Mons. Shen Bin: Shanghai, la Iglesia en China y la Iglesia universal
En una larga entrevista concedida a la revista diocesana, el obispo de Shanghai - en el centro del "caso" subsanado por el Papa Francisco en julio - cuenta quién es él mismo y traza las líneas programáticas de su ministerio. Mucho énfasis en la renovación y la misión en una ciudad moderna y vibrante. La sinización como “línea roja”. “A mis amigos en el extranjero les digo: vengan y vean cómo es la Iglesia en China”.
Shanghai (AsiaNews) – Una larga entrevista de 15 páginas concedida a la revista diocesana. Un diálogo en el cual el obispo de Shanghai se presenta a sí mismo, desde cómo recibió la fe católica de sus padres hasta su vocación. Pero sobre todo un mensaje programático sobre la Iglesia en China, sobre la sinización como "línea roja" intocable, sobre las relaciones entre el catolicismo chino y la Iglesia universal. Esto es lo que el obispo de Shanghai Mons. José Shen Bin - el prelado protagonista del "traslado" decidido unilateralmente por Beijing el pasado mes de abril a la sede episcopal más importante de la Iglesia en China y subsanado en julio con el nombramiento del Papa Francisco - contó hace poco en diálogo con una publicación de la Iglesia local. La entrevista se llevó a cabo en agosto pero fue publicada con ocasión de la Asamblea sinodal a la que asistieron dos obispos de la República Popular China nombrados por el Papa Francisco según la propuesta del Consejo de obispos chinos, organismo no reconocido oficialmente por la Santa Sede y que preside precisamente Shen Bin .
Aunque en ningún momento menciona el Sínodo, es fácil notar una consonancia entre las líneas programáticas que señala el obispo de Shanghai y la reflexión en curso en Roma. Para la Iglesia de la metrópoli china - que llevaba diez años sin obispo propio- Mons. Shen Bin describe el desafío de una renovación profunda. “Shanghai es una ciudad moderna y vibrante - explica a sus fieles - y creo que nuestra diócesis debe estar en línea con esta ciudad: no podemos atenernos siempre a las viejas reglas, pensar de manera rígida, quedarnos estancados en nuestras costumbres y vivir en la seguridad de nuestras fantasías. Debemos estar a la altura de los tiempos, adhiriendo a los principios de la fe y las buenas tradiciones de la Iglesia. Necesitamos el coraje de salir de nuestra zona de confort, de ampliar nuestros horizontes y ser proactivos. En Shanghai la vida y el crecimiento de la Iglesia requieren de nuestra parte creatividad e imaginación, porque el Evangelio es siempre nuevo y el vino nuevo se debe colocar en odres nuevos".
Es una Iglesia que hoy cuenta con 90 sacerdotes y alrededor de 80 religiosas, pero Mons. Shen Bin dice que deposita muchas esperanzas en la misión de los laicos. Por otra parte, la disminución de las vocaciones al sacerdocio también se hace sentir de manera significativa en China. “¿Por qué – reflexiona el obispo de Shanghai – las vocaciones crecieron entre los años 1980 y 2000 y luego disminuyeron? Hay muchas razones, y creo que una de ellas es que en los años de crecimiento de las vocaciones los que dirigían la Iglesia eran los sacerdotes de la generación anterior, y su ejemplo y su carisma atraían a los jóvenes de esa época y nos atrajeron a nosotros a la Iglesia; después del 2000 fuimos nosotros, los sacerdotes jóvenes, los que salimos, y quizás no hicimos un buen trabajo. Esta situación merece nuestra reflexión y requiere nuestro compromiso".
La entrevista tiene un carácter pastoral, pero no falta una referencia muy clara al tema de la sinización, el camino político trazado por el presidente Xi Jinping para todas las religiones en China. “Hay una lección profunda que debemos aprender de los errores del pasado y que no se debe repetir - afirma Mons. Shen Bin-. Debemos adherirnos al principio del patriotismo y del amor a la Iglesia, adherirnos al principio de la independencia y la autonomía en la gestión de la Iglesia, adherirnos al principio de democracia en la gestión de la Iglesia y adherirnos a la dirección de sinización de la Iglesia católica. Es una frontera que nadie puede cruzar y también es una línea sensible que nadie debería tocar".
En este marco el obispo habla también de "un vínculo indestructible entre la diócesis de Shanghai y la Iglesia universal", e invita a "tener el coraje de salir y mostrar nuestra confianza y apertura como miembros de la Iglesia universal". “Desde la firma del Acuerdo Provisional Sino-Vaticano en 2018, toda la Iglesia en China se ha abierto al mundo exterior”, observa. En este sentido, el obispo de Shanghai recuerda la participación de dos obispos de la República Popular en el Sínodo de 2018, y su presencia ese mismo año en el encuentro interreligioso organizado por la Comunidad de San Egidio en Bolonia. “En mis relaciones con la Iglesia universal he descubierto que la Iglesia china tiene cada vez más amigos. Mi experiencia es que debemos salir y hacer oír la voz de la Iglesia china ante la Iglesia universal, y que nos corresponde a nosotros personalmente contar la historia del catolicismo chino”.
«A mis muchos amigos extranjeros a menudo les digo una cosa – añade el prelado -. En primer lugar, si quieren comprender la situación de la Iglesia en China, deben escucharme, porque yo soy obispo en China y dirijo el Consejo de Obispos chinos. Sé más que otros sobre la situación de la Iglesia en China. Segundo: tienen que venir a China para ver sobre el terreno, y verán una Iglesia completamente diferente en China. Creo que no es suficiente salir – concluye mons. Shen Bin - debemos invitarlos a venir a China. En el pasado era más bien el mundo exterior el que nos proporcionaba oportunidades y pasajes de avión. Ahora puedo decir con seguridad que puedo ofrecerles pasajes de avión e invitarlos a traer a sus amigos a China para ver qué está ocurriendo. Recibiremos con confianza, abierta y calurosamente a todos aquellos que vengan a visitar la diócesis de Shanghai".
08/04/2023 13:33
22/04/2023 12:39