Mons. Mascarenhas: La Iglesia católica está en contra de las conversiones forzadas
Se reaviva el conflicto entre la India y Pakistán, a raíz del presunto rapto y conversión forzada de dos jóvenes hindúes al islam. El vídeo de las muchachas, dadas por esposa a dos hombre del Punjab pakistaní, fue difundido en las redes sociales. Secretario de los obispos indios: “La religión no admite el uso de la fuerza”.
Nueva Delhi (AsiaNews) – La Iglesia católica “está en contra de todas las conversiones realizadas por la fuerza o mediante el engaño. Al mismo tiempo, defiende el derecho de cada persona a profesar y difundir su fe”. En diálogo con AsiaNews, es lo que afirma Mons. Theodore Mascarenhas, secretario general de la Conferencia Episcopal India (CNCI). Él interviene a propósito de la cuestión que ha reavivado el enfrentamiento que rige entre la India y Pakistán, a raíz del presunto rapto de dos muchachas menores de edad de religión hindú en la provincia pakistaní de Sindh, quienes luego fueron constreñidas a convertirse al islam y entregadas por esposa a dos musulmanes. Mons. Mascarenhas reitera: “La libertad religiosa es sagrada”.
El episodio de las dos jóvenes ha agudizado la grieta entre los dos países limítrofes. En el conflicto está involucrado el carácter confesional de las naciones: por una parte, la India, con una población mayoritaria hindú; y por otra, Pakistán, de mayoría musulmana. Fue precisamente la dimensión religiosa lo que devino la base de la sangrienta división del imperio británico, realizada en 1947. En los territorios situados al norte, los gobernantes de aquella época trazaron los límites de la frontera sin respetar la composición religiosa de la población, lo cual provocó una revuelta civil y millones de desplazados, que huían de sus casas a toda prisa, a uno y otro lado de la frontera. Este conflicto latente continúa manchando de sangre el territorio disputado de Cachemira.
El caso de las menores salió a la luz el 23 de marzo pasado, cuando Raveena (13 años) y Reena (15), hermanas, fueron raptadas por un grupo de hombres musulmanes “influyentes”, en el distrito de Ghotki, en la provincia de Sindh. En realidad, el rapto habría sido el 20 de marzo, en la vigilia de la celebración hindú del Holi (la fiesta de los colores). Inmediatamente después del secuestro, las jóvenes fueron constreñidas a contraer matrimonio en Rahim Yar Khan, una localidad del Punjab pakistaní. La ceremonia nupcial (“Nikah” en lengua urdu), que contó con un imán en calidad de celebrante, fue difundida por las redes sociales.
El video desencadenó la reacción de las autoridades indias, ante todo de la Sra. Sushma Swaraj, ministra de Relaciones Exteriores de la India, quien ordenó al Alto comisario de Delhi en Islamabad que diera curso a una investigación. En su perfil de Twitter, la ministra condena el matrimonio ilegal de las menores de edad. Por su parte, el ministro de Información de Pakistán, Fawad Chaudhry, anunció que el premier Imran Khan ha ordenado que se abra una investigación sobre el caso. Sin embargo, el intento de aportar tranquilidad por parte de Islamabad no logró frenar la furia verbal de la ministra india, que, dirigiéndose directamente a Chaudry, abrió una nueva grieta: “Esto demuestra que hay conciencia de vuestra culpabilidad”.
Hoy, los medios de Islamabad informaron que un hombre fue arrestado en Khanpur (Punjab). Según la policía, se tratría del imán que selló el contrato matrimonial. Los periódicos pakistaníes también hacen saber que las dos adolescentes se habrían presentado en el tribunal de Bahawalpur (Punjab) para solicitar protección. Mons. Mascarenhas concluye: “Cada cual tiene derecho a profesar su religión. La decisión debe ser libre, jamás debe ser impuesta por la fuerza o mediante el engaño. La Iglesia católica es clarísima con respecto a esto: la religión no admite el uso de la fuerza”.
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