Manila, Duterte resiste sólo un día: nuevo ataque a los líderes religiosos
Hace dos días el presidente filipino se había encontrado con el presidente de la conferencia episcopal, prometiendo abstenerse de comentarios inoportunos. En diversas ocasiones públicas, Duterte había criticado con tonos violentos y a menudo vulgares. Tres días después de haber puesto en duda la narración del Génesis y definir a Dios como “estúpido”, él había instituido una Comisión gubernamental para el diálogo.
Manila (AsiaNews)- Un día después de haber aceptado una moratoria sobre las declaraciones anti- Iglesia. Rodrigo Duterte (Foto) pone en guardia a los religiosos de usar el púlpito para expresar críticas contra él. El presidente filipino afirma que su Dios no es aquel en el cual creen sus críticos sino “los ciudadanos que lo votaron”. Y amenaza con “matar” a cuántos usan a Dios para atacarlo. “Nadie puede imponerme las propias opiniones respecto al Omnipotente”, declara.
El último ataque de Duterte a sus detractores tuvo lugar durante un encuentro económico que se desarrolló en Pampanga, en la región de Central Luzon. Sólo el primer día, él se había encontrado con Mons. Rómulo Valles, arzobispo de Davao y presidente de la Conferencia episcopal (CBCP). El presidente había prometido abstenerse de lanzar ataques contra la Iglesia.
En diversas ocasiones públicas, Duterte la había criticado con tonos violentos y a menudo vulgares. Ya desde su elección, obispos y sacerdotes han censurado algunas de las políticas del gobierno, como la sangrienta guerra a la droga, que causó más de 4 mil muertes oficiales y la imposición de la ley marcial en Mindanao.
El pasado 2 de junio, Duterte había puesto en duda la narración del Génesis y definió a Dios como “estúpido”, por haber permitido a la tentación corromper a su creación. El día siguiente, él aclaró que estaba hablando de su Dios y que en cambio estaba insultando al Dios de sus críticos. “El mío tiene muy buen sentido”, afirmó el presidente. Las expresiones del presidente suscitaron indignación a gran parte de la población. Ellas le valieron a Duterte también pesadas acusaciones de blasfemia.
En Filipinas, nación asiática con el mayor número d católicos, los cristianos representan casi el 90% de la población; sobre casi 105 millones de ciudadanos, el 83,6 están en comunión con Roma. A ellos se agregan 10 millones de protestantes y crca de 820 mil fieles de “otras denominaciones cristianas”. Después de las polémicas, el 27 de junio el gobierno anunció la institución de una Comisión para el diálogo con la iglesia católica y con las otras denominaciones religiosas.
En una entrevista de hoy, Duterte afirma que sus comentarios de ayer no estaban destinados contra los obispos, sosteniendo que la moratoria sobre las observaciones anti-Iglesia no le habría impedido expresar sus opiniones. “No estoy atacando a la Iglesia. No me refería a ninguna religión, noten que no mencioné ninguna”, concluye.
13/07/2018 14:33
09/02/2019 13:21