Mons. Pabillo: Defender los valores cristianos de la jerga ‘desconsiderada y vulgar’ del presidente
El obispo auxiliar de Manila se refiere a los ataques de Duterte contra la Iglesia: “estamos consternados al ver que el debate político ha sido contaminado por la bravuconería y las ‘charlas de bar’”. “Aparentemente, se han utilizado tácticas de gobierno del estilo ‘divide y reinarás’. Hay una estrategia deliberada, orientada a crear antagonismo en cierto sector de la sociedad”.
Manila (AsiaNews) – No queremos que nuestros valores filipinos y cristianos sean erosionados por un lenguaje desconsiderado y vulgar, proveniente nada más y nada menos que del líder mismo del país: es lo que declara, al dialogar con AsiaNews, Mons. Broderick Soncuaco Pabillo (foto), el obispo auxiliar de Manila y presidente de la Comisión de laicos de la Conferencia Episcopal Filipina (CBCP). Sin mencionar en ningún momento el nombre del presidente Rodrigo Duterte, el prelado analiza el difícil momento histórico que atraviesan actualmente las relaciones entre la Iglesia católica y el gobierno del país católico más poblado de Asia.
Desde el inicio de su mandato, Duterte se ha vuelto protagonista de reiterados ataques verbales contra las autoridades de la Iglesia local. Señalados como culpables por haber criticado su administración en temas como el respeto de los derechos y de la vida humana, en su última invectiva, el presidente se refirió a los obispos definiéndolos como unos “inútiles” e invitó a los fieles a matarlos. Los exabruptos del presidente han provocado la indignación de gran parte de la población, no sólo de los católicos, sino también de los protestantes. “Muchas personas y varias organizaciones –afirma el obispo- han manifestado preocupación por los ataques verbales y las observaciones denigrantes de funcionarios de gobierno en relación a la Iglesia. No se trata de meras palabras. Sacerdotes, pastores y líderes religiosos han sido martirizados. Incluso más, muchos filipinos soportan la carga de los abusos y de las violaciones de los derechos humanos en el ámbito de esta administración”.
“Tanta bravuconería y semejantes ‘charlas de bar han contaminado nuestro debate político. Algunos filipinos parecen haber dejado de lado la importancia de la verdad y se han vuelto vulnerables a la influencia y a la glorificación del homicidio, de la eliminación y del dominio sobre los pobres, los marginados e incluso de quien critica o pone en tela de juicio a quien está en el poder. El trabajo de un presidente electo es unir al país. Sigo creyendo que esta debiera ser una responsabilidad primordial. Sin embargo, parece que se han utilizado tácticas de gobierno del tipo ‘divide y reinarás’. Hay una estrategia deliberada orientada a crear antagonismo en cierto sector de la sociedad. Esto no sucede solamente en las Filipinas; también es visible en otros países”.
Para Mons. Pabillo, las amenazas y los ataques de las autoridades “afectan a la comunidad entera”. “El respeto por la vida humana y la dignidad de toda persona –afirma- son una prioridad para los cristianos y, siendo tales, también para los filipinos. Faltar el respeto a la vida erosionado el tejido de nuestra sociedad busca debilitar aquello que es un don de Dios. Para el país, las posibles consecuencias de esto son inmensas. Estoy muy preocupado por la destrucción de nuestra integridad moral como nación. Si no alzamos la voz, la gente podría pensar que matar, calumniar, imprecar y decir mentiras son normas morales aceptadas. Este daño moral tendrá efectos a largo plazo en nuestros jóvenes”.
“Tratar de menoscabar a los obispos es la parte final del efecto dominó de un enorme daño que es impuesto sobre los pobres. Cuando se aguijonea para reclamar el apoyo diciendo a las personas que tienen que matar, matar, matar, no se empieza con los obispos. En primer lugar, se afirma que es justo matar a los narcotraficantes; luego, a los drogadictos; luego, a los pueblos indígenas, a los violadores, a los sin techo, a los campesinos, a los defensores de los derechos humanos y a otros críticos… Decir a la gente que mate a los obispos es sólo el paso que sigue, en una construcción homicida de un tipo de liderazgo que es obviamente negativo para el país. Estoy muy preocupado por la destrucción de nuestra integridad moral como nación”.
“Nuestra lealtad a Dios está antes que nuestra lealtad hacia cualquier partido político o líder. Nuestra posición moral debiera ser clara y no verse comprometida. Hablar en contra de la fe cristiana e insultarla es una violación del principio de división entre Estado e Iglesia, y el presidente mismo es quien está haciendo esto. No tiene absolutamente ninguna autoridad, y mucho menos conocimiento, sobre la doctrina cristiana y sus prácticas”. Mons. Pabillo concluye la entrevista enviando un mensaje a quienes apoyan a Duterte, que con todo, siguen siendo numerosos. “Esperamos que entiendan que no estamos luchando contra ellos –declara el obispo auxiliar de Manila. “Si quieren, los invitamos a ponderar de un modo sobrio: ¿cuál es la verdad? Para que la paz y la justicia prevalezcan en nuestro país, tenemos que ser capaces de escuchar a aquellos que sufren y están heridos. Los invitamos a unirse a nosotros, mientras abrazamos nuestros valores de paggalang (cortesía y respeto) y pagmamalasakit (compasión)”. (PF).
17/12/2016 13:14