la nación”. Lo afirma Mons. Raymond Wickramasinghe, obispo de Galle, en el sudoeste de Sri Lanka. El 24 de febrero pasado él participó en los festejos anuales en honor de S. Antonio de Padua en el santuario de Katchatheevu, isla inhabitada en la frontera entre India y Sri Lanka. A la luz de lo que está sucediendo en el país, marcado por nuevas violencias religiosas que hacen temer el renacer de una nueva guerra civil (después de aquella que duró 30 años entre el ejército y los Tigres Tamil, Ndr), aparece aún más significativo cuánto él afirmó. “Todos los ciudadanos-dijo- prescindiendo de cualquier etnia y lengua deben sentir que son socios iguales que comparten iguales derechos”.

El obispo lanzó un llamamiento. “En este tiempo santo de Cuaresma, no nos limitemos sólo a los rituales externos. Construyamos relaciones cercanas y profundas con Nuestro Señor, que seguramente nos dirá que reparemos las relaciones recíprocas como individuos, familia y nación”. “No obstante las violencias de los últimos decenios-continuó-existe una gran capacidad de benevolencia en nuestra tierra madre y entre las personas de todas las comunidades. Esto se hace posible gracias a las indicaciones de las enseñanzas de las 4 religiones del mundo, que son perseguir la paz, la compasión y la hermandad”.

Refiriéndose a la celebración de S. Antonio, una de las pocas que reúne a esrilanqueses e indios, Mons. Wickramasinghe subrayó los aspectos comunes de los dos países separados por una sutil franja de mar. “Compartimos la historia-dijo- tenemos muchas similitudes en las creencias religiosas, en las costumbres y en las tradiciones, en la lengua como en la cultura, en la danza como en el cine”. “es la misma situación-reafirmó-que existe entre los tamil y los cingaleses que viven en Sri Lanka. Compartimos desde hace tiempos inmemorables aspectos religiosos y herencias étnicas. Son muchas más las cosas que nos unen de aquellas que nos separan”. Según el obispo, políticos y líderes de ambas comunidades “han admitido los grandes errores del pasado. Esta toma de conciencia representa el terreno sobre el cual hoy construimos poco a poco los pilares de una nueva nación que garantice la protección de los derechos de todos y que permita la creación de una sociedad inclusiva”.

El prelado considera que para reconstruir la nación desgarrada por la guerra civil y que arriesga renacer en las violencias religiosas y étnicas, “debemos superar nuestros miedos. Debemos cambiar la mentalidad que nos induce a pensar ‘quién hizo tal cosa a quién y en qué momento’. Debemos ir más allá del odio y del sentimiento de venganza”. “Olvidar no es posible-concluyó-. La memoria humana, por más que lo desee, no deja de trabajar. No obstante esto, los seres humanos desarrollan la capacidad de superar los errores, los miedos, la rabia y la venganza y obran con compasión, humanidad y sabiduría. Todos nosotros, como ciudadanos, debemos realizar acciones concretas para compartir la fe y la amistad en la vida de todos los días. Madre Teresa repetía a menudo. “La paz inicia con una sonrisa”.