Mons. Machado: ¡Oh Dios!, enjuga las lágrimas de los niños que sufren
En Panamá City se desarrolló el quinto Forum del Global Network of Religions for Children. Una declaración común para poner fin a la violencia contra los niños. La familia “célula base de la sociedad”. Reforzar a las parejas casadas, sostener la “realidad ensanchada” de las familias como abuelo, vecinos y parientes.
Panamá City (AsiaNews)- ¡Oh, Dios, enjuga las lágrimas de los niños que lloran porque están enfermos, obligados a abrazar las armas, privados del amor que tanto necesitan! […] ¡Oh, Dios! Por favor escucha la voz de todos los niños, en particular de aquellos que sufren”. Es la oración pronunciada por Mons. Félix Machado, arzobispo de Vasai (Maharashtra). Él fue uno de los participantes al quinto Forum del Global Network of Religions for Children (GNRC), que en Panamá reunió a líderes religiosos, de organismos internacionales y de la sociedad civil provenientes de más de 70 países. Objetivo del encuentro fue crear “esfuerzos y colaboración mayor para poner fin a la violencia contra los niños”.
El encuentro fue promocionado por Arigatu International. En su discurso conclusivo, Mons. Machado dijo que los niños “poseen la sabiduría para construir la paz, la capacidad de llevar la felicidad al mundo, la fuerza de la justicia y la alegría de la amistades duraderas”. El obispo evidenció que “en todo el mundo los menores desean la paz”, pero siempre más a menudo son víctimas de violencia moral y física. Por esto los líderes presentes han firmado la “Declaración de Panamá sobre el fin de las violencias contra los niños”, una serie de estrategias y mecanismos para frenar abusos, explotación, tortura y tráfico por motivos económicos y sexuales.
Reafirmando su compromiso hacia los menores, el arzobispo subrayó que el primer ámbito del cual partir es la familia. Los niños, afirmó, “no pueden vivir aislados del contexto familiar […] Nuestras reflexiones sobre los sufrimientos de los más pequeños no pueden ser separadas de las familias. Yo creo firmemente que si las familias fuesen reforzadas y asistidas en su rol, nuestros hijos crecerían con el cuidado, el amor y la protección que realmente necesitan y se merecen”. Por esto, retomando lo que dice el Papa Francisco, confirma la necesidad de “reforzar a las parejas casadas” y a la “santidad del matrimonio”. Las parejas, guiadas en un recorrido de formación al interior de cada comunidad, podrían a ese punto convertirse a su vez en una guía para otras parejas en dificultad, en una dinámica que el obispo llama de “responsabilidad compartida”. Pero, la familia, continuó, “debe ser entendida como una realidad ensanchada”, pero no considerar sólo en la relación padres-hijos. Una mención particular va hacia los abuelos, que para Mons. Machado “son nuestras raíces”, la “memoria viviente de una familia”. Las historias que ellos cuentan, que hablan de “vida vivida de la familia y de sociedad que nos rodea” son un “bien inmenso para los niños”. De las relaciones familiares luego no van excluidos hermanos y hermanas, primos, amigos, vecinos.
Es en la familia, continúa Mons. Machado, que “se aprenden los valores humanos […] a socializar, escuchar, compartir, sostener, respetar, respetar, ayudar y vivir juntos […]. Es en la familia que se enseña a vencer nuestras tendencias naturales egoisticas […]. La familia puede también ser protagonista de una ecología integral, porque esa es la célula de base de la sociedad. Puede ser la escuela donde las personas sean formadas en el promover un proceso de construcción de la paz” y donde suceda el “desarrollo integral” de la persona. “Puedan los niños-concluye- encontrar en la familia el cultivo de la espiritualidad, real protección, fuerte consolación (para que ellos) puedan llevarnos más allá de todas las divisiones”.
(Ha colaborado Nirmala Carvalho)
24/01/2020 17:45