Mons. Riana Prapdi: Radicalismo y trabajo, los desafíos que afrontan los jóvenes indonesios

de Paolo Fossati

Según datos del gobierno, hoy en día los jóvenes cuyas edades van de los 15 a los 29 años suman más de 62 millones. De casi siete millones de católicos que viven en el país, dos son jóvenes. El obispo de Ketapang comenta: “Nos damos cuenta de que si bien son una ‘pequeña grey’, ellos son los misioneros del mundo de hoy”. Formación, liderazgo, ambiente y diálogo inter-religioso son las cuestiones centrales abordadas en las iniciativas de la Iglesia indonesia.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – Educación, trabajo, lucha contra la intolerancia y tutela del ambiente son los principales desafíos que aguardan a los jóvenes indonesios del futuro próximo. Así lo afirma, en dialogo con AsiaNews, Mons. Pius Riana Prapdi (foto), obispo de Ketapang (provincia de Kalimantan occidental) y presidente de la Comisión para jóvenes (KomKep) de la Conferencia episcopal indonesia (KWI). Mons. Riana Prapdi es uno de los dos padres sinodales electos por la KWI para participar en el Sínodo sobre los jóvenes, que culminará en dos días. El otro obispo electo es Mons. Adrianus Sunarko, obispo de Pangkal-Pinang (Bangka-Belitung).

Indonesia, el cuarto país más poblado del mundo con sus 260 millones de habitantes, está atravesando una etapa de transición demográfica. En los próximos años, el segmento más joven de la población indonesia continuará creciendo, si bien de un modo más lento, en comparación con el de los ancianos. Según datos del gobierno, actualmente los muchachos y las jóvenes cuyas edades están comprendidas entre los 15 y los 29 años suman más de 62 millones.

“Estamos agradecidos por tener una juventud tan numerosa –afirma Mons. Riana Prapdi. Sin embargo, el país siente el reclamo de brindarles una educación adecuada, que tenga una calidad uniforme, tanto en las regiones más desarrolladas –como Java y Sumatra- como en aquellas menos florecientes, como Papúa y Kalimantan”. Una fuerza laboral joven y en crecimiento necesitará ocupar puestos de trabajo de calidad, y esto hace que se vuelva crucial el campo de la formación profesional. “Sería desastroso que los jóvenes no llegasen a estar debidamente calificados y que tuviesen una mentalidad débil”, subraya el obispo.

Sobre los jóvenes también se cierne la amenaza del avance islamista, en el país musulmán más poblado del mundo. El prelado afirma que “las relaciones entre las distintas comunidades son buenas”, pero salta a la vista la necesidad de “reconocer que en la sociedad operan grupos radicales, que promueven la intolerancia y ejercen sobre los chicos una atracción cuya fuerza es llamativa”. Por último, el desarrollo económico no puede prescindir de la custodia del ambiente que nos rodea. Mons. Riana Prapdi invoca un “compromiso serio en favor de la naturaleza”, a través de la promoción de programas e iniciativas que puedan contrastar los excesos de [una mentalidad] consumista y los problemas que derivan de ella: los monocultivos, el uso excesivo de plásticos y papel, y la deforestación.

De siete millones de católicos que viven en Indonesia, dos millones son jóvenes. “Nos damos cuenta de que ellos son una ‘pequeña grey’ –afirma el obispo de Ketapang- pero podemos afrontar los desafíos que nos tocan, sabiendo que ellos son los misioneros del mundo de hoy”. En varias de las 37 diócesis del país, e incluso a nivel nacional, la Iglesia ofrece a los jóvenes de ambos sexos varios programas orientados a la formación de empresas, al liderazgo, la custodia del ambiente y el diálogo inter-religioso. “De este modo, ellos participan en la construcción de la Iglesia y de la sociedad”, sostiene Mons. Riana Prapdi.

Gracias a él y a Mons. Adrianus Sunarko, la labor de la Iglesia indonesia en favor de los jóvenes ha podido ser expresada en el Sínodo que el Papa Francisco quiso dedicarles. “Este evento –declara el obispo- permitirá que las jerarquías eclesiásticas puedan estar más presentes en la vida de las nuevas generaciones. Esto será posible a través de una mayor comprensión, una escucha más profunda y una comunicación más eficaz”.